El gobierno podrá prescindir de la ayuda de piqueteros y camioneros para el control de los Precios Justos en la ciudad, al menos en lo que a precios se refiere. Es que la ampliación del programa a casi 50.000 productos que anunciará este viernes el secretario de Comercio, Matías Tombolini, en el CCK, ameritaba más músculo en el control para poder abarcar más productos. Y lo hizo de la mano de un nuevo software. "Por primera vez el Estado no la está corriendo de atrás", celebraron en Diagonal Sur.
En efecto, la nueva tecnología fue desarrollada por Arsat con ayuda de Amazon y permite seguir en tiempo real unos 3.670.000 precios en tiempo real y distinguir en qué cadenas, en qué locales, en qué marcas y en qué productos se observan violaciones al programa Precios Justos. LPO intentó saber el precio de esta tecnología desarrollada en Argentina y el extranjero, pero no consiguió el dato.
En la Secretaría de Comercio explicaron a este medio que el Programa de Precios Justos, a diferencia del de Precios Cuidados no es un programa de precios congelados, sino de precios que evolucionan con una pauta que les garantiza a las empresas rentabilidad y al que las empresas suscriben de forma voluntaria porque las empresas creen que el gobierno está avanzando en el orden macroeconómico. Los comercios siguen pudiendo poner un precio distinto en un local y en otro conforme a su estrategia de precios, lo que no pueden hacer es subir más de lo pautado.
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"No es lo mismo una empresa mediana nacional que una multinacional que tiene que consultar sus decisiones con la casa matriz. Así, si por ejemplo, Unilever se suma no es porque está obligado, sino porque confía en que desde Economía se está avanzando en ordenar el gasto, bajar el déficit y recuperar reservas internacionales. Estas son las cosas que van a bajar la inflación, no Precios Justos. Precios Justos lo que hace es coordinar expectativas, evitar sorpresas y abusos. Y las empresas se suman porque hay un sendero para los precios que les permite tener rentabilidad", explicaron a LPO.
Precios Justos se lanzó en diciembre con subas del 4% mensuales para unos 32.000 productos de consumo masivo y muchos productos fueron sumándose a lo largo de estos tres meses. Por eso, Tombolini buscó en esta nueva etapa la ampliación a casi 50.000 productos con quince rubros adicionales. A partir del 1 de febrero y hasta el 30 de junio, quedan formalmente incluidos los celulares, hogar y construcción, calzado e indumentaria, canasta escolar, insumos difundidos (polietileno, cristelería, corchos), pequeños electrodomésticos, chacinados, textiles, bicicletas, motos, combustibles y medicamentos.
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De los 50.000 productos -que pueden ampliarse un 10% más en las próximas horas si los textiles deciden agrandar su participación-, solo 2.000 tendrán precios congelados por lapsos de cuatro meses y el resto podrán subir hasta el equivalente al 3,2% por mes. O sea, si un comercio elige subir un 2% un mes, el mes siguiente podrá hacerlo 4,4%. A su vez, los productos congelados no serán los mismos de la canasta previa para evitar excesos de demanda en esos productos, lo que luego se traduce en góndolas que se vacían muy rápidamente.
"Las empresas podrán reemplazar los productos congelados por otros similares", aclararon. Esto, en algunos casos se traducirá en saltos de hasta el 9% en los productos que hasta el 31 de enero estaban congelados. "Igualmente el corazón de Precios Justos no son estos 2.000 productos, sino la pauta de 3,2% sobre los otros 48.000 productos", enfatizaron.
Cabe recordar que los supermercados informan listas diarias a la Secretaría de Comercio desde la implementación de Precios Claros, el programa de monitoreo de precios de Macri y Miguel Braun. Con ayuda de este nuevo software, Tombolini puede cruzar todos los datos al detalle y ya no dependerá de las inspecciones para poder conocer los precios en tiempo real en cada punto del país de los productos dentro del acuerdo. Esto hace innecesaria la ayuda de gremios y agrupaciones sociales para ayudar en la tarea de monitoreo. Por lo pronto, el cumplimiento general supera el 96% de los precios listados en el programa.
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En lo que sí será necesaria la inspección es en materia de stocks, algo que -explicaron en la Secretaría- suelen reportarlo los mismos supermercados cuando las empresas les limitan las entregas. Aquí el cumplimiento es algo menor con aproximadamente un 70% del stock entregándose en forma habitual.
Además, el nuevo monitor de precios alcanza a las ventas online que antes no estaban incluidas. Ya sea para indumentaria deportiva como Adidas o LeCoq en sus sitios web como para los supermercados.
Estos registros alertan de forma automática a los funcionarios de Comercio para que puedan advertir en el mismo día a las empresas participantes del programa que están en infracción. "No vamos a multar a nadie por un precio que está 50 centavos arriba del máximo, lo que sí hacemos es informarles para que corrijan el desvío o nos notifiquen si el error es de nuestro programa y asegurarnos que no haya prácticas sistemáticas de desvíos. En ese caso, sí enviaremos inspectores a labrar actas", explicaron.
Así y todo, en enero se realizaron 2784 inspecciones en comercios del Área Metropolitana de Buenos Aires -la única en la que la Secretaría tiene capacidad directa de control- y se labraron 320 actas por incumplimiento. Las multas todavía no fueron definidas porque las empresas están dentro del plazo para apelar. Sin embargo, las sancionadas perderán prioridad dentro de otro tablero de control en tipo real, el SIRA que autoriza el acceso a dólares a tipo de cambio oficial para importaciones.
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La automatización de los controles de precios en los supermercados y portales web le permitirá a Tombolini centrar los esfuerzos de supervisión en aquellos sectores como el de los insumos difundidos en los que no hay precios online y en desarrollar mecanismos para que la pauta inflacionaria llegue a los almacenes de barrio y comercios de cercanía, allí donde Precios Justos no está vigente.
En este sentido la apuesta pasa porque el cumplimiento del programa en los mayoristas se traslade a los comerciantes más chicos y, en parte, a las cadenas de distribución ya que a los comercios barriales la única mercadería que llega de forma directa son aguas, gaseosas y cervezas. Y que también se traslade a todo el país con la ayuda del control en los municipios que se suman a fiscalizar "Tenemos acuerdos con 64 municipios y estamos haciendo capacitaciones dos veces por semana a funcionarios. El control de policía siempre queda en manos del Estado", enfatizaron.
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Así y todo, los rubros más significativos para la inflación siguen quedando por fuera del alcance de Precios Justos. Si se toman los ponderadores del Indec para el Gran Buenos Aires -el de mayor peso en el cálculo del nivel general de Índice de Precios al Consumidor- 23,44% de la inflación la explica el capítulo Alimentos y Bebidas no alcohólicas, dentro de los cuales la carne (6,98%), las frutas (1,27%), las verduras (2,23%), los pescados y mariscos (0,51%) no entran dentro de los Precios Justos, como tampoco lo hacen buena parte de los panes y cereales que pesan 4,05%.
