El entorno del intendente y candidato a gobernador del PJ en Córdoba, Martín Llaryora, ya le hizo saber a otros peronistas y también a referentes del radicalismo y el PRO que aguardan los resultados de una última encuesta para definir el nombre del compañero de fórmula. De hecho, hubo llamados para avisar a aquellos que no forman parte del oficialismo cordobés, que iban a ser medidos.

Según pudo confirmar LPO, dos dirigentes de Juntos, un radical y uno del PRO, fueron abordados por funcionarios de primera línea del PJ cordobés. En ambos casos, la respuesta fue la misma: "No depende de acercamientos individuales, todo está atado a acuerdos ‘macro". 

La idea de sumar un dirigente de otra fuerza tiene que ver con la necesidad del candidato peronista de buscar votos fuera de la "pecera" del oficialismo. Allegados a Llaryora confirmaron a LPO que quienes están entre los posibles compañeros de fórmula por el peronismo -Alejandra Vigo, Juan Manuel Llamosas y Natalia de la Sota- no le aportan números que el propio candidato no tenga.

Vigo presiona fuerte para que Schiaretti la meta de vice de Llaryora

Es decir, no le suman a la fórmula desde abajo y es por eso que el peronismo cordobés insiste con explorar entre opositores para ver, además, hasta dónde ampliar la coalición. El martes próximo se iba a producir un doble anuncio que ahora quedó en pausa: en primer lugar, tenían todo -casi- armado para presentar la nueva marca y enterrar o remixar Hacemos por Córdoba con la que se ganó en 2019. Y, en segundo término, estaban dispuestos a presentar los nuevos socios del armado, de la misma manera que hace cuatro años lo hicieron con el socialismo y sectores más progresistas.

Los posibles vices del peronismo, Alejandra Vigo, Juan Manuel Llamosas y Natalia de la Sota, no le aportan a Llaryora números que el propio candidato no tenga.

Ahora, el lanzamiento de ‘Juntos Hacemos por Córdoba' quedó en pausa a raíz de dos motivos fundamentales. Por un lado, porque el entorno del gobernador Juan Schiaretti y del intendente Llaryora están evaluando el impacto de la decisión de los intendentes peronistas de pegar las elecciones municipales con la provincial del 25 de junio y, por el otro, porque aguardan que terminen de encajar las piezas en el armado opositor.

Algo que se podría definir en los próximos días una vez que el radical Rodrigo de Loredo defina si será el candidato a vicegobernador de Luis Juez y disputará la intendencia capitalina. Por el momento, más cerca de la primera opción porque intuye que el peronismo llamará a votar por la intendencia capitalina el 23 de julio, casi un mes después de la elección provincial. "Separadas, casi juntas", como insiste desde hace un tiempo un armador del PJ y confirmando que así se bloquea de manera definitiva la ‘doble candidatura' de De Loredo.

El radical Rodrigo de Loredo.

LPOJuan Casas

Esto pondrá en fila al radicalismo detrás de la fórmula de Juntos y dejará poco margen para romper e ir con el PJ. Y acá es donde aparece el último intento llaryorista por acordar con radicales o el PRO.

Desde la coalición, en la mañana del Jueves Santo, dos dirigentes reconocieron a este sitio que notan a un peronismo desconcertado. "No se entiende qué quieren hacer, parece un peronismo inerte", sentenció una de las fuentes. Y aquí hablan de una serie de cuestiones que incluyen desde el gélido reconocimiento público de Schiaretti a los elogios que el expresidente Mauricio Macri le hizo semanas atrás, hasta los pocos gestos de acercamiento que el PJ tuvo con aquellos sectores de la oposición en Córdoba que fueron críticos acérrimos de Juez.

Radicales y macristas. Con ningunos se avanzó; con ningunos se armó. Los llamados aparecieron, pero tarde, dicen en Juntos aquellos que volvieron a tantear a Juez.

Ahora, al aguardo de los resultados de la encuesta definitiva, Llaryora y Schiaretti confirmarán la fórmula provincial. La elección a gobernador, se sabe será el 25 de junio; la municipal, prácticamente confirmado que será el 23 de julio; los casilleros que quedan por completar son las fórmulas. Definición a la que se llega con la interna silenciosa del PJ en la pelea por la lapicera y los choques entre los armadores de schiarettismo y el llaryorismo.