Mariano Gervan es la mano derecha de Carlos Kikuchi, principal armador de la candidatura presidencial de Javier Milei, el diputado liberal que llena estadios para criticar a la "casta política".

La última imagen juntos fue publicada en la cuenta de twitter de Kikuchi el 16 de mayo y se los ve con Santiago Bermúdez, quien se presenta como líder de los liberales de la Ciudad. "Seguimos construyendo para Milei 2023", anuncian los tres.

Gervan tiene su cuenta en la red social suspendida, tal vez para ocultar un pasado reciente que no lo aleja de la casta que tanto repudia: hasta diciembre de 2019 fue director de Relaciones Parlamentarias del Senado, que estaba a cargo de la vicepresidenta Gabriela Michetti.

Pero su historia no termina ahí: con la llegada de Cristina Kirchner no presentó su renuncia y fue necesaria una resolución de la secretaria administrativa María Luz Alonso para que devolviera los sueldos que cobraba sin laburar. El ahora militante liberal se pasó el verano pre pandémico siendo un ñoqui del Senado. 

Gervan tuvo un cargo político en el Senado durante la gestión de Michetti, pero cuando llegó Cristina no quiso renunciar. En marzo de 2020 lo intimaron a devolver los sueldos mal liquidados, pero se quedó con una parte. Es la mano derecha de Kikuchi, el principal asesor de Milei. 

Así lo confirma la resolución firmada por Alonso el 2 de marzo. Detalla que hasta ese momento Gervan había recibido 444.992 pesos después de vaciar su oficina, a partir de una dieta mensual plena de 242 mil pesos, aguinaldo y bonificaciones que le depositaron y no quería devolver.

Alonso le recordó que estaba incurriendo en un delito, porque los cargos de planta política caducan cuando cambia el gobierno y no pueden equipararse a los del personal permanente.

Gervan no había reclamado estabilidad en ningún despacho como para migrar su contrato y esperaba que los operadores del PRO le resguardaran sus ingresos, pero no fue posible. 

Cristina Kirchner con María Luz Alonso. 

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No se rindió tan fácil: aún con la resolución firmada, un hecho poco habitual, el ahora militante liberal no retornó todo el dinero que cobró sin cumplir funciones.

Fuentes del Senado confirmaron a LPO que deuda $18.997,02 y Alonso le envió una carta documento para que lo devuelva. No está dispuesto a acercar el dinero, pese a que durante la presidencia de Mauricio Macri su lugar en el mundo fue el Congreso, donde Milei no fue casi nunca desde que tiene una banca.

Gervan figura en redes sociales participando de reuniones protocolares y en 2017 el periodista Leonardo Míndez denunció en twitter que recibió pasajes aéreos y los canjeó por plata. Había juntado con esa maniobra 93.989 pesos en 3 meses, 5.500 dólares al cambio de ese entonces.

Canjear pasajes por dinero fue una práctica autorizada por legisladores hasta 2018, pero no a los funcionarios políticos. Gervan se rebuscó para pasar inadvertido.

Alonso tuvo mano dura con los ñoquis en el Senado y en enero echó a 40 asesores de la UCR, porque no habían encontrado destino y seguían cobrando. La pampeana no estaba al tanto que ya había aplicado la misma receta con un asesor de Milei, quien define a los radicales como parásitos.

Después de abandonar el Senado, Gervan se dedicó a militar en contra de la ley del aborto, que finalmente fue sancionada, y este año se incorporó al equipo de Milei de la mano de Kikuchi, quien alcanzó un lugar privilegiado en el círculo del liberal por su empatía con Karina Milei, la hermana del diputado.

La dupla Kikuchi-Karina provocó una feroz interna entre los liberales, que levanta temperatura en twitter y no parece desactivarse. 

El financista Carlos Maslatón los acusó de estar destruyendo el armado nacional de Milei, quien nunca lo desautorizó pero sí defendió a su hermana. Tal vez no estaba enterado que en su equipo había un ñoqui. Y que lo descubrió Cristina.