La diputada Alida Ferreyra se quiere ir del bloque de La Libertad Avanza por el destrato que recibe de sus pares y la falta de consideración de Karina Milei para sumarla al armado territorial en el distrito porteño, pero no encuentra la forma. Sin partido preexistente que la contenga, ya le pidió el sello prestado a dos colegas libertarios pero ninguno se habría solidarizado con ella.

Ferreyra resultó electa en el quinto lugar de la lista por la Ciudad de Buenos Aires y terminó asumiendo porque Diana Mondino y Sandra Pettovello, ubicadas en primer y tercer puesto respectivamente, emigraron al gabinete de Javier Milei. Según fuentes parlamentarias, la legisladora está enfurecida porque la hacen a un lado en la bancada y no la tienen en cuenta para la formación del partido en la Capital Federal.

Desde el entorno de la diputada negaron que evaluara abandonar el bloque que ahora conduce el cordobés Gabriel Bornoroni. Sin embargo, en despachos oficialistas reconocieron a LPO que Ferreyra "está ofendida" y ya sondeó a Rocío Bonacci si podía cederle el uso de Unite para apartarse como monobloque y lo propio hizo con Pablo Ansaloni, representante del Partido Fe.

Sus compañeros de bancada refirieron, además, que la legisladora adopta conductas prepolíticas. "Una vez, (Oscar) Zago no la saludó y le hizo un planteo", comentó un diputado.

Otro miembro del bloque, recuerda que fue el propio Zago quien insistió para que Ferreyra tuviera aunque sea una oficina mientras no podía asumir porque la designación de Pettovello se demoraba. "Así y todo, lo cagó y fue una de las que votó para que lo echaran de la presidencia del bloque", dice, y agrega: "se sumó a la dinámica de Romina Diez y Nicolás Mayoraz, que la usaron para que cuereara a Zago pero después no le dieron más bola".

En los pasillos de la Cámara Baja, diputados y asesores libertarios se ríen porque el enojo de la legisladora se habría producido "porque no la invitaron a un asado". "No la invitaron porque es una densa", acotan.

Entre otras cosas, mencionan que el día que asumió "estaba en patas en el recinto", aunque acaso esa actitud esté en sintonía con ciertas costumbres que los ocasionales visitantes de Olivos o quienes trabajaron en campaña con Javier Milei le atribuyen al mismísimo presidente.

Abogada especializada en prevención del lavado en el CEMA, Ferreyra fue apodada en una de las oficinas que filtraron la información del caso como "señora 5", en una enigmática referencia a la jerga de los servicios de inteligencia o, tal vez, algo menos elaborado y más ofensivo.