El Banco Central modificó la forma de calcular los encajes: lo que antes se integraba con saldos promedio mensuales ahora debe cumplirse todos los dÃas. El cambio, que parecÃa técnico, terminó sacudiendo al sistema financiero con consecuencias inmediatas sobre las tasas de caución.
En la práctica, los bancos no saben con cuántos pesos cerrarán su balance cada jornada y se ven forzados a sobrecumplir encajes, con el costo de acudir a la ventanilla del BCRA o pagar carÃsimo en el mercado.
Como graficó el analista Ariel Setton, la volatilidad se volvió absurda: "Jueves: caución a 70% TNA (40% tasa real). Lunes siguiente: caución al 13% TNA (-10% tasa real). Argentina, no lo entenderÃas", ironizó en X.
La plaza quedó partida. Hubo momentos en los que se pedÃan pesos al 1% anual a tres dÃas, niveles similares a los de la Reserva Federal de EE.UU., algo impensado en un paÃs con inflación de dos dÃgitos mensuales. En simultáneo, algunos operadores llegaron a colocar fondos por un dÃa al 7% TNA.
La desproporción se explica por la brutal dispersión entre puntas: el economista Salvador Vitelli lo describió con humor negro al mostrar una caución a 1 dÃa que abrió en 44% pero quedó con un spread entre 4% de tasa BID y 51,9% de ASK.
Más lapidario fue el analista que firma como Juancito Nieve: "Lo voy a decir sutilmente: este esquema monetario es una mierda. Nadie puede saber con razonabilidad si mañana la tasa abre en 20, 30, 50 o 70%. Eso es volatilidad e incertidumbre. En finanzas corporativas se paga con caÃda de precios de activos y menos actividad".
La City coincide en que la combinación del aumento de 10 puntos en los encajes y la exigencia de integración diaria volvió intransitable el mercado monetario. Lo que debÃa dar previsibilidad, terminó generando incertidumbre y un vaivén extremo en las tasas de corto plazo.
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Por fin se terminó la volatilidad frenética y absurda a la que nos sometía el populismo y tenemos la racionalidad y previsibilidad propias de un modelo liberal libertario anarcocapitalista en el que el banco central es independiente del poder político y las tasas son endógenas y están regidas por la libre oferta y demanda.