El presidente francés Emmanuel Macron respaldó este viernes por la noche el pedido de desconexión de Rusia de la red interbancaria mundial, una de las sanciones más potentes que viene reclamándole a la comunidad internacional el presidente ucraniano. Así lo hizo saber en sus redes sociales el mismo Volodimir Zelenski.

"Emmanuel Macron acaba de llamar. Debo decir que es un verdadero amigo de Ucrania. (Francia) con nosotros en los momentos más difíciles. Se apoyó la desconexión de SWIFT y la introducción de sanciones personales contra Putin y el suministro de armas de defensa. Gracias a Francia", twitteó.

Macron no es el único que expresó su apoyo a la exclusión de Rusia de la SWIFT, la Society for World Interbank Financial Telecommunication. El canadiense Justin Trudeau también anunció su respaldo a la desconexión y sanciones personales contra Vladimir Putin y a su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.

Horas antes también lo había hecho España: "Hoy he trasladado la aceptación de España a que el SWIFT esté incluido dentro de las sanciones", confirmó el ministro José Manuel Albares en una conferencia de prensa desde Bruselas tras la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.

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SWIFT no solo es una cooperativa de sociedades financieras, fundamentalmente bancos, que permite hacer transacciones internacionales, es también la plataforma en red que permite el seguimiento de los flujos de operaciones mediante un código de identificación único correspondiente a cada banco.

Al desconectar a la banca de un país se lo priva de todo tipo de intercambio comercial bilateral: incluso si Rusia posee reservas para hacer frente al equivalente a dos años de importaciones, si se la desconecta del mundo no podría efectuar giros al exterior en las principales divisas mundiales.

Ni recibirlas. Esto último sería una excusa para cortarle el suministro de gas a media Europa. España no depende del gas ruso al igual que Canadá. Francia sólo lo hace en un 17% (frente a un 55% en el caso de Alemania) y estaría en condiciones de abastecerse de Noruega, su principal proveedor y complementarlo con más importaciones de gas qatarí y argelino en el corto plazo, pero no así otras naciones vecinas.

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Por eso, Biden dijo en su último discurso que esto es debido a las preocupaciones de algunos aliados europeos sobre dar el paso de excluir a Rusia del sistema, pero argumentó que las sanciones que se implementaron fueron lo suficientemente severas como para marcar la diferencia.

No obstante, el presidente de Ucrania continúa reclamando sanciones más duras frente a un inminente ataque a Kiev que, asegura, ocurrirá esta misma noche.

Sobre este punto, LPO habló con Julieta Zelicovich, doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad de Rosario, quien sostuvo que "tiene que ver con cuales son los limites en el uso en términos de securitización de las relaciones internacionales y la interdependencia. Si Occidente excluye a Rusia del Swift, alienta a que salga definitivamente fuera de los marcos de conflictos del sistema y genera alerta de otros actores".

Si Occidente excluye a Rusia del Swift, alienta a que salga definitivamente fuera de los marcos de conflictos del sistema y genera alerta de otros actores

La académica detalló que "si el Swift acude recurrentemente a mecanismos de sanción, deja de ser seguro y el riesgo de perder el sistema actúa en detrimento de utilizarlo en actores que pueden construir redes alternativas". "Es importante el impacto en cuota de poder. Rusia es menos vulnerable y los pases de Occidente sufrirían una pérdida de confianza", agregó.

Estados Unidos y la OCDE llevan años trabajando en un sistema de control para prevenir el financiamiento del terrorismo, el narcotráfico y la elusión fiscal. Excluir países y generar incentivos para que los excluidos operen en redes alternativas fuera de ese control también sería un arma de doble filo.

Zelicovich también observó "una transición de poder global con Estados Unidos sin capacidad para desincentivar la conducta de Rusia, la Unión Europea aparece debilitada, la OTAN no se muestra como una alianza militar efectiva y lo que hay es un vacío de poder. Rusia no tiene capacidad de crear sus propias reglas, pero sí de ensuciar o patear el tablero".