Sin el nivel de tensión que se vivió en Juntos por el Cambio, y en menor medida en el PJ de Juan Schiaretti y Martín Llaryora, el cierre de listas en la filial cordobesa del Frente de Todos también tuvo su complejidad. Porque el armado heterogéneo de la fórmula que encabezan Federico Alesandri y Gabriela Estévez como candidato a gobernador y vice, respectivamente, implicó que hacia abajo exista distinta representatividad nacional.

Todos dentro de una lista donde pesó la lapicera del exsenador Carlos Caserio; de la titular de la delegación provincial de Pami, Olga Riutort; y de la líder de La Cámpora cordobesa, Estévez, quien además de completar el binomio provincial, en agosto comenzará a pelear su continuidad en la Cámara baja.

Ahora, conocido el reiterado renunciamiento de CFK en la contienda electoral nacional, Alesandri, actual intendente de Embalse y hombre de buena relación con Caserio, dijo "creo que, si hay una persona que tiene una visión del momento, de la lectura política y del contexto mundial que está inmersa la Argentina, es Cristina Fernández de Kirchner".

"De alguna manera Cristina va a estar al frente de este Movimiento. Yo lo veo desde la conducción política, creo sin duda que la va a seguir sosteniendo ella y va a ser lo mejor, va a potenciar el espacio con toda su capacidad y nos va a llevar a buen puerto", señaló Alesandri, quien, cuando se confirmó la fórmula, estuvo junto a Estévez en el despacho de la vicepresidenta en el Senado.

Igual, de la misma manera que sucede con la filial cordobesa de Juntos, el cierre de las listas nacionales el 24 de junio, horas antes de la elección provincial que serán el domingo 25, le genera una moderada tranquilidad al schiarettismo. Que tendrá al PJ cordobesista encolumnado detrás de su candidatura hasta agosto, mientras los referentes cordobeses de las dos grandes coaliciones nacionales atraviesen con tensiones su conformación de la lista de diputados nacionales.

Caserio con Alberto, Silvina Batakis y Daniel Scioli este miércoles en Tecnópolis

Por esto, en Córdoba, la decisión de Cristina repercutió en los sectores más duros del kirchnerismo y no entre aquellos que provienen del PJ más tradicional que se sumó hace cuatro años al albertismo a partir de las diferencias por el acercamiento del gobernador Juan Schiaretti con el expresidente Mauricio Macri.

Ahora, la filial mediterránea del FdT que se llama Creo en Córdoba, trata que el resto de la campaña provincial, como así también la definición nacional, no repercuta en la elección, de una lista que tendrá su presentación formal el próximo lunes.

De todas maneras, el reciente paso de Juan Grabois, quien logró colocar a la cuarta candidata a legisladora provincial, Constanza San Pedro, no dejó conformes a los que provienen del PJ tradicional en el armado. Sobre todo, en el entorno de Riutort, que quedó sexta en la boleta provincial y a quien Grabois apuntó con sus críticas.

"No tiene nada que ver con Córdoba, Grabois", reconocieron a LPO dirigentes de la vieja guardia que resisten a otros desembarcos más progres en un terreno como el cordobés. Por caso, se llegó a hablar sobre el final de la semana pasada la posibilidad de una escala de la legisladora porteña, Ofelia Fernández. "Es no entender al electorado cordobés", dicen los sectores más conservadores del armado.

Cristina avaló la candidatura a gobernador de Alesandri, tras el acuerdo de Gill con Schiaretti

Donde también subyace el argumento de proscripción de Cristina. "No está proscripta" razonan algunos por lo bajo. En línea con lo que piensa el entorno de Alberto F.

Ahora bien, al margen de la rispidez por la presencia foránea en campaña, un lanzamiento de Grabois en el plano nacional, como del resto, puede alimentar las diferencias. Por caso, así como el líder piquetero dejó la puerta abierta para un regreso antes del 25-J, hoy en Buenos Aires hubo un acercamiento de Caserio, actual vicepresidente del Banco Nación con el propio Alberto y con dos presidenciables: el jefe de Gabinete, Agustín Rossi; y el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli.

Hombre de buena relación con el candidato Alesandri y con el padre de éste, el delasotista legislador provincial, Carlos Alesandri.

En el medio, y mientras Estévez y el exsecretario de DD.HH. de la Nación, Martín Fresneda, esperan señales de CFK, el massismo también construye en Córdoba. Fuera de la discusión provincial, el entorno del ministro de Economía no dejó de tejer con el grupo de intendentes que lidera el villamariense Martín Gill, que se anota si el tigrense avanza.

Gill apoya a Llaryora en la provincia, pero puso como condición libertad de acción en el escenario nacional y evitó acoplarse a la ilusión de Schiaretti.

Doble juego similar al que realiza en Córdoba el Movimiento Evita, que se aseguró lugares en la boleta de Llaryora para firmar la continuidad y a nivel nacional prefiere los despachos porteños por encima de los del schiarettismo. Situación que se cansó de criticar Caserio y que en los últimos días lo hizo en una entrevista el ultracristinista intendente de Leones, Fabián Francioni.