
Leandro Santoro viene de una semana movida. Tras la marcha universitaria, discutió con Guillermo Moreno y terminó tildando de "gorila" al ex Secretario de Comercio. Cree que, a diferencia de lo que ocurre en Nación, en la Ciudad hay una demanda popular para que fuerzas como el peronismo, la UCR y la Coalición, se unan para poner fin a 20 años del PRO. "Veo gente que piensa incluso diferente a nosotros en muchos aspectos, que me pide que hagamos algo para construir una alternativa, porque ven que la Ciudad está cada vez peor", dice.
-A casi diez meses de la asunción de Javier Milei, ¿esperaba este nivel de ajuste?
-Esperaba algo muy parecido a lo que estamos viviendo. Milei toma una agenda de la ultraderecha norteamericana y trata de adaptarla a la Argentina. Consigue encontrar en el empleado público, en el beneficiario un plan social o en la polÃtica, la construcción de un enemigo perfecto que le permite avanzar con un relato para llevar adelante ese programa de desmantelamiento del Estado.
-¿Cuál serÃa la agenda de Milei?
-La rebaja de impuestos a los sectores más acomodados, la desregulación de la economÃa, la reducción de las capacidades del Estado, la mercantilización de la sociedad, el refuerzo de la idea individualista son todas definiciones polÃticas que lo anteceden a Milei. Son ideas que tienen su origen en la radicalización del partido republicano. En EEUU utilizaron al inmigrante como enemigo, acá eso no es posible y por eso buscaron otro. Y apuntan contra cualquier sujeto que tuviera alguna vinculación el Estado, hasta incluso los jubilados.
-¿Lo sorprende la paciencia de la gente frente a la crisis y a la respuesta del Gobierno?
-No. Me sorprendió el proceso de naturalización que está tratando de llevar adelante un sector de la dirigencia argentina sobre estos fenómenos. Qué la gente aguante me parece razonable porque hay una esperanza puesta en Milei. Qué lÃderes de opinión formados naturalicen lo que estamos viviendo como si fuese o inevitable, o razonable, sà me sorprendió.
Hablo tanto de periodistas que podrÃan pensar distinto de como pensamos nosotros, pero que los reconozco como personas de bien y formadas, como también dirigentes polÃticos que han involucionado en su forma de comunicarse. Tomaron de la ultraderecha la agresión, la chicana. Gente del PRO, inclusive dirigentes peronistas. No voy a dar nombres, pero dirigentes que tenÃan una actitud mucho más madura mucho más reflexiva que se terminan sumando a una propuesta comunicacional y de construcción de una narrativa polÃtica muy irresponsable y muy infantil.
-Desde hace tiempo, pero con más fuerza en los últimos meses, crece la interna entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof. ¿Cómo se para frente a esa pelea?
-La Argentina sale adelante con un gobierno nacional. Lo que tenemos que hacer es sintetizar las diferencias entre sectores polÃticos que tienen más diferencias que las que pueden llegar a tener Axel y Máximo.
El primer paso serÃa tener ordenada la propia fuerza. Siempre vamos a bregar porque las internas se minimicen a los efectos de poder tener más capacidad de diálogo y de acuerdo con otros sectores que piensan mucho más diferente a lo que pueda llegar a pensar cualquier compañero.
-¿Lo preocupa entonces la interna peronista?
-Estoy viendo una dinámica de fragmentación del arco polÃtico. Hay una lógica centrÃfuga y nosotros creemos que hay que construir una lógica centrÃpeta. Hay una lógica a la fragmentación de esos segmentos hacia los extremos. La construcción de un Argentina razonable, es donde se trata de construir desde una mirada racional un punto de acuerdo y de consenso que nuclee distintas miradas de la Argentina y que pueda ponerse de acuerdo en un proyecto de paÃs. No me preocupa del punto de vista que es la dinámica general de la polÃtica: lo mismo pasa en el PRO, en la UCR, pasa todos lados. Sà creo que esa dinámica necesita ser modificada si queremos ser un paÃs serio.
-Cuando hablaba de tratar de sintetizar y sumar, ¿se referÃa a sectores del radicalismo que se están oponiendo al gobierno?
-A todos. HabrÃa que construir un gran consenso sobre un paÃs productivo y humano. Entonces quiénes estén acuerdo con el desarrollo económico, con la justicia social, con la cultura democrática de la convivencia pacÃfica y quiénes piensen que la Argentina necesita un gran acuerdo público para poder resolver los problemas estructurales que tenemos y alcanzar estándares normales de crecimiento y de equidad, adentro.
Obviamente siempre bajo una premisa fundamental que es respetar los derechos humanos. Hay que entender a los derechos humanos en todas sus dimensiones, no solamente en su primera generación. Debemos garantizar que el Estado no afecte la vida las personas a través de la violencia institucional, garantizar cuidado del medioambiente, la vivienda digna. Los derechos humanos de primera segunda y tercera generación. Quiénes coincidimos con esa mirada, que me parece muy importante para poder unificar un concepto de paÃs, deberÃamos tratar de construir una herramienta polÃtico electoral.
