La Legislatura porteña aprobó una ampliación presupuestaria y el proyecto de Honorio Pueyrredón sólo con los 32 votos del oficialismo.
La ampliación presupuestaria es una cuestión casi tradicional por la inflación argentina y suele votarla incluso la oposición porque parte de los recursos se destinan a incrementos salariales de los empleados estatales.
"El presupuesto y paritarias fueron calculadas con una inflación de 33%", dijo Claudio Romero, presidente de la Comisión de Hacienda. El legislador del PRO explicó que se trata de una ampliación de 178.500 millones de pesos. $63 mil millones serán para personal, $42.300 millones para bienes de uso, $33 mil millones para servicios personales y mantenimiento de colectivos y subte. "Acá no hay un uso discrecional", aseguró frente a las crÃticas opositoras.
"Desde que gobiernan incrementaron un 53% la carga impositiva", cuestionó Juan Manuel Valdés, del FdT. Gabriel Solano consideró que se trata de "un ajuste del gobierno porteño enmarcado en un ajuste evidente del gobierno nacional. La ampliación del presupuesto es de 18,5 y a los trabajadores va 14,2%".
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El debate de por qué el gobierno porteño habÃa hecho un cálculo mucho menor de la inflación real fue abordado por el radical MartÃn Ocampo: "La Ciudad se ajusta al estado de Derecho, por eso utiliza para el presupuesto la pauta inflacionaria del gobierno nacional", dijo.
La discusión giró en torno al descontrol inflacionario de la Argentina. Para el radical Lucio Lapeña "el gobierno de Alberto y Cristina solo pueden mostrar malos resultados en la gestión económica, inflación descontrolada y brecha cambiaria récord".
"TendrÃamos que haber traÃdo unos carteles que dijeran ‘la inflación no para'", ironizó la ocañista Natalia Fidel. MatÃas Berrotaveña aseguró que por la caÃda del crecimiento y la suba de la inflación "durante el gobierno de Macri la Ciudad perdió el 12,6% de sus recursos reales".
A su turno la libertaria Rebeca Fleitas pidió saber cuánto de la ampliación iba a destinarse a sueldos y cuánto a la campaña presidencial de Horacio RodrÃguez Larreta.
Honorio Pueyrredón fue discutida como una Calle de Convivencia a pesar de que se presentó al proyecto un parque lineal. La obra habÃa sido frenada por la Justicia, que obligó al Gobierno a enviar la iniciativa a la Legislatura. Para que fuera una ley de mayorÃa simple, desde el Ejecutivo optaron por presentarlo como una cuestión de transporte y no como un parque.
Por eso el Frente de Todos colocó carteles en sus bancas con la frase "Honorio Pueyrredón. La mentira no para", un juego de palabras con "La transformación no para", el lema de la campaña de Horacio RodrÃguez Larreta.
"Nos va a permitir avanzar en un uso sustentable de la vÃa pública. La obra no afectará los árboles existentes", dijo MatÃas López, el titular de la Comisión de Transporte. El legislador santillista también hizo hincapié en que el nuevo diseño no generará problemas de tránsito, algo que algunos vecinos cuestionan.
En el recinto hubo dos grupos de vecinos, unos a favor y otros en contra de la obra que seguramente hará subir los precios de las viviendas ubicadas frente a Honorio y perjudicará a las ubicadas en los alrededores que tendrán mayores problemas de estacionamiento y caos de tránsito.
"No están los informes ambientales", criticó Claudio Ferreño, el titular del FdT. "Los vecinos piden un espacio verde en Caballito. PodrÃan haber hecho las cosas bien y pedir discutir un parque lÃneal, pero prefirieron mandar a la Legislatura una Calle de convivencia solo a la comisión de Transporte. No habÃa terminado la audiencia pública y ya habÃan presentado el proyecto", se quejó su compañero de bloque Juan Modarelli.
El radical Marcelo Guouman rechazó que la mayorÃa de los vecinos estuvieran en contra de la nueva obra. "No coincidimos con que fue mayoritaria la oposición al proyecto", dijo.
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Cuando vuelva la racionalidad habrá que demoler buena parte de todas estas payasadas.