Máximo Kirchner pegó el faltazo a la apertura de sesiones ordinarias que encabezó Alberto Fernández, quien pareció responderle cuando sostuvo que gobernar es "un ejercicio de responsabilidad" y recordó que el Frente de Todos se creó para ganarle a Mauricio Macri, pero deberÃa ir por más.
"Un proyecto polÃtico no se sostiene sólo como una coalición coyuntural o solo como una respuesta puntual ante una crisis especÃfica. Se sostiene con su vocación de seguir representando a las mayorÃas, con propuestas inclusivas y reformadoras, con espÃritu de amplitud y diversidad. Se potencia construyendo la gran avenida del progreso, del desarrollo y de la justicia social para la Argentina. Se trata de proponer. Se trata de construir", completó.
El faltazo de Máximo fue anticipado por LPO y es parte del gran malestar que existe en el kirchnerismo con Alberto porque consideran que les impuso el hecho consumado del acuerdo con el FMI cuando ya no quedaban reservas y no habÃa margen para oponerse a lo negociado.
El kirchnerismo fue el gran ausente de la jornada: no hubo movilización de La Cámpora en la Plaza de los Dos Congresos, ni banderas en el recinto. Tampoco asistió el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro, de gira en Barcelona y por "motivos familiares", no fue el senador Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina Kirchner.
En los palcos se vieron algunos funcionarios vinculados con la agrupación como el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla y la directora de la Anses, Fernanda Raverta.
El gobernador Axel Kicillof también ocupó un palco al lado del estrado y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, se asomó entre los intendentes, pero no se mostró mucho. Kicillof y Mayra son de los más cercanos a Alberto, entre los sectores kirchneristas.
Máximo decidió quedarse en RÃo Gallegos y argumentó "razones familiares" pero lo cierto es que fue una forma de hacer visible la distancia que mantiene con el oficialismo en la previa de la discusión sobre el acuerdo con el Fondo en el Congreso.
Alberto respondió con tropa propia: en la calles se desplegaron militantes del Movimiento Evita, organizaciones sociales como el grupo octubre y el Movimiento de Unidad Popular (MUP); sindicatos como Obras Sanitarias de José Luis Lingieri. Pablo Moyano no movilizó pero sà se mostró en el palco, junto a Julio Piumato (judiciales), Héctor Daer (Sanidad) y Sergio Sasia (Ferroviarios).
Los intendentes también prefirieron acompañar desde los palcos. En el más alto, casi invisible, se ubicó Luis D'ElÃa y Sergio Massa tuvo su propio balcón con José Ignacio de Mendiguren (presidente del BICE), su suegra Marcela Durrieu y el economista Ezequiel Tombolini, flamante presidente de Arsat.
Como publicó LPO, en el kirchnerismo no hay una posición uniforme pero sà una orden expresa de no adelantar el voto. "No vamos a decir nada hasta que no entre al Congreso. Cuando lo lean todos vamos a ver quien tiene estómago. Un cogobierno con el Fondo es garantizarle la victoria a RodrÃguez Larreta", afirmó a LPO una fuente de ese sector, que rechaza de plano el acuerdo con el organismo.
Alberto no pudo confirmar los detalles del acuerdo con el FMI, que llegarÃa en estas horas, pero defendió su anuncio del 28 de enero que provocó la renuncia de Máximo.
"Es el mejor acuerdo que el gobierno de la Argentina podÃa conseguir. Me hubiera gustado que el gobierno anterior no hubiera recurrido en 2018 al FMI y muchos menos en las condiciones que ya describÃ. Pero esto es lo que sucedió y trabajé desde el primer dÃa de mi Presidencia para encontrar una solución. Con el entendimiento que logramos, podemos ordenar el presente y construir un futuro" sostuvo.
"Repito -insistió-: este es el mejor acuerdo que se podÃa lograr. Y gobernar es un ejercicio de responsabilidad. Gobernamos con convicciones firmes y con el pragmatismo necesario para saber qué es lo mejor para los argentinos y argentinas", concluyó.
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En fin, la ausencia mas notoria fue la de gobernadores, que son supuestamente el sosten politico de Alberto contra el kirchnerismo.