Muy cerca del exgobernador Juan Schiaretti hay una persona a la que le gusta repetir que el peronismo cordobés siempre fue "bifronte". Y al parecer, esa bicefalia está en riesgo para algunos en la vieja guardia del PJ cordobés por las tensiones que se desataron en plena guerra fría entre Schiaretti y el actual gobernador Martín Llaryora. Dentro de un espacio en el que, además, tallan también la senadora nacional Alejandra Vigo y el intendente Daniel Passerini.
Por lo que el viaje que Llaryora inició ahora junto al influyente ministro de Economía y Gestión, Guillermo Acosta, por Asia y Reino Unido puede aflojar las rispideces que se viven en el seno del oficialismo cordobés. Fundamentalmente, porque falta la reunión entre Schiaretti y Llaryora para acordar el trazo grueso de varias cuestiones que van desde la relación con el Gobierno nacional de Javier Milei hasta la estrategia electoral 2025, pasando por el rol que ocupan los schiarettistas o viguistas dentro de las administraciones de Llaryora y Passerini.
La gira internacional que inició Llaryora junto a uno de sus ministros de mayor confianza contempla la búsqueda de financiamiento internacional en una gira que incluye Corea del Sur, Japón y Reino Unido para poder ir por una obra hito que implique, en la primera gestión del heredero del cordobesismo, un impacto similar al que causó en la administración de Schiaretti el cierre del anillo de Circunvalación.
En el llaryorismo paladar negro, de a poco, algunos empiezan a hablar de primer mandato; casi con dosis de un coqueteo similar que el propio gobernador tuvo durante su paso por la intendencia capitalina. Cuando vio que algunos querían condicionarlo, reperfiló y empezó a jugar con todas las variantes que estaban en su poder: repetir en el municipio o lanzarse a la Provincia. Y hacia adelante, Llaryora sabe -una vez más- que es el único con más de una alternativa; probablemente, a diferencia del resto del póker que domina el PJ mediterráneo.
En tanto, y de regreso a la tensión entre los nuevos accionistas del cordobesismo, el propio Schiaretti también inició un viaje por el exterior. Al regreso de ambos, están aquellos que esperan por un encuentro para descomprimir.
En el último tiempo hubo una incomodidad que quedó reflejada en el acto cordobés que se hizo para recordar los 30 años del atentado de la Amia en el Palacio de Tribunales, donde el dueño de casa es el el titular del TSJ, Luis Ángulo, hombre de estrecha cercanía con Schiaretti. El encuentro se había promocionado por algunos como la reaparición pública del exgobernador y en todo momento hubo tensiones de las que fueron testigos los integrantes de la cúpula provincial de la Daia.
"Hubo un café en un salón con un acotado grupo que fue con la cordialidad justa. Pero después vinieron las diferencias por quién hablaba y quién no", reconoció una persona que transita los pasillos de Tribunales.
Schiaretti candidato en CABA, el plan de llaryorismo para posicionarlo en la presidencial
Otras fuentes del peronismo cordobés admiten que las tensiones afloraron porque hay molestia en el schiarettismo. "No gustó la versión de que ‘el Gringo' vaya a ser candidato por Caba. Respetuoso por la institucionalidad como es, se vio difícil eso. Casi como un manoseo", reconoció una fuente a LPO.
La generación fundadora del cordobesismo también quedó molesta por dos acciones que se produjeron durante el mes de julio que termina: el encuentro de la nueva camada en el restorán Perón Perón que en su momento adelantó este sitio y contó con la presencia de Llaryora y Passerini; y el acto que una facción de la CGT impulsó para recordar a De la Sota, cuando lanzaron una nueva línea interna del PJ.
"Lo del restorán quedó como una desautorización porque el propio Schiaretti había decidido dar de baja todo y acordar sólo una misa para recordar los 50 años de la muerte de Perón" sostienen.
La otra cuestión sin resolver, y que se empezará a discutir en los próximos meses, es el armado electoral del 2025. Así como en el entorno de Schiaretti juegan al misterio, en los pasillos del Centro Cívico algunos desafían: "sin 2025, no hay 2027", se animó a lanzar un conocedor de esta generación del PJ cordobés.
Casi como anticipando una disputa que se viene hacia adelante, cuando el exgobernador podría apostar por un nuevo lanzamiento presidencial.
Un legislador de otra provincia que estuvo hace unos días en Córdoba dentro de una comitiva con otros parlamentarios de distintos distritos para hablar con el gobernador reconoció a este sitio la centralidad que Llaryora le dio fundamentalmente a su propia proyección nacional. Algo que también llegó a los oídos de Schiaretti.
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¿Y para qué gasta la plata de los cordobeses en viajar y después en obras? Si corresponde que esas obras las haga el sector privado... Cómo se nota que Córdoba es una provincia que quedó diezmada en todo orden luego de tantos años de kirchnerismo atroz de la mano de De la Sota y Schiaretti. Siguen derrochando dinero del estado en obras de las que se tiene que hacer cargo el empresariado, generando riqueza y cobrando luego un pequeño peaje a cada usuario para recuperar el dinero invertido bajo su propio y altísimo riesgo.