Elon Musk se convirtió en uno de los actores políticos más importantes del momento. El dueño de X decidió usar el juguete que compró en noviembre de 2023 para jugar a fondo en la batalla cultural que proponen líderes con Donald Trump, Jair Bolsonaro o Javier Milei. 

El hombre más rico del planeta representa todos los valores de la extrema derecha global y su odio al progresismo "woke" que defiende la diversidad racial, las política de género, el aborto y cualquier tipo de regulación del estado lo convierte en el villano número uno de las izquierdas que hasta llegó a decir que su hijo trans es un enfermo. 

Lo hace desde la impunidad del poder económico y con la certeza que nadie se animará a ponerle un freno a sus ideas. Quienes usan Twitter sabrán que la dinámica de la red cambió y pasó de ser un lugar de intercambio de miradas y construcción de ámbitos a un nido de odio donde cuentas anónimas y verificadas (viejo certificado de autenticidad) destilan su furia sin parar. Es un mecanismo de construcción de agenda y una línea editorial en el universo libertario digital. 

Lula contra Elon Musk: "¿Quién se cree que es? Tiene que respetar la decisión de la Corte"

La escalada con el juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexander De Moraes, es un capitulo mas en esta zaga de conflictos que involucran a Musk. Pero lo interesante de esto es que es la primera vez que 

El ministro de la Corte Suprema Alexandre de Moraes dio un plazo de 24 horas para que la Agencia Nacional de Comunicaciones suspenda la red social X en todo el territorio brasileño. Las empresas Apple y Google tendrán 5 días para retirar la aplicación de