En el PRO muestran entusiasmo por el esquema de fiscalización que lograron en La Matanza, el distrito con más electores de la provincia de Buenos Aires. Desde esa fuerza explican que es la primera vez que van a contar con fiscales en todas mesas de votación.

Se trata de un esquema en el que se logró unos 3.500 fiscales de mesa a los que se suman los fiscales generales. Los fiscales de mesa representan al partido en una mesa de votación. Mientras que los fiscales generales están en la escuela de votación y tienen a cargo la coordinación de los fiscales de mesa. Para el caso de La Matanza son unos 3.500 fiscales de mesa, más los fiscales generales en 455 escuelas.

La lista de Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli lleva dos candidatos: Josefina Mendoza (UCR) y Toty Flores (Coalición Cívica). En tanto, la lista de Patricia Bullrich y Néstor Grindetti lleva a Lalo Creus.

La idea que las dos listas puedan cuidar de los votos de Juntos en ese epicentro electoral del peronismo. Incluso, afirman que en muchas mesas tendrán una fiscalización doble.

Santilli y Grindetti pelean voto a voto el conurbano en el final de la campaña

Mendoza asegura que se trabajó en base a tres premisas: conocer los problemas de los vecinos, proponer soluciones para esos problemas y cuidar la voluntad del electorado.

Esto último es ni más ni menos que cuidar el voto. "Si no podemos cuidar el voto de los vecinos, todo el trabajo anterior no tiene sentido. Esas tres premisas van de la mano", dijo la candidata radical a LPO.

Toty Flores en una capacitación de fiscales.

La elección en La Matanza ganó volumen por la frenética interna del peronismo. El poder de Fernando Espinoza se vio cuestionado por la cúpula de Unión por la Patria, quien habilitó la lista de Patricia Cubría, esposa de Emilio Pérsico, el líder del Movimiento Evita.

Como reveló LPO, Cubría puso en jaque la hegemonía de Espinoza con un armado que incluye respaldos provenientes de dos instituciones con fuerte influencia en el Distrito: la Universidad Nacional de La Matanza y el Obispado de San Justo.

Sucede que Espinoza perdió 190.000 votos entre la elección de 2019 y la de 2021. Eso genera preocupación no sólo en el plano local, sino en el impacto que tienen esos votos para Axel Kicillof y la lista seccional.