El flamante secretario de agricultura Juan José Bahillo descartó una rebaja de las retenciones a las exportaciones de granos, reclamada por las entidades rurales, pero no rechazó una negociación a largo plazo para sustituirlas por otro impuesto. Y confirmó que esta semana se conocerá el reemplazo del dólar soja, la cotización para liquidar divisas que diseñó el Banco Central y no logró que ingresen dólares.
"Yo no me reniego a discutir ningún tema. Pero en el corto plazo es impensado reducir los derechos de exportación por la situación de la cuentas públicas de Argentina. No invalida que se piense en un esquema de mediano plazo, con una nueva matriz impositiva de cómo se va migrando de un impuesto a otro", señaló el funcionario, en una breve rueda de prensa que brindó en la Cámara de Diputados, luego de presentar la ley de promoción a la agroindustria.
Confirmó que a más tardar esta semana el Banco Central modificará el "dólar-soja" que Miguel Pesce creó para aumentar la liquidación de divisas del campo y no dio el resultado esperado.
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"Yo tengo que generar las condiciones para que al campo le sea atractivo liquidar. Y nos plantean que el primer obstáculo es la resolución del Central, porque es engorrosa. Tiene que ser más accesible y estamos trabajando en ese sentido. Pero no hago valoraciones de las decisiones personales del productor", aclaró el entrerriano. Reconoció que están en busca 5000 millones de dólares para engrosar las reservas y evitar otra corrida.
La ley de promoción agroindustria es una de las cuatro que pidió Sergio Massa para lograr el ingreso de divisas en el corto plazo, junto al blanqueo de la construcción (sancionado en el Senado) y las promociones automotriz y de biotecnología, que se convertirán en ley en la próxima sesión de la Cámara alta.
Se trata de un proyecto presentado en noviembre por el Gobierno después de varias rondas de negociaciones con referentes del Consejo Agroindustrial Argentino, que busca aumentar el agregado de valor a la cadena agropecuaria para que exporte 200 mil millones de dólares.
Para alcanzarlo se aplican incentivos que aumenten el peso faena de animales, amortización acelerada de inversiones a tres años, la reducción del tiempo de devolución del IVA y beneficios impositivos para estimular la producción sustentable con semillas, fertilizantes y otros insumos. Los beneficiarios deberán demostrar haber aumentado la producción, la venta, las exportaciones o el personal.
"Buscamos consolidar en Argentina como elaborador de alimentos y como un jugador importante en la comercialización a nivel mundial, tanto de origen vegetal como de origen animal, y en todo lo que es la exportación y el desarrollo de lo que es la agrobioindustria y la exportación del biodiesel y la promoción del desarrollo de lo que son las economías regionales", señaló Bahillo.
El secretario expuso en un plenario de las comisiones de Agricultura y de Industria, que presiden el radical Ricardo Buryaile y el oficialista Marcelo Casaretto.
En un clima distendido, sin cruces fuertes con la oposición, Buryaile se comprometió a negociar modificaciones en una reunión de asesores del martes, tomadas de propuestas de la oposición y de los referentes del consejo agroindustrial que expusieron.
Si hay acuerdo, el plenario volverá a convocarse el jueves con la expectativa de firmar un dictamen y llevarlo al recinto el 31 de agosto. Sería un logro legislativo para Massa, con las cuatro leyes que pidió sancionadas en un mes. Sobre todo porque se trata de proyectos congelados haces casi un año.
En Juntos por el Cambio no hay aún consenso sobre cómo seguir: una parte quiere incorporar a la ley la discusión sobre las retenciones a las exportaciones, que tiene proyectos presentados por todos los bloques. El de los cordobeses contempla un reemplazo por el impuesto a las Ganancias (que es más progresivo, pero no tan fácil de cobrar) cómo sugirió que está dispuesto a negociar Bahillo, aunque sin perder un sólo peso en el camino.
Otros diputados de Juntos prefieren aprobar el proyecto de agroindustria con modificaciones y luego abrir otros debates. Casi ninguno quiso hablar. Ricardo López Murphy reclamó discutir un seguro agrícola, el neuquino radical Pablo Cervi previsibilidad para las economías regionales y Buryaile cuestionó las restricciones a la exportación del maíz, trigo y la carne.
"Estamos subsidiando millonarios", se molestó el formoseño. Bahilo defendió esos límites. "Si liberamos el cupo del país que se exporta nos quedamos sin ese insumo para la cadena avícola y porcina. O al feed lot y la lechería. Estamos trabajando para que haya mayor superficie sembrada y mayor volumen", dijo en la rueda de prensa.
Entre las exposiciones de algunas de las 60 entidades que integran el consejo agroindustrial argentino, hubo pedidos de modificaciones que podrían ser tenidos en cuenta, como la eliminación de los cupos fiscales, los plazos de la amortización acelerada de capital y menos burocracia en el registro de beneficiarios.
La única mención a las retenciones fue realizada por la invitada Ángeles Naveyra, secretaria de la fundación Barbechando. "Hay que sentarse a trabajar sobre los derechos de exportaciones y el desdoblamiento cambiario". Casaretto le puso un límite: "Si queremos meter 35 cosas no va a salir", señaló e invitó a recibir propuestas por escrito para la reunión de asesores. Confía en tener la ley.
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