
Javier Milei no sólo pegó una vuelta en el aire con la guerra de Ucrania. Este lunes también modificó su histórica posición en favor de los monopolios, como agentes que dinamizan la economÃa.
Cuando LPO levantó la noticia que publicó el diario El PaÃs confirmando la venta de la operación argentina de Telefónica al Grupo ClarÃn, el gobierno tuvo un ataque de furia y sacó un comunicado denunciando que se estaba creando un monopolio que concentraba el 70% del mercado de telecomunicaciones y en consecuencia se habÃa ordenado al Enacom y la Comisión nacional de Defensa de la Competencia, que lo bloquee la operación.
Pero no se quedaron ahÃ. "Clarin Miente", "El monopolio de Clarin" y hasta una comparación con la división de AT&T en Estados Unidos en la década del ochenta, fueron las consignas que agitó el ejército de trolls que conduce Santiago Caputo en X. La conversión camporista de los libertarios generó hilaridad en las redes.
"Se dará intervención al Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) y a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) para evaluar si esta operación constituye la formación de un monopolio", el el contundente y contradictorio mensaje de la Oficina de la Presidencia. La decisión de usar al Estado para cruzar un acuerdo entre privados es diametralmente opuesto a lo que propone la teorÃa económica que defiende Milei.
ClarÃn se queda con Telefónica y deja en ridÃculo a Milei, que promete bloquear la operación
Apenas tres dÃas antes en una conferencia en el BID en Washington, Milei habÃa vuelto a abogar en defensa de los monopolios, mencionando incluso que esa idea fue la que lo terminó de convertir en libertario.
"Desde mi punto de vista, el análisis neoclásico está mal. Para aquellos que quieran ver esto, les sugiero leer el artÃculo de Murray Newton Rothbard que se llama Monopolio y competencia. Un artÃculo que fue muy revelador para mà porque cuando lo leà llevaba 25 años dando clases de microeconomÃa y equilibrio general y descubrà que los monopolios no son malos, salvo que sean armados por el Estado" afirmó el Presidente el viernes pasado durante su exposición en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las corrientes económicas neoclásicas de corte liberal consideran la formación de monopolios como una expresión de las fallas del mercado, lo que justifica la intervención estatal. Sin embargo, la tradición austriaca de la corriente liberal, se ha mantenido históricamente reticente a aceptar esta idea.
"Según la Escuela AustrÃaca no existe el precio de monopolio definible que pueda contrastarse con un precio competitivo, ya que en el mercado sólo existe el precio de mercado. Por lo tanto, toda la imagen neoclásica del monopolio es incoherente desde el principio", explicó a LPO un profesor de la Facultad de Económicas de la UBA.
La profundidad de la contradicción presidencial habilita todo tipo de sospechas.El argumento Presidencial para justificar la intevención estatal en un contrato entre privados es que se trata de un monopolio "creado con los beneficios del Estado". Este medio consultó a media docena de especialistas. Todos afirmaron no entender el argumento del Presidente.
"Todas las empresas argentinas recibieron concesiones, en mayor o menor medida, por parte del Sector Público. De hecho hubo empresarios cercanos al gobierno disputando la empresa española. Los beneficios del Estado siempre están de una u otra manera", expresó a LPO una fuente al tanto de la operación de venta de Telefónica.
En efecto, entre los competidores se mencionó al empresario de medios Marcelo Figoli, que compitió asociado a una telefónica francesa y contó -al menos inicialmente- con la colaboración de Rodrigo Lugones, socio de Santiago Caputo.
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Por supuesto. Se trata de un craso error y un malentendido que seguramente el presidente salga a aclarar en estos días. Insólito que alguno de sus subordinados haya tenido la absurda idea de usar la maquinaria estatal para intentar regular un mercado libre, desregulado y competitivo como el de las telecomunicaciones.
"En efecto, entre los competidores se mencionó al empresario de medios Marcelo Figoli, que compitió asociado a una telefónica francesa y contó -al menos inicialmente- con la colaboración de Rodrigo Lugones, socio de Santiago Caputo"
Qué bueno que la transparencia de este gobierno no redundó en que se beneficiaran sus aliados políticos.
Dice cualquier estupidez defendiendo cualquier cosa.
Hay que sacarlo a patadas porque de lo contrario se nos va a complicar la cosa...