Mientras Juntos por el Cambio se desmorona y los bloques estallan en el Congreso Nacional, los socios cordobeses intentan esquivar las esquirlas para llegar unidos a diciembre, cuando la oposición tome el control del Tribunal de Cuentas de la provincia y recuperen escaños en la Legislatura provincial, donde habrá una paridad frente al peronismo. Este escenario se replica en cientos de concejos deliberantes y tribunales de cuentas de municipios en la provincia.

Los socios cordobeses dieron una primera señal al lanzar un comunicado conjunto en las horas posteriores al anuncio de Bullrich, pero la escalada en la pelea Macri-UCR abre interrogantes respecto a la posibilidad de mantenerse al margen. Por ahora, la mayoría de la dirigencia del PRO se alinea con Milei, la mayoría del radicalismo sostiene la neutralidad pero con guiño a Massa, y el Frente Cívico de Luis Juez hace equilibrio: el líder dice que Milei está "de psiquiátrico", pero que Massa es un límite, mientras otros dirigentes ven en Milei un "freno al kirchnerismo".

Hay un punto de análisis local que es vital en Córdoba: un triunfo de Javier Milei dejará a Martín Llaryora como jefe de la renovación del peronismo nacional y virtual candidato a presidente; mientras que con Massa en la Rosada, Llaryora tendrá un tapón a su plan de expansión. Es una paradoja para los ex Juntos por el Cambio cordobeses: "Hacer campaña por Milei es fortalecer a Llaryora", dice quienes ven un poco más allá del 19 de noviembre.

Pero Macri jugó a fondo y avisó a la tropa que quienes quieran estar en la discusión de los cargos que acordó con Milei deben exteriorizar su apoyo al libertario: en el PRO se sabe que Germán Garavano, Guillermo Dietrich, Jorge Triaca y Andrés Ibarra están armando esquemas para un hipotético gobierno de Milei. "Impunidad para él, ministerios para los amigos y discurso patriótico, eso arregló Macri con Milei", reconstruye un dirigente amarillo.

En ese marco, el PRO Córdoba mantuvo este viernes una larga sesión por Zoom de casi cuatro horas. Estuvo toda la dirigencia provincial, y se acordó dar a entender que habrá respeto por las posiciones individuales dentro del partido, "no matarse" con los socios locales y evitar que la interna de la ex coalición escale en Córdoba, como ocurre en Buenos Aires. En ese sentido, limitan la pelea del radicalismo con Macri, no con el PRO. La intención manifiesta es demostrar que el PRO Córdoba está unido. Un poroteo rápido de dirigentes amarillos da cuenta que el 90 por ciento apoyará a Milei.

"Hoy todo el PRO Córdoba está mirando lo provincial con la intención de sostener la unidad de Juntos por el Cambio, pero es difícil saber cómo termina ante la escalada nacional", dice otro dirigente del partido fundado por Macri. "Cristina secuestró al peronismo y Macri quiere secuestrar a Juntos por el Cambio", ensaya un alto dirigente radical que también apuesta por la continuidad del acuerdo en Córdoba.

En este marco, un triunfo de Massa y la unidad opositora se presenta como el peor escenario para Martín Llaryora, siempre que los jefes opositores conduzcan un proceso hacia 2027.

En el radicalismo, Evolución tendrá desde diciembre una mayoría de bancas en la Legislatura y el Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba, número que puede ser determinante si se cristaliza el acuerdo entre Rodrigo de Loredo y Mario Negri, relegando a Ramón Mestre. Se espera que en los próximos días salgan a luz los "radicales libertarios", liderados por Luis Petri a nivel nacional y con Oscar Aguad como referente cordobés.

En el caso de Juez, no tiene rivales internos, el Frente Cívico es peronismo por otros medios. Mientras él juega el juego que mejor juega, el de las declaraciones ingeniosas en los medios, su tropa alimenta el voto para Milei. Los libertarios no disimulan que intentarán conquistar con cargos nacionales el esquema de dirigentes juecistas. Juez sabe de la trampa que es para él un Llaryora empoderado en el peronismo por la derrota de Massa, pero no puede abandonar su discurso opositor al kirchnerismo.

El PRO surfea esta crisis y trata de abroquelarse en la Legislatura, pero depende de cuánto crezca el conflicto nacional de la otrora coalición. Cada una de las fuerzas mantendrá su nombre de origen y se intentará construir una "marca" que los contenga como interbloque, aunque éste formalmente no vaya a existir.

Los cordobeses miran el esquema santafesino que llevó al radical Maximiliano Pullaro a la gobernación, donde lograron, incluso, amalgamar al socialismo con el PRO. Nadie descarta que, si sobrevive en Córdoba, Juntos por el Cambio llegue a la Unicameral con un nuevo nombre.