-En la marcha del miércoles hubo al menos cuatro precandidatos y candidatos presidenciales, Sergio Massa, Juan Grabois, Horacio RodrÃguez Larreta y Myriam Bregman. ¿Se imagina a todos esos dirigentes juntos en un espacio?
-Lo deseo, pero no lo veo posible. Me parece que hoy la tendencia es a la fragmentación y a la lógica centrÃfuga. Lamentablemente, las condiciones de posibilidad van a tener que ver con el deterioro de las condiciones socioeconómicas del paÃs. Probablemente con algún sesgo de mayor autoritarismo de parte del gobierno si insiste con esta lógica de vetos y de ignorar al Congreso. Y seguramente en algún momento de la historia sucederá que la sociedad argentina le reclame a la dirigencia polÃtica mayor responsabilidad. Hoy no veo ninguna de estas condiciones dadas de manera nÃtida. Si las veo en términos de proyección.
-El dÃa de la marcha tuvo un cruce picante con Guillermo Moreno. Moreno tiene un perfil más parecido al de Milei, no en su concepción ideológica sino en sus formas. ¿Es lo que sirve para hacer polÃtica en la actualidad?
-Hay un sector de la dirigencia polÃtica y lo incluye Moreno, pero que lo excede, que supone que para llegar a la gente hay que ser excesivamente disruptivo y hay que manipular las pasiones tristes de la sociedad. Me refiero a la ira la frustración, el resentimiento.
Yo creo que la dirigencia polÃtica tiene que cumplir exactamente la función contraria, que tiene que tratar de transformar esas pasiones tristes en pasiones positivas y que tiene que tratar de transformar esa bronca, esa frustración en esperanza. Además creo que hay tener una actitud humilde, porque este proyecto de papel que uno sueña es muy difÃcil de construir con un solo liderazgo. El desafÃo va a ser sintetizar distintas miradas, distintos liderazgos, distintas organizaciones y movimientos, incluso distintas miradas geográficas. Suelo decir que la Argentina tiene una tendencia a pensar todo de la Capital Federal. Y en el paÃs se vive de una manera muy diferente en Santiago el Estero que en San Isidro.
-¿Cómo ve la gestión de Jorge Macri?
-Acá hay unanimidad, Buenos Aires está abandonada. Está sucia. Hay una percepción de inseguridad muy marcada, que excede la inseguridad del delito. Hay una inseguridad en términos sociales o en términos emocionales muy fuerte. Familias que saben que, si mañana no es renuevan el contrato alquiler, va a ser muy difÃcil conseguir algo medianamente razonable para vivir. Familias que saben que, si mañana no pueden pagar la prepaga o el colegio privado, el sistema público de Salud y Educación está muy estresado. Entonces, tienen temor a que las prestaciones de los servicios elementales para sus hijos se deterioren mucho. Hay una sensación de incertidumbre y el temor que va más allá del tema de la inseguridad por motivos delictivos. Veo al gobierno de la Ciudad ajeno a esta realidad.
-¿Qué le hace pensar eso?
-Están haciendo cosas como si estuviéramos en el 2010 donde la situación de la Argentina era completamente diferente. Festivales de comida gourmet. Los ves a Jorge y a Mauricio en una actitud de tÃpica de otro momento de la Argentina. No estoy en contra de que la Ciudad promueva su gastronomÃa, pero creo que un jefe de gobierno tiene que ser un lÃder polÃtico y social y tiene que interpretar, qué le está pasando a su pueblo.
Yo creo que el sentimiento que predomina en la Ciudad es la incertidumbre y la tristeza y no lo veo a ellos enganchando con ese clima de época.
-Esta semana MatÃas Lammens, de UxP, presentó en la Legislatura un proyecto junto a Manuela Thourte, de la UCR. Recién habló sobre la posibilidad de que convergieron fuerzas polÃticas que en los últimos años estuvieron en espacios diferentes. ¿En la Ciudad hay un panorama distinto al de la Nación?
-Es más fácil en la Ciudad que en el resto del paÃs. Probablemente se pueda dar más rápido. Por muchos motivos: porque el PRO va para 20 años de gestión y hay una sensación de hartazgo y de agotamiento. Porque las demandas locales se pueden resolver con polÃticas que no tan complejas de acordar.
Hay un estado de abandono total de la ciudad y hay un estado desarticulación total del Estado y entonces ahà tenemos partidos de centroderecha que tranquilamente podrÃan confluir con partidos de centro izquierda en cuestiones como garantizar la limpieza de la Ciudad o mejorar la calidad de Educación Pública.
Me da la sensación de que es más sencillo ponerse de acuerdo en este tipo de cosas para un gobierno local que para construir un proyecto de paÃs donde inevitablemente las miradas tienen que incluir más más aristas y es más complejo el proceso de construcción polÃtica.
-¿Esas cuestiones ya se están empezando a plantear o se van a discutir más adelante?
