
Javier Milei terminó su primer año de mandato sin privatizar ninguna empresa pública. Los avances son tan lentos que esta semana el Gobierno se vio obligado a extender por segunda vez el plazo estipulado para que las empresas públicas se conviertan sociedades anónimas.
"La gravedad de la situación exige su prórroga por el término de sesenta (60) dÃas con el fin de contar con el tiempo suficiente para concretar lo establecido en la Ley General de Sociedades y sus modificatorias", se detalla en el Decreto 1120/2024.
La medida se suma a mas de una decena de flexibilizaciones que habilitó la Comisión Nacional de Valores para agilizar las privatizaciones, que como reveló LPO, el Gobierno no logra poner en marcha. El ejemplo más emblemático es AerolÃneas Argentinas. Se pasó de anunciar su privatización inmediata o cierre, a festejar la venta de pasajes por las vacaciones.
El decreto que da más plazo para la transformación de las empresas del Estado en SA es muy elocuente sobre la lentitud del gobierno, porque se trata de apenas un primer paso del proceso privatizador.
En el gobierno reconocen que "no tienen plata" para privatizar Arsat y Enarsa
"Extienden el plazo por dos meses más, luego de haberlo prorrogado por 180 dÃas en julio", afirmó a LPO un funcionario del Gobierno que critica el desempeño del equipo que conduce Diego Chaer, titular de la Agencia de Transformación de las Empresas Públicas.
Chaer responde directamente a Santiago Caputo que es quien maneja todas las empresas del Estado. "Siempre pasa lo mismo, cuando se dan cuenta de los recursos que manejan las empresas del Estado, los sueldazos que se pagan, las secretarias, los choferes, la pauta, pierden el entusiasmo por privatizarlas", explicó a LPO un funcionario que tiene una mirada muy crÃtica sobre la gestión del principal asesor de Milei.
Lo curioso es que pese al aval de la ley Bases, el gobierno de Milei sólo pudo avanzar en la venta de Impsa, la empresa de ingenierÃa compleja que fundó Enrique Pescarmona y estatizó Alberto Fernández. Pese a que se trata de un empresa con clientes y competitiva a nivel mundial, el gobierno de Milei va a terminar el año sin terminar de cerrar su venta.
Para concretar las privatizaciones, hay distintos mecanismos que el Ejecutivo tiene en carpeta: uno la venta directa por licitación, para lo que necesita de la aprobación del Congreso, pero también podrÃa lanzar una oferta pública inicial para sacar acciones de la compañÃa al mercado de capitales.
También podrÃa ceder parte de las empresas -por ejemplo a los empleados (como se barajó para el caso AerolÃneas Argentinas)- o cerrarlas y poner a la venta los inmuebles a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), como el propio Gobierno dijo que iba a pasar con el valioso terreno de la Televisión Pública en Barrio Parque y otros inmuebles destacados de Télam y Radio Nacional. Pero hasta ahora nada de esto ocurrió.
El gobierno pasó de anunciar el cierre de AerolÃneas a festejar la venta de pasajes en cuotas
De hecho, el gobierno anunció el cierre de Télam y dio de baja su servicio -por el que pagaban los abonados- para mantener la empresa con su estructura original, sólo que ahora escriben notas que nadie lee. Un despropósito.
Para ocultar su atraso en esta polÃtica, que se supone hace al corazón del dogma libertario, el Gobierno salió a promocionar la "inminente" venta de Impsa. En efecto esta pequeña empresa, es la única que tiene un interesado claro: la norteamericana ARC Energy presentó la única oferta conocida. Ofreció inyectar USD 27 millones como capital de trabajo. Pero la venta sigue demorada.
El principal obstáculo para concretar la operación es la deuda de Impsa, que asciende a USD 570 millones. Entre los acreedores se destacan el BID, el Banco Nación y el fondo de inversión chileno Grupo Moneda. Según un funcionario que sigue las negociaciones, ARC Energy solicitó un fuerte descuento sobre el monto total de la deuda y una extensión de los plazos de pago.
De hecho, a contramano del optimismo del gobierno nacional, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, le bajo la espuma a la privatización. "No creo que se resuelva la situación en el corto plazo porque Impsa es una empresa que tiene muchÃsimos problemas", afirmó.
Como sea, el proceso privatizador del gobierno libertario no fluye. "No tengo plata para privatizar", sintetizó el titular de una de las empresas sujetas a oferta ante la consulta de LPO. "Se necesitan estudios jurÃdicos y legales, consultores, contadores y abogados. Eso es un montón de plata", agregó.
"No tienen idea, les falta un Dromi que ordene el proceso, no tienen gente. Desde el punto de vista técnico el gobierno está muy flojo", agregó a LPO un ex funcionario del menemismo.
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Qué bueno que las múltiples y valiosas empresas del estado (valiosas porque nos ingresarán miles de millones de dólares en divisas por privatizarlas) estén en manos de un funcionario electo por la abrumadora mayoría del voto popular precisamente para hacerse cargo de tomar decisiones difíciles y disponer del sustento de miles de personas. Qué bueno haber puesto en las urnas 16 millones de boletas de la candidatura de Santica Puto para que las decisiones estratégicas estén en sus manos.
"De hecho, el gobierno anunció el cierre de Télam y dio de baja su servicio -por el que pagaban los abonados- para mantener la empresa con su estructura original, sólo que ahora escriben notas que nadie lee. Un despropósito."
Lo bueno es que dejó de difundir propaganda política kirchnerista y ahora ya no le cuesta plata al estado porque echaron a todos los ñoquis que allí se desempeñaban.
"El principal obstáculo para concretar la operación es la deuda de Impsa, que asciende a USD 570 millones. Entre los acreedores se destacan el BID, el Banco Nación y el fondo de inversión chileno Grupo Moneda. Según un funcionario que sigue las negociaciones, ARC Energy solicitó un fuerte descuento sobre el monto total de la deuda y una extensión de los plazos de pago"
El gobierno debería aprovechar que tiene un interesado para sacarse ese fardo que es IMPSA que genera miles de millones de dólares en pérdidas todos los meses al estado nacional y atenta contra nuestro preciado superávit fiscal. Debería pagar todas las deudas y ahí vendérsela en la suculenta cifra de 27 millones de dólares para engrosar nuestras reservas para poder pagar la deuda que nos dejó el kirchnerismo en 2018.