El ministro Toto Caputo alardeó en sus redes de un supuesto superávit fiscal en junio de 238.000 millones. Pero la verdad es que ese número se construyó pateando pagos para principio de julio a eléctricas y universidades. Si esos desembolsos se hubieran computado al mes que corresponden el gobierno habría entrado en déficit.

Para postergar esos pagos, Caputo adujo a las eléctricas "problemas administrativos". Lo cierto es que la relación con ese sector sigue muy complicada.

Mientras que el secretario de Energía, Eduardo Rdríguez Chirillo, en un forzado ejercicio de autonomía avanza con una atropellada desregulación del sector, Caputo subordina la cartera a sus objetivos macro. 

Cuando se analizan los números del supuesto superávit de Junio se observa que el renglón de subsidios que con un desplome del 74%, pasó a ocupar el segundo lugar en el podio de los mayores ajustes, detrás de gastos de capital que se redujo en un 75%. El tercer lugar fue transferencias a las provincias que cayeron un 72%. 

Sin embargo, aún con semejante ajuste, la clave del resultado positivo esta en la cuenta de pagos pendientes. El argumento oficial es que en junio se agotaron las partidas asignadas por la prórroga del presupuesto 2023, que no resultaron suficientes para mantener al día los compromisos del Estado, lo que deriva en devengamientos, o sea la postergación de los pagos por bienes y servicios que fueron adquiridos. 

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"Si en junio se hubiesen destinado los mismos recursos que en mayo a Cammesa, las Universidades y otros programas sociales, el gasto sumaría $1,2 billones adicionales. En ese caso, el Gobierno no hubiera tenido superávit sino déficit fiscal por $700.000 millones y un déficit financiero por $1 billón", sostiene un informe fiscal del CEPA, que dirigen los economistas kirchneristas, Hernan Letcher y Julia Strada. 

En efecto, la mayorista de energía recibió en junio apenas $42.344 millones, mientras el promedio de los últimos 3 meses fue de $525.277 millones.  

Si en junio se hubiesen destinado los mismos recursos que en mayo a Cammesa, las Universidades y otros programas sociales, el gasto sumaría $1,2 billones adicionales. En ese caso, el Gobierno no hubiera tenido superávit sino déficit fiscal por $700.000 millones y un déficit financiero por $1 billón.

"Nos deben mas de $300.000 millones", precisaron a LPO desde una empresa generadora térmica. Si a este número se suma lo acumulado por default con las empresas de energías renovables, la cifra se duplica, tal como que reveló LPO. 

La contabilidad creativa de Junio es sobre todo un tema de Caputo para consumo interno y mostrar fortaleza cuando su posición es amenazada por el ingreso de Sturzenegger al gabinete. Porque en rigor es innecesario estirar esos números ya que a pesar de la mayor exigencia en las metas del FMI, que modifico el superávit previsto de $1.925.000 millones a $4.600.000 millones, "la meta luce cumplida, ya que a junio, el superávit fiscal acumulado es de $6.954.000 millones", concluye el propio informe del CEPA.