Lejos de la parsimonia del feriado, este lunes en el Palacio de Hacienda no duerme nadie. El ministro Martín Guzmán tiene la tarea de conseguir una posición común con el FMI el martes para rubricar el memorándum de entendimiento, que le de sustento al discurso del Presidente ante la Asamblea Legislativa, que tendrá su núcleo en el acuerdo con el FMI.

 "Si no se firma este martes el acuerdo es otro papelón más que hacemos", afirmó ante LPO un funcionario del Banco Central que sigue de cerca las negociaciones. El funcionario recordó que hace semanas que se viene anunciando una firma que nunca se produce.

Lo cierto es que resta por acordar el tamaña de la reducción de los subsidio, sobre todo a las tarifas energéticas, que son las que se consumen casi todos los recursos que el Estado dedica a aligerar el peso de los servicios públicos en el gasto de la población. 

Este lunes por la noche circulaba la versión que Economía finalmente se inclinaría por una quita total de los subsidios para el 10% más rico de los usuarios del AMBA, ante la certeza que la anunciada segmentación no permitirá reducir el gasto den los tiempos y el volumen que exige el acuerdo con el FMI, como reveló LPO.

Advierten que el agua también debería aumentar más del 200% para cumplir con el FMI

En efecto, los costos de provisión de suministro eléctrico y gas treparán en 2022, debido a la menor generación hidroeléctrica por sequía y la suba en dólares del gas y los combustibles que se importan,  afectados  por la guerra en Ucrania.

Según el último informe presentado por la consultora Equilibra, si las tarifas de energía eléctrica aumentan sólo 20%, los subsidios treparían 84%, a unos 12.000 millones de dólares. En el mismo sentido, si las tarifas de gas aumentan sólo 20%, los subsidios a la provisión de gas pasarían de 0,4% del PBI en 2021 a 0,6% en 2022. El resultado es que con el escenario actual, considerando la suba de costos, los subsidios se elevarían 65% a lo largo del año.