
El multiverso del PJ cordobés convive desde hace algunas semanas con un minuto a minuto intenso, de fricción permanente y desafÃos constantes. Con un poder que se mide a diario, con discusiones cruzadas por los errores en la estrategia de la reciente campaña provincial entre la Vieja Guardia y la nueva generación y una transición compleja entre el saliente gobernador Juan Schiaretti y el electo, MartÃn Llaryora.
Para más, y como si no existieran condimentos para una incómoda convivencia, después de los comicios del domingo pasado se viene la elección municipal capitalina del 23 de julio próximo con una polarización entre el peronista Daniel Passerini y el radical Rodrigo de Loredo. Y, luego de esto, la Paso nacional con Schiaretti compitiendo con el único objetivo de no soltar el poder y tratar de vencer en su bastión cordobés.
Asà son los últimos dÃas de un PJ cordobesista que después de que en la madrugada del lunes pasado y en el acto del Quorum, el propio Llaryora hablara de que "esto arranca de 0", las rispideces hacia adentro de la fuerza que gobierna hace 24 años fueron evidentes.
En la misma madrugada del lunes, y mientras desde el campamento de Luis Juez trataban de instalar el revival del 2007, Llaryora bloqueó que Schiaretti subiera al escenario del Quórum. Una charla corta, breve entre el fundador del PJ republicano y el heredero fue suficiente para que el intendente marcara la cancha. Antes, varios funcionarios llaryoristas habÃan advertido la presencia en el búnker de Florencio Randazzo y Diego Bossio, ambos empujados por Schiaretti para colgarse del triunfo y aprovecharlo como plataforma nacional.
Rápido, los funcionarios le hicieron saber esta idea a un ladero fiel de Llaryora que de inmediato bloqueó la maniobra de Schiaretti.
La respuesta, frÃa y calculadora del veterano dirigente llegó con un gesto. O con la demora del mismo. Porque recién en la tarde de este viernes, cinco dÃas después de la elección, utilizó su Twitter para felicitar al gobernador electo. No de manera directa, y haciendo un tiro por elevación con la inauguración de un polideportivo barrial, obra que hace la Provincia en la Ciudad, Schiaretti deslizó: "esta querida ciudad cambió estos años por esa conjunción (la de ambos) y porque tuvo por primera vez un gran intendente como MartÃn Llaryora, que los cordobeses hicieron gobernador de nuestra provincia".
Precisamente, el factor de qué fue lo que le dio la diferencia a Llaryora en la capital cordobesa es la discusión puertas adentro del oficialismo provincial: si la gestión municipal o lo que hizo la Provincia en la capital cordobesa.
Para más, el saludo del presidente Alberto Fernández a Llaryora y la exposición nacional del gobernador electo es seguida de cerca por el entorno del viejo caudillo mediterráneo. Con la duda de qué puede pasar antes y después de agosto.
Antes de las Primarias, está la elección municipal y hasta allà habrá fumata blanca y vÃnculo zen. Ni a Schiaretti, y menos a Llaryora les conviene perder la capital cordobesa. Pero, después de eso puede crecer la tensión.
Y la fricción para con El Panal vendrá desde los intendentes del interior que aún se sacuden la ropa por la revolcada en sus distritos en los últimos meses. Muchos se vieron impedidos de repetir mandato por la caÃda de la re-re y otros no pudieron transferir los votos a sus sucesores. A diferencia de lo que pasó con muchos radicales. Sobre todo, los del sur.
Es por eso que, este grupo de intendentes desahuciados con la conducción schiarettista ya afina contactos con el ministro de EconomÃa y precandidato presidencial, Sergio Massa.
"Hasta la elección municipal los muchachos no van a hacer olas porque hay un afecto a Daniel (Passerini). Pero, después se viene la hecatombe", dijeron en relación a su vÃnculo con el schiarettismo. Porque, además, asà como quedó el descontento por el impedimento de la re-re, también hay mucho disgusto en el PJ duro por el coqueteo de Schiaretti con Horacio RodrÃguez Larreta y el radical Gerardo Morales.
Es más, el único motivo que no los termina de convencer es el tramo a Diputados de la lista del PJ Nacional en Córdoba con Gabriela Estévez y MartÃn Fresneda al tope de esa boleta. Al punto, que el magro resultado de la lista K del domingo pasado, cuando fue superada por el voto en blanco, tuvo su réplica con alguna fricción en contra de Estévez el pasado domingo.
Tensión que en el entorno de la diputada de La Cámpora desmienten, aunque otros presentes el domingo por la noche sostienen.
Volviendo a los intendentes, algunos incentivan un acercamiento de Llaryora con Massa y hasta quieren preparar un viaje a Buenos Aires para encontrarse con el ministro de EconomÃa. En un desafÃo, concreto y explÃcito, a Schiaretti.
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