Fueron movidos los últimos dÃas entre los socios cordobeses de Juntos. Porque, después de la foto del viernes con los presidentes de cada uno de los partidos exhibiendo clima aliancista y el triunfo en la intendencia de General Cabrera, las fricciones vinieron por varios motivos. Desde la discusión por el armado de las listas a legisladores provinciales, al insistente reclamo del radical Rodrigo de Loredo para avanzar con la judicialización del impedimento a la doble candidatura, y sumando, incluso, el impacto que la decisión del hombre de Evolución puede tener por efecto arrastre a la capital cordobesa.
A saber, si De Loredo avanza con la intención de ser el vicegobernador de Luis Juez como lo contó LPO, se libera el casillero de la candidatura a la intendencia y ahà sà se apresta a desatarse una verdadera carnicerÃa. Porque el radicalismo quiere encabezar la fórmula capitalina, y aquà los candidatos son varios; pero, además, el PRO reclama representatividad del partido amarillo en uno de los dos binomios.
Y entienden que, liberada la candidatura a la gobernación para el tándem Juez-De Loredo, el espacio más taquillero de la alianza a nivel nacional debe encabezar la disputa por la sucesión del peronista MartÃn Llaryora.
El lunes pasado, después de la firma de la alianza provincial que se concretó el viernes con Juez y De Loredo presentes, el exdiputado y presidente de la UCR en la capital cordobesa, Diego Mestre, encabezó una reunión en el comité capital.
Entienden en el mestrismo que, sin la fecha municipal, es imposible adherir al proceso de la alianza provincial. "Primero debe estar el decreto de Llaryora, después ver si los partidos en la capital avalan lo firmado a nivel provincial, discutir reglamento y analizar cómo se definen los candidatos a la intendencia. Donde creemos, lo mejor es una interna", aseguran en el mestrismo.
En Córdoba afirman que De Loredo está cerca de presentarse como candidato a vice de Juez
El mecanismo es rechazado por otros actores del partido, entre ellos, el propio concejal Juan Negri, quien empujó la firma de un documento de otros núcleos enrostrando la alianza que el partido habÃa definido dÃas antes.
Es decir, el hijo del diputado nacional apuró al hermano del exintendente con el argumento de que ahora las decisiones no son de los partidos, sino de la alianza. Y con que, el proceso electoral, ya está en marcha.
AsÃ, el concejal Negri trata de imponer el mecanismo de encuestas, escapa a la propuesta de De Loredo para haya un reclamo a dúo en la Justicia para avalar a la doble candidatura y busca aceitar su vÃnculo con la mesa chica del jefe de Gobierno porteño, Horacio RodrÃguez Larreta. Sin herir, como ocurrió en otro momento, que esa afinidad con el hombre del PRO esmerile su pertenencia radical y su llegada al presidente de la UCR Nacional, Gerardo Morales.
Del otro lado, la tensión interna es, principalmente con la diputada nacional del PRO, Soher El SukarÃa. La parlamentaria se juntó con el expresidente Mauricio Macri el dÃa después de la eclosión larretista, pero blanqueó que sostiene las relaciones con el alcalde porteño.
Si prima la decisión por el radicalismo para armar la fórmula a la intendencia cordobesa, SukarÃa tensionará y hay riesgos. Saben todos que este año se juega su continuidad en Diputados, pero que su primer objetivo es pelear el primer casillero en la Ciudad y descarta de plano secundar a un radical. Mucho menos al hijo de Negri, con que las tensiones son cada vez más fuertes.
A una distancia cada vez más corta, el peronismo mira esta fricción. Saben que el acuerdo con un extrapartidario en el plano provincial es difÃcil para acompañar a Llaryora, pero no descartan explorar en el fuego amigo de la alianza en la capital cordobesa. Y ver, si desde allÃ, sale un armado transversal para acompañar al candidato, el viceintendente Daniel Passerini.
Y agregan, tras la casi segura salida de De Loredo de la fórmula capitalina: "a lo mejor, en lugar de ir a perder, les conviene sumarse a un espacio ganador", desafÃan.
Los cordobeses de Juntos siguen en la impostación de una foto de alianza, pero quedan dudas sobre el armado de las listas, el impacto en el interior y la discusión capitalina que también se observa desde despachos porteños.
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