
Cristina sufrió dos impactos y busca un entendimiento con sus enemigos. La inflación, la falta de dólares y la deuda en pesos apuran un pacto. Pero en Juntos conspiran la desconfianza y la falta de liderazgo. |
"Un poquito mÃstica", como ella misma reconoció. La reaparición de Cristina Fernández el jueves, rodeada de mujeres laicas y religiosas, curas villeros y curas en la Opción por los pobres, escenificó el estado en que se encuentra la vicepresidenta después de que Fernando Sabag Montiel intentara fusilarla hace 20 dÃas. La vicepresidenta permanece impactada por el operativo que llevó adelante un neonazi que no era ningún lobo solitario.
Cristina tardó en darse cuenta realmente de lo que habÃa pasado y todavÃa lo está procesando, según dicen al lado suyo. La conmoción es doble. Por un lado, la de revivir esos segundos en los que Sabag Montiel habÃa quedado a centÃmetros de ella, por completo indefensa y sin custodia. Por el otro, lo que algunos en el oficialismo definen como una "sorpresa estratégica", la de advertir que la banda que planificó su crimen está integrada por una nueva generación que apela a la violencia como parte de su acción polÃtica.
De la juventud, donde antes primaba su fuerza, ahora surgen grupos que están dispuestos a volarle la cabeza. ¿Cómo fue posible? Hay algunos indicios. Pasaron 12 años desde la muerte de Néstor Kirchner, la polarización escaló como si no hubiera un mañana y coincidió con el agotamiento del kirchnerismo arrollador que apuntalaba el poder adquisitivo y hacÃa volar el consumo.
Ante la constatación de que Sabag Montiel y el grupo que lo envió a matarla emergen como un actor de capacidad letal que creció ante endogamia de la clase polÃtica, Cristina decidió primero que nada rezar. Después, mostrarse al lado de miembros de la Iglesia que la apoyan de forma incondicional. Con ellos, dijo, se siente "un poquito más cerca de Dios y de la virgen".
El magnicidio que no fue abre la puerta a un submundo de esquema piramidal: tenÃa jefes. Sospechada por parte del kirchnerismo, la jueza MarÃa Eugenia Capuchetti actuó hasta ahora bastante mejor que el gobierno: no cubrió el accionar indefendible de la custodia presidencial ni buscó cerrar el caso en un demente aislado de la polÃtica. Nicolás Gabriel Carrizo aparece por ahora como el jefe de una secta que trata a Sabag Montiel de inservible. Los investigadores apuntan al financiamiento del grupo que quiso fusilar a Cristina. Carrizo -o alguien por encima suyo- pueden llevar a un actor decisivo, el que aporta los fondos para que esa juventud que se inspira en Javier Milei y Patricia Bullrich pueda pasar del dicho al hecho.
Blanco del odio que la quiere sacar de la cancha ahora y como sea, Cristina es la más interesada en salir de una encerrona que posiblemente la exceda. El estupor es inédito. Un veterano miembro del oficialismo lo explica: "La dirigencia no está enterada de lo que está pasando en sectores de la juventud. Antes conocÃamos el fenómeno de la violencia de primera mano. Hoy la clase polÃtica desconoce el escenario y tiene que ir a preguntarle a los sociólogos".
En busca de descomprimir, Cristina dio el jueves al menos dos indicios de que busca ahora como nunca bajar la intensidad de la polarización. Primero, cuando planteó que preferirÃa autoexcluirse de la batalla presidencial del año próximo y correrse, una vez más y a su manera, del centro. Después, cuando volvió a proponer la necesidad de un acuerdo mÃnimo con los que piensan distinto.
Producto de la enorme fragilidad de un Frente de Todos que dilapidó un superávit comercial récord desde que llegó al gobierno y no tiene dólares, CFK ya habÃa hablado varias veces de abordar en junto a distintos actores del poder el problema de la economÃa bimonetaria. El intento de magnicidio que la tuvo como blanco móvil le sumó otro motivo urgente a una misión empinada: el entendimiento con una oposición que llegó al gobierno unida en el rechazo al cristinismo y de la cual ella misma afirmó, dos dÃas antes de que intentaran matarla: "No tenemos gente racional frente a nosotros".
Aunque se explica por la violencia del operativo en el que Sabag Montiel frustró el objetivo de sus socios e instigadores, ese dato crucial no garantiza en lo más mÃnimo la viabilidad de un acuerdo. Al contrario, deberÃa ocurrir un milagro.
Los puentes que la vicepresidenta pretende tender no sólo precisan de la disposición al diálogo por parte de una dirigencia que engordó hablándole a los propios a través de canales amigos mientras el paÃs se hundÃa. Necesita algo más importante, que la oposición sin cabeza no tiene resuelto: el liderazgo.
Mauricio Macri, el gran producto que surgió de las entrañas del antikirchnerismo, se para en el lÃmite del territorio que frecuentan Milei y Bullrich. Sin embargo a su favor puede decirse que a él no le hubiera servido que Sabag Montiel hubiera cumplido con eficacia la misión que le asignaron. "Si Cristina desaparece, Macri se desintegra como personaje polÃtico", dice un dirigente de la oposición.
