Llegaron las encuestas mensuales y en el gobierno de Martín Llaryora se entusiasman con la posibilidad de "polarizar" con Javier Milei, en una elección compleja para el peronismo cordobés que tiene como gran incógnita si Juan Schiaretti será candidato, la gran apuesta del oficialismo para rondar en torno a los 30 puntos.

"La pelea será Milei y nosotros", dicen cerca de Llaryora. En el peronismo, visualizan que el candidato a diputado nacional puede ser Agustín Laje, concretando el principal objetivo que tiene el peronismo en esta elección: que LLA no sea la herramienta para reorganizar a la oposición de Luis Juez y Rodrigo de Loredo, como pasó en 2021. Ya se dijo que en el Gobierno cordobés prefieren que encabece Franco Mogetta, exfuncionario de Schiaretti.

Para hablarle a los "disconformes con Milei", el llaryorismo también apuesta a que "vuelva Natalia", en relación a la hija de José Manuel de la Sota. La diputada nacional arma su propio esquema, pero se mantiene firme en la decisión de no ir con el kirchnerismo. La detención de Cristina -que obligó a Sergio Massa a jugar con el kirchnerismo- parece haber trastocado el plan original de De la Sota de ir en tándem con el massimo. Blanden una encuesta que da a De la Sota (sin los K) por debajo de los 10 puntos.

El massismo cree que Natalia de la Sota le puede ganar a la lista de Llaryora

En ese marco, el llaryorismo se entusiasma con Schiaretti y De la Sota en la boleta. "El Gringo como bandera anti K y Natalia como bandera anti Milei; una representación clara del proyecto de centro", dicen en El Panal. En ese "escenario soñado" el Gobierno provincial juega su ficha de obra pública, que tiene un esquema de financiamiento asegurado tras la colocación de 750 millones de dólares en bonos.

El Gringo Schiaretti como bandera anti K y Natalia de la Sota como bandera anti Milei; una representación clara del proyecto de centro

Por eso prometen "radicalizar" el discurso contra el modelo nacional, algo que también cumple con el pedido que hiciera De la Sota meses atrás, cuando le reclamó a Llaryora "levantar la voz" contra Milei. Allí se potenciará la "exacción" que realiza la Nación a Córdoba vía las retenciones agropecuarias, una medida identificada claramente con el kirchnerismo.

"Córdoba está objetivamente amenazada en su entramado productivo, cultural y en su esquema de financiamiento", dicen al lado de Llaryora. Creen que regresará un "clásico" del peronismo cordobés: "Pelar por Córdoba, no por pelear", acuñada por De la Sota en 2011 y sostenida por Schiaretti. A los temas como retenciones y la pelea por el financiamiento a la Caja de Jubilaciones se sumarán la universidades públicas y el sistema de salud. "De un lado Milei, del otro lado, Córdoba", es la síntesis.

Natalia de la Sota

LPOJuan Casas

El contexto general que vislumbra el llaryorismo es que en octubre habrá un escenario de tercios: los libertarios, el peronismo nacional (enfocado en Buenos Aires) y los provincialismos que encarnan los gobernadores, base de la propuesta de centro que arman para 2027. Cerca de Llaryora entienden que a nivel nacional LLA hará 40 puntos; el PJ-K, 20; y el conjunto de gobernadores con proyectos locales, 30.

"La elección de octubre ordenará a los gobernadores que están mirando el país para el 27. La apuesta con Schiaretti es derrotar a La Libertad Avanza y que Córdoba lidere ese armado donde estarán los proyectos provinciales, como el de Santa Fe", explican. Es oportuno recordar los vasos comunicantes entre Schiaretti y Pullaro por dos vías: los socialistas y Claudia Giaccone, subsecretaria de la Región Centro en Santa Fe y apoderada de Hacemos por Argentina en esa provincia.

En El Panal consideran que octubre será una "Paso virtual" para los provincialismos. Con ese envión, creen que pueden aspirar a un bloque de 25 diputados que obligue a Milei a negociar durante todo 2026. Claro que apuestan a que lo lidere Schiaretti, pero "el Gringo" recién dirá qué hace sobre el límite del cierre de listas, más allá de las ansiedades peronistas.