-Para que se dé un acuerdo polÃtico en la Nación tiene que haber un montón de elementos y uno de ellos tiene que ser una demanda de la sociedad. Yo hoy no veo, a nivel nacional, una demanda muy visible sobre la necesidad de la construcción de un frente anti Milei que contenga a todos. En la ciudad de Buenos Aires, todo lo contrario. Veo muchas personas que le exigen a los dirigentes de distritos partidos polÃticos que se pongan de acuerdo para tratar de construir una alternativa más potente contra la derecha en la Ciudad.
Me doy cuenta de que sucede porque cuando veo reportajes, dirigentes de la UCR, de la Coalición CÃvica, de la izquierda o de movimientos sociales de nuestra ciudad, siempre aparece la pregunta. Y siempre aparece la voluntad de deseo de quienes responden de tratar de construir una herramienta de esta naturaleza que logre nuclear a la centro izquierda.
-Los sectores que dicen tener el termómetro del republicanismo plantean un lÃmite: "Con el kirchnerismo no". El kirchnerismo es parte importante de Unión por la Patria. ¿Cómo se hace para avanzar si de entrada está ese lÃmite?
-Tengo una tradición polÃtica que me permite tener buen diálogo con todas esas fuerzas y entiendo que ese rol me da una responsabilidad que trato de asumir seriamente. Pero va a depender mucho del clima electoral. Algunos debates los podés dar en momentos no electorales y hay debates que tenés que darlos más cerca de las elecciones. ¿Por qué? Porque los dirigentes tienen más información para tomar decisiones. Hay muchos dirigentes que entienden esta necesidad, pero todavÃa no tienen la certeza de que su propio electorado se los demande.
-¿Cuándo pueden llegar esas demandas?
-Estos procesos se dan cuando la gente define que se den. La polÃtica debe tratar de influir en la opinión pública, pero también escuchar opinión pública, es un proceso de ida y vuelta. Creo que va a existir una demanda fuerte de deponer diferencias y de construir consensos para presentar una alternativa y evitar que un mal gobierno como el de Jorge Macri reelija. En ese escenario, muchos dirigentes que hoy son más reacios a la construcción de una alternativa polÃtica que incluya todo el peronismo, van a tener más incentivos para modificar su posición original. Si vos le preguntabas a los radicales en el 2012 o en el 2013, qué opinaban de la posibilidad un acuerdo con Macri, hubiesen dicho que era imposible. Sin embargo, después su propio electorado les exigió que sean parte una alternativa ganadora.
Yo creo que acá se da una situación parecida en términos del agotamiento de la paciencia de un sector del progresismo con la familia Macri. Mucha gente llegó al lÃmite. Veo gente que piensa incluso diferente a nosotros en muchos aspectos, que me pide que hagamos algo para construir una alternativa porque ven que la Ciudad está cada vez peor.
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En 1955 no dudaron en masacrar la Plaza, en 1976 en desaparecer 30000, en 2022 le dispararon a la cabeza a Cristina.
Todos esos hechos tienen en común los apellidos más "ilustres" de Capital Federal.
Eso da resultado........pero la realidad no se elude......... ya vas a ver.
"Es razonable que la gente aguante, porque puso una esperanza en Milei"
-HARTO D REPETIRLO, DEL 30% VOTOS PROPIOS MILEI (octubre 2023, donde no existen votados prestados: ballotage):
12 PUNTOS FUERON PERONISTAS
18 PUNTOS MACRISTAS
2019;
CRISTINA 49% - MACRI 41%
2023
MASSA 37% - BULLRICH 23%
ESOS12 PUNTOS PERONISTAS EL DEMETE LOS CONSIGUIO VIA VISCERA MAS SENSIBLE: "VAN A GANAR EN DOLARES"'
y como a la viscera mas sensible no se la forrea:
EL DEMENTE YA PERDIO ESOS 12 PERONISTAS
...... Y CONSERVA LOS RESTANTES 18 PUNTOS MACRISTAS Q FUERON A EL EN OCTUBRE 2023 + 23 PUNTOS BULLRICH OCTUBRE 2023: ESOS SON LOS 4O PUNTOS Q LAS ENCUESTAS LE DAN HOY
y el gorila no entiende q:
ESOS 4O PUNTOS REMANENTES NO ES X ESPERANZA, ES X ODIO AL PERONISMO
ergo:
NO SE VIAJEN CONQ EL PERONISMO PUEDA PESCAR ALGO D ESOS 40 PUNTOS GORILAS
(la imbecil Cristina poniendo d candidatos a liberales como Scioli o Massa, y ahora kiere completarla con Larreta o Lousteau 2027..)
ESOS 4O PUNTOS SON INMUTABLEMENTE GORILAS, la unica duda es:
VAN A IR EN BLOKE CON EL DEMENTE TIMONEANDO (LLA + MACRISMO: PRO + UCR + CC)?
o
VAN A ATOMIZARSE EN 2 0 MAS ESPACIOS?
Tu coalicion tiene que ser con quien pone la valija de guita mas grande, eso son, fueron, y siempre seran ustedes.
Ustedes recogen el voto e odio.........el mismo que se les va a volver en contra-