El mensaje de la vice y las declaraciones de legisladores de su indudable confianza como Oscar Parrilli o Eduardo Valdés confirman que Cristina está dispuesta a hablar con cualquiera, asà como ella misma recuerda lo hizo con Carlos Melconian, el heredero de Domingo Cavallo en la Fundación Mediterránea. Hasta podrÃa escuchar a ese Macri al que prefirió darle la espalda hace casi tres años en el acto del traspaso del bastón presidencial. Tal vez el nexo no sea el senador José Torello, un egresado del Cardenal Newman que es amigo de toda la vida del ex presidente pero está demasiado pegado al prófugo Fabian "Pepin" RodrÃguez Simón. Pero la voluntad existe y a Macri eso lo agranda.
CFK se predispone a un acuerdo que surge tanto de la propia debilidad como del temor ante un escenario desconocido en un contexto de crisis prolongada. Con Macri como máximo exponente del antikirchnerismo, con Héctor Magnetto en su rol de gran titiritero de la oposición, con algún lÃder radical que tenga voluntad de subordinar al PRO e incluso con Horacio RodrÃguez Larreta, si se recibiera de jefe.
El problema que excede a la vice es que la oposición padece la falta de liderazgos tanto o más que este oficialismo, el peronismo que sufre el poder. Como aval fundamental para el rumbo ortodoxo de Sergio Massa, Cristina acaba de darle la razón a Hernán Lacunza. Desde hace varios meses, y tal como consignó esta columna en julio pasado, el último ministro de EconomÃa de Macri recorre el espinel del PRO con un mensaje claro: "Cristina es dogmática pero astuta. Cuando está cerca del precipicio, frena". Todos avisados, Macri, Larreta, Bullrich y MarÃa Eugenia Vidal acaban de comprobarlo.
El superministro de EconomÃa avanza con un programa de esencia cambiemita que diluye las fronteras entre el gobierno y la oposición. Cerca del abismo, el Frente de Todos se entregó manso al aumento de tarifas, la suba de la tasa de interés y las concesiones al poder económico. Asà Massa estiró el horizonte del peronismo de Cristina: de un dÃa a tres meses.
Sin embargo, cerca de Macri desconfÃan. Dicen que la vicepresidenta quiere convertir a la escuadra de Juntos en socia de un ajuste tardÃo y busca en realidad tenderle una emboscada a la oposición. El clamor del peronismo que se apura a suspender las PASO favorece ese tipo de respuestas.
El escenario es paradójico como nunca. El Frente de Todos se mantiene compacto en un sendero que trae resonancias del mejor Dujovne y la oposición se delata dividida como nunca. En apenas dos semanas, el ministro de EconomÃa consiguió 3500 millones de dólares de las grandes cerealeras con una devaluación a medida y el Banco Central elevó las reservas en U$S 2000 millones. No es poco, pero no resuelve los problemas de fondo, como lo acaba de confirmar el dato de inflación de agosto que difundió el INDEC y castiga a la mayor parte de la población: 78,5% en los últimos 12 meses, la cifra interanual más alta de los últimos 31 años.
El operativo salvataje viene acompañado por un apoyo mixto, del peronismo y del poder económico. Se sabe: cuando el establishment es el que lo compra y lo propaga, un espejismo siempre tiene más consenso. Massa cuenta con gran parte de los mismos avales que en su momento cosechó el presidente Macri. Hoy entre los sectores de alta rentabilidad están todos contentos: los bancos, los sojeros, las petroleras, las mineras y la industria del conocimiento. ¿Es una buena señal?
Entre las consultoras del mercado, son pocas las que advierten sobre un esquema de desdoblamiento que no cierra. Dirigida por Marina Dal Poggetto, una de las economistas que le dijo NO a Massa, Eco Go apunta en su último informe al extraño diseño de EconomÃa para conseguir dólares: si en los desdoblamientos del pasado, el Banco Central compraba barato y le vendÃa caro a la industria, ahora es al revés. "La solución encontrada solo es de corto plazo. Las divisas que sobran hoy faltaran en el ultimo trimestre del año. El 1 de octubre la dinámica nos va a encontrar con mas reservas pero también con mas deuda comercial en dólares y mas pesos emitidos", dice el estudio titulado "Hasta el último dólar".
La dificultad para el acuerdo que propone la vicepresidenta no es solo la desconfianza mutua y el juego de una polarización que tiene de rehenes incluso a los dueños de la franquicia. En Juntos se dirime de mala manera la cuestión del liderazgo y Macri está lejos de ser el jefe que fue. RodrÃguez Larreta no digiere el protagonismo del ex presidente y piensa que cada jugada de Bullrich está impulsada por él. Lo dijo delante de toda la jefatura opositora en el famoso encuentro que elevó la tensión como nunca y donde se cruzó con la ex ministra por el tema de las vallas: "Esto puede ser el principio de fin".
Gracias al fallido experimento del FDT en el poder, Macri recuperó una centralidad impensada: lo consultan, lo visitan y fingen ante él que sigue siendo el jefe. Pero lo cierto es que en el PRO y el radicalismo la mayorÃa se unifica en la idea de jubilarlo con todos los honores. En los dÃas de humildad, que no le sobran, el ex presidente piensa que puede ser el gran arbitro de la elección que viene. Los dÃas normales, en cambio, supone que es el dueño de un porcentaje muy grande del poder en la Argentina.
Asà como Bullrich se ilusiona con apropiarse del núcleo rabioso del macrismo, Larreta se fastidia con lo que percibe como operación permanente de desgaste en contra suya. Cristian Ritondo y Diego Santilli siguen siendo amigos y se juntan seguido a conversar pero saben que la dinámica de enfrentamiento interno los va a obligar a chocar. Lo mismo piensan algunos al lado del jefe de gobierno. "Horacio ya no sabe qué hacer. Va a llegar el momento en que no va a aguantar más", advierten. ¿Llegará?
A la interna del PRO se suma un radicalismo que se cansó de ser furgón de cola de los CEOS y tiene en Gerardo Morales y Facundo Manes dos figuras que se unen en el rechazo a la subordinación.
Que el peronismo de Cristina entregue la conducción económica a un rumbo que aplaude el mismo establishment que se ilusionó con la aventura de Macri no quiere decir que el acuerdo esté a la vuelta de la esquina porque la oposición no se pone de acuerdo ni siquiera entre sÃ.
ECO GO ya estima que la inflación de septiembre será del 6,3% y la economÃa parece haberse quedado sin anclas: suben el dólar, las tasas de interés, las tarifas y los combustibles. En la cuenta oficial, la inflación es el gran ajustador del déficit fiscal que exige el Fondo y cualquier freno a los precios puede aumentar el desequilibro fiscal. En ese marco, otra vez, el panorama es contradictorio: al gobierno no le sirve frenar la escalada de precios si quiere seguir ajustando vÃa jubilaciones y salarios, pero le conviene si pretende ganar las elecciones.
A eso se suma la deuda que la oposición define como una bomba: la montaña de las Leliq que sigue creciendo con la suba de la tasa de interés que ordena Miguel Pesce: hoy ya es de 7,2 billones de pesos y crece a un ritmo de 400.000 millones por mes. A eso hay que sumarle los 300.000 millones de emisión que pagan el dulce del dólar soja. Sobran pesos y faltan dólares, repiten en la oposición.
A un año de las PASO, un acuerdo de cooperación como el que propone la vicepresidenta le servirÃa al próximo presidente fuera quien fuera. Pero la transición demanda jefes y en Argentina escasean tanto o más que los dólares.
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- 219/09/2210:08Estimado Genoud. Le voy a explicar porque soy divorciado, y veo que en esas armas a ud le falta experiencia. Cristina actúa como la esposa que se imagina despechada, que vive insultando a su esposo (el "fue Macri" de estos 2 años y medio responde a eso) y cuando éste decide divorciarse, le pide "hablemos, hagamos terapia de pareja". El FDT está en bancarrota: recibe dólares pero ese no es el problema: la gente - nosotros, no se ud Genoud - ve pulverizado sus salarios y como se está despidiendo de la clase media. JxC tampoco tiene idea que hacer: estos pibes no son un grupo comando que lucraban con secuestros como Montoneros, sino una generación de 20-30 que no consigue como empleo más que ser repartidor en un Chino, y se les quemó la cabeza. Son menos que un "foquismo", póngase a estudiar acerca de los fines de los '60, el Che, el mayo Francés. Estos son chicos pobres que no se bancan serlo, y la política no los entiende, oficialismo y oposición. El único que los interpretó es Milei, limitado como es. Pero definió a sus colegas como Casta, y los conquistó. Pero ojo, tampoco JxC son una bandada de bobos, aunque parezca. No van a "hacer terapia" con CFK si el 70% de la gente cree que NO fue un intento de magnicidio, y está en sus últimas. Por la metáfora del matrimonio, lo entendió???. Saludos,
- 118/09/2220:13se le nota mucho al amigo genoud. . . no se cuál es la edad y conocimiento del escriba. . . ." la deuda que la oposición define como una bomba " hay deuda con tasa de interés alta ( y aún negativa frente a la inflación ) hay deuda dólar linked ( si devaluás te arruina ) hay nueva deuda en dólares casi libres ( la menos costosa de tomar hoy ) hay deudas con ajuste dual ( a elegir el ajuste ) hay deuda ajustable por CER y siguen tomando deudas ! ! ! master! ! ! tiene mas patrimonio el zapatero remendón que el BCRA . . . la palabra " bomba "es excesiva. . . bien, si seguís teniendo déficit es impagable !! sea en dólares, yuanes, pesos o rupias. . . esto ya pasó varias veces. . . los acuerdos pretendidos son para una caducidad de moneda . . . en mi opinión.