El oficialismo busca aprobar el presupuesto el jueves próximo y negoció con los diputados de Patricia Bullrich la baja del impuesto a los sellos del 3,6 al 3,5%. Además, el gobierno porteño eliminará tres "gravámenes bizarros" que subsisten en el entramado de leyes porteñas.

Juan Pablo Arenza, Diego García Vilas, jefe de bloque de Juntos, y Claudio Romero, titular de la Comisión de Hacienda, fueron los encargados de las negociaciones que le costarán al estado porteño cerca de 1000 millones de pesos.

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Sobre la modificación de la alícuota de impuesto a los sellos, que se aplica a la compra y venta de propiedades, el fundamento es que seguiría lo que fija el consenso fiscal de 2017 y pasaría del 3,6 al 3,5%. Equivale a casi 700 millones de pesos por año.

Los otros cambios tienen que ver con gravámenes poco conocidos, a los que desde la Legislatura calificaron como "bizarros". Uno de ellos es el gravamen de la ocupación del espacio público para actos y eventos. "Si hacías una quermesse y ocupabas la calle tenías que pagar", dijeron.

Otro gravamen que dejará de existir es la "Carga por contribución por mejores de ley 23.514. Todas las mejores que se hacían en la ciudad cerca de una propiedad -una estación de subte o una escuela, por ejemplo- impactaban en el ABL y podrían llegar a entre el 3 y el 10% en algunas zonas.

La tercera tasa se denomina "Títulos de publicidad para inconvenientes generados por algunos calcos o anuncios colocados en vidrieras menores a un metro cuadrado". Incluía, por ejemplo, los anuncios luminosos que podían colocar quioscos o almacenes. "Te sacás de encima los inspectores que te vinieron a joder y lo engorroso de calcular ese impuesto", dijeron desde el PRO.

Más allá del valor casi simbólico en lo económico, desde el bullrichismo intentan coparle la agenda a los libertarios, que son quienes suelen rechazar esos tributos.

Desde el PRO adelantaron que podrían pedir las modificaciones de algunas otras alícuotas y que la discusión aún no está cerrada.