El vicepresidente de YPF, Guillermo Garat, y el consultor Rodrigo Lugones asumieron en las últimas horas la tarea de couchear a los legisladores que visitaron a Alfredo Astiz y los demás genocidas detenidos en el penal de Ezeiza. Socios de Santiago Caputo, se convirtieron en el último recurso para que el escándalo no siga escalando ante la posibilidad de que el peronismo consiga, al menos, una sesión informativa en la que tengan que rendir cuentas públicas sobre la excursión hacia el pabellón de los represores.

Según fuentes parlamentarias, el presidente Javier Milei contestó en los últimos días que la estrategia para mitigar los daños quedaba en manos de Martín Menem, quien hasta el cierre de esta nota no hizo más que tratar de desligarse de cualquier responsabilidad.

En paralelo, crecen los rumores sobre el fastidio que la noticia había causado en Casa Rosada. Tan es así que hasta se mencionó que en Balcarce 50 evaluaron ofrecer el nombre de alguno del grupo de los seis como cortafuegos.

Entre los más nerviosos se contaba a la mendocina Lourdes Arrieta. Desde su entorno trataron de ayudarla diciendo que la legisladora "nació en 1993 y a gatas sabe quién es Astiz".

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LPO supo que parte del discurso oficialista se basaría en la excusa de que el motivo original de la visita era entrevistarse con mujeres presas que cursan embarazos. "Quieren montar un cuentito de Heidi y que, de casualidad, se encontraron con un viejito que resultó ser Astiz", se burlaron en despacho libertario donde no salen de su asombro.

En el penal de Ezeiza, efectivamente, funcionan 8 pabellones para adultos mayores y 10 pabellones para mujeres. Pero la coartada es inconsistente toda vez que se trata de dos sectores separados.

La visita (a los genocidas) se convocó desde una combi oficial y eso se hace desde la Cámara, realmente tiene un OK dado desde Presidencia o la misma gestión. Porque, si no, no te habilitan un vehículo para ir a donde vos quieras, porque lo podés usar para ir a pasear. Aparentemente tenía el OK de Martín Menem y de Casa Rosada.

Para colmo, las explicaciones que dio posteriormente el organizador de la visita, el entrerriano Beltrán Benedit, no negaron la excursión. Al contrario, sus declaraciones fueron una reivindicación del viaje a Ezeiza.

La diputada Rocío Bonacci, por su parte, desbarató este sábado la estrategia que había diseñado Menem. En una entrevista con el canal Somos Rosario, la legisladora expresó: "La visita se convocó desde una combi oficial y eso se hace desde la Cámara, realmente tiene un OK dado desde Presidencia o la misma gestión. Porque, si no, no te habilitan un vehículo para ir a donde vos quieras, porque lo podés usar para ir a pasear". "Aparentemente tenía el OK de Martín Menem y de Casa Rosada", completó.

La diputada libertaria Rocío Bonacci.

Bonacci confirmó de ese modo la investigación de LPO sobre la combi que se utilizó para el traslado pero, al mismo tiempo, reveló que el contenido de la charla entre los diputados libertarios y los represores condenados por crímenes de lesa humanidad fue el objetivo de concederles prisión domiciliaria a los mayores de 70 años. "Sí, una cuestión que se charló demasiado es que hay presos por crímenes de lesa humanidad que tienen más de 70 años, ese fue básicamente el motivo central de la charla", admitió luego de aclarar que ella no participó activamente de la reunión porque fue engañada por Benedit.

La legisladora denunció que sintió "un engaño" porque no se le "proporcionó una información completa del objetivo real de la visita". "Yo hablé tres veces por teléfono con mi compañero de bloque y no entró más en detalle que en decir que una visita humanitaria, que era muy importante que fuéramos y que era muy lindo", dijo, y agregó que cuando le empezaron a decir, ya camino a Ezeiza a quiénes verían, empezó "a googlear los nombres".

Yo hablé tres veces por teléfono con mi compañero de bloque y no entró más en detalle que en decir que una visita humanitaria, que era muy importante que fuéramos y que era muy lindo.

A la confluencia de los diversos bloques aliados y opositores en un repudio rotundo a la visita, podría sumarse la crisis interna, algo que tal vez el coucheo de Garat y Lugones no logre detener. La propia Bonacci confirmó en la entrevista que le hizo saber de su enojo a Menem y adelantó que quiere "ser muy orgánica" pero le genera "mucho malestar estar dentro de este bloque de esta manera".

Ante la pregunta sobre si seguirá en La Libertad Avanza o no, contestó: "no es algo que haya definido pero lo estoy pensando". Las negociaciones entre Cristian Ritondo y Oscar Zago para conformar un interbloque que sirva de plataforma a los libertarios que no se sientan contenidos por Menem quizá cobren más vigor en las próximas semanas.