
Luis Pérez Companc se rebeló al "corallito" que Daniel Funes de Rioja le puso a las grandes alimenticias para que no firmen por su cuenta los acuerdos de precios que lanzó Sergio Massa. El dueño de Molinos rompió asà la estrategia del lÃder de la UIA y la Copal, que busca demorar esos acuerdos para mejorar las condiciones para sus representados, en términos de acceso a insumos importados y dólares.
Massa lanzó hace dos semanas el ambicioso programa Precios Justos un acuerdo de precios congelados hasta marzo de cerca de 1750 productos. Si bien entró parcialmente en vigencia en la mayorÃa de las grandes cadenas de supermercados, la mayorÃa de las grandes productoras de alimentos aún no firmaron. En consecuencia, la semana que pasó se produjeron aumentos de entre el 6% y el 10% en artÃculos que en teorÃa forman parte del congelamiento de precios.
Massa se juega la candidatura con un ambicioso programa de control de precios
"La semana pasada fue una locura. Algunas empresas ya habÃan enviado aumentos de entre el 6% y el 7%, pero cuando firmaron el acuerdo los retrotajeron al 4%. Igual, resta saber si el Gobierno les va a autorizar las importaciones que ellos necesitan. En ese desconcierto estamos", señalaron a LPO desde la cámara que agrupa almacenes de cercanÃa.
Ese es un punto crucial de la negociación que explica porque aún no se produce la adhesión formal de todas las alimenticias al acuerdo, que supuestamente incorpora a 103 firmas.
"La estrategia del equipo económico fue armar reuniones empresa por empresa para eludir a la Copal y la UIA. Los sellos tienen juego polÃtico propio", explicó a LPO una fuente del Palacio de Hacienda.
Tanto la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal) como la Unión Industrial Argentina (UIA) son conducidadspor Daniel Funes de Rioja, abogado laboralista reconocido lobista del sector industrial.
"No diferencia un bulón de una tuerca", dijo en su momento José Ignacio "El Vasco" De Mendiguren, actual secretario de Producción de Massa, histórico adversario de Funes de Rioja en la interna industrial. Fuentes al tanto de las negociaciones confirmaron a LPO que algo de esa vieja pica le mete ruido a las negociaciones.
De hecho, la Copal está elaborando una propuesta con cambios al acuerdo original para elevarle al Gobierno.
Esto incluye, por ejemplo, un "plan de escape" ante un posible cambio brusco en las condiciones macroeconómicas, como una devaluación que haga difÃcil sostener el congelamiento durante los próximos cuatro meses.
Pero también quieren colar en la discusión una reducción impositiva. "No se puede presionar más fiscalmente a la economÃa formal. Hay un sector informal que compite deslealmente. Un alimento tiene 38% de impuestos y una bebida casi el 50%", dijo Funes de Rioja en declaraciones a la prensa.
Además del impacto impositivo en el precio de los alimentos, Funes de Rioja se refirió al costo logÃstico, que según estimó va del 15% al 30% del valor del producto. "Vamos a colaborar pero si aumentan los combustibles, la logÃstica aumenta. Tenemos una inflación de la cual la industria es vÃctima igual que cualquier otro sector de la población", dijo. Esto explica también que una de las principales resistencias de las alimenticias es acordar un precio único por producto en todo el paÃs.
En la Secretaria de Comercio que conduce MatÃas Tombolini la presión con cada minuto que pasa sin que se cierren los acuerdos. "MatÃas define a quien habilitar los dólares que demandan, van a terminar firmando", se ufanan en el entorno del funcionario.
Lo notable es que según el banco de inversión J.P. Morgan, aún en el caso que el programa de congelamiento de precios sea un éxito, solo restarÃa alrededor de 0,3 puntos a la inflación mensual.
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- 122/11/2218:40Si cumple el acuerdo, habrá que comprar Molinos...