El pasado súper domingo con el que abrió la maratón 2023 de comicios en Córdoba sigue generando repercusiones. Sobre todo, en el ámbito del PJ por los triunfos que se produjeron el fin de semana y las paternidades que comienzan a surgir en torno a esos resultados.

Una de las aristas que se abrió tras las elecciones de hace unos días y de cara a lo que se viene en el resto del territorio cordobés es la fricción entre el PJ nacional y los intentos que hace el schiarettismo por reforzar el alambrado provincial. Buscando sostener el cordobesismo que le garantice la victoria en las Paso en su provincia y alejar los fantasmas de Javier Milei, de Juntos por el Cambio y de los candidatos que pueda poner el peronismo por fuera de su estructura. Y que esmerilen, lógicamente, su performance en las Primarias de agosto dentro de Córdoba.

Análisis que comenzaron a surgir en el arranque de la semana con los saludos directos del ministro de Economía nacional, Sergio Massa, a algunos intendentes peronistas victoriosos. Particularmente, a aquellos que abrevan dentro de la estructura del intendente de Villa María, Martín Gill, dirigente que cerró para trabajar en respaldo a la candidatura provincial de Martín Llaryora pero que aseguró libertad de acción para él y su tropa a partir de junio. Después de la contienda provincial.

Primer test electoral en Córdoba: el peronismo de Schiaretti retuvo las principales ciudades en juego

Uno de los saludos fue al intendente reelecto de Cruz Alta, Agustín González, quien el domingo sacó el 65% de los votos y obtuvo uno de los triunfos más contundentes para el PJ. González, a horas de la victoria, recibió la felicitación de Massa, además de la presencia de funcionarios del entorno del gobernador Juan Schiaretti, como el ministro de Desarrollo Social, Carlos Massei; del actual viceintendente capitalino y candidato a suceder a Llaryora, Daniel Passerini; y de un grupo del Frente Renovador cordobés que hizo escala el domingo en Cruz Alta.

Localidad que, además, tiene la particularidad de haber sido gobernada por el propio Passerini antes de que el exgobernador José Manuel de la Sota lo sumará al gabinete provincial en una de sus gestiones.

Sin embargo, no solo Massa tomó contacto con González en las últimas horas. El intendente de La Matanza, el kirchnerista Fernando Espinoza lo invitó a una gira de la Federación Argentina de Municipios (FAM) que se inicia en los próximos días. Lo que deja en evidencia la intención del PJ Nacional de empezar a pisarle el territorio a Schiaretti, como respuesta directa a la proyección que intenta el cordobés "por fuera de la grieta".

De acá al 25 de junio, vamos a tributar para Llaryora y el acuerdo es a fondo con él para que sea gobernador. Después, apostamos a un proyecto nacional 100% dentro del PJ. Acá hay intendentes que recibieron muchas obras de la Nación y ahora no van a ser desagradecidos trabajando para una candidatura presidencial de Schiaretti

Cuando Massa asumió como ministro de Economía el año pasado pidió "armar en Córdoba". A partir de ahí, hubo una serie de reuniones con Gill que se dieron entre despachos cordobeses y porteños; por lo que, si el titular de Hacienda decide emprender una aventura nacional, la tropa gillista se enrolará detrás del tigrense.

"De acá al 25 de junio, vamos a tributar para Llaryora y el acuerdo es a fondo con él para que sea gobernador. Después, apostamos a un proyecto nacional 100% dentro del PJ. Acá hay intendentes que recibieron muchas obras de la Nación y ahora no van a ser desagradecidos trabajando para una candidatura presidencial de Schiaretti", sostuvieron desde el armado de Gill a LPO.

A González, hay que sumar entre otros a Martín Guzmán de La Para y a Matías Torres Cena, intendente de Laguna Larga que también ganó el domingo pasado superando al radical Pablo Villalón que sumó en campaña videos con Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y un cierre de campaña con la presencia de Luis Juez.

Desde el gillismo también agregaron a este sitio sobre la estrategia nacional: "hay que trabajar para algo que nos convenga, no para un cristinismo duro como La Cámpora. Si Sergio es candidato somos un grupo que va a estar con él y distinto puede ser el escenario si él no juega".

Gill tiene una porción de 50 intendentes, un paquete que está con Llaryora, pero no con Schiaretti. Y que se entusiasma, no solo con una continuidad del PJ en Casa Rosada, sino también con poder aportar funcionarios a un eventual gobierno de Massa y tejer lazos con la renovación del peronismo cordobés.