Hace unas semanas en el radicalismo de Córdoba empezó a tomar temperatura la incomodidad de algunos sectores que apuran una interna porque creen que el diputado nacional, Rodrigo de Loredo, esperará hasta mediados del 2025 para empujar una alianza. Lejos de los libertarios por el desprecio de las fuerzas del cielo hacia el radicalismo, un sentimiento que no es recíproco de la UCR cordobesa, más bien todo lo contrario; el coqueteo, como lo contó LPO en su momento vendrá con gestos hacia el PRO y, particularmente, a Mauricio Macri.

Sin embargo, la suspensión de las Paso envalentonó a algunas vertientes del radicalismo cordobés que quieren condicionar la lapicera de De Loredo y del presidente del partido, Marcos Ferrer. Y que ven cómo, a su modo, ambos tratan de pisar la pelota para no discutir candidaturas mientras muestran consolidar el control hacia adentro de la UCR cordobesa.

Al tanto de las maniobras está el exintendente cordobés Ramón Mestre quien, en el mediodía del lunes, y como previa a un gesto fuerte del deloredismo al espacio de los Negri, reunió a la tropa y empezó a bajar un mensaje contundente: la chance de plasmar todo en una candidatura propia rumbo a las Legislativas y encabezar un armado puro para Diputados. Sólo radicales.

Cerca de Mestre apuraron hace unas semanas con un llamado a internas para definir las candidaturas y, desde Ferrer y De Loredo hacia abajo, les respondieron que es muy prematuro. Que se debería esperar hasta mediados de este 2025 y puntear los nombres en el arranque de agosto, sobre el límite de la presentación de alianzas y candidatos.

LPO Juan Casas

Por eso, Mestre entiende que es el momento de "ir solos y salvar la ropa" y sostienen que con un esquema de radicalismo puro pueden alcanzar las dos bancas. "No es lo mismo que Rodrigo vaya y consiga solo dos bancas de nueve a que a ese rol lo cumpla Mestre u otro radical. Para De Loredo podría ser una derrota dura, para Ramón una derrota digna", dijo un integrante de la UCR a LPO.

Pero, lo que más observan en el mestrismo son los gestos que De Loredo manda a la otra porción fuerte del centenario partido en Córdoba como es el liderado por los Negri. Mario, el exdiputado, aguarda una chance más para llegar a la AGN en este primer semestre; y Juan, el hijo del histórico parlamentario y exconcejal, consiguió ayer un fuerte respaldo para desembarcar en el Ersep, el organismo provincial que controla los servicios públicos y en el cual la oposición tiene sillas.

Una de esas sillas, precisamente, la tiene actualmente el mestrista Facundo Cortés Olmedo, con quien De Loredo y Ferrer buscan llegar a un consenso para que salga antes del final de su mandato, en diciembre próximo. Y libere ese casillero para Negri Jr.

Por esto, la discusión en el congreso radical, el organismo provincial que define las alianzas en el distrito será más que interesante. De hecho, en el búnker de Mestre hay un tablero sobre cómo se moverían los congresales radicales a la hora de votar una alianza con los libertarios o con otras fuerzas; y ahí, la duda es el movimiento de los negristas del interior.

La conducción del congreso radical está en manos de alfiles de Mestre y tienen la facultad para convocar y marcar la agenda y el temario. Sin embargo, a la hora de contar los porotos la cosa está peleada y un acuerdo entre el espacio que lidera Ferrer y los Negri inclinaría la balanza en favor del actual diputado.

Definición que sigue de cerca Martín Lousteau que olfatea como los gobernadores, junto a De Loredo, van por él y la presidencia del Comité Nacional. Y en medio de una fractura expuesta entre Mestre y el deloredismo, el silencio de Negri inquieta porque se abren distintas variables: desde respetar un acuerdo para respaldar la continuidad de De Loredo en la Cámara baja hasta buscar un regreso a Diputados con el mismo argumento de Elisa Carrió, que habla de la falta de experiencia legislativa en este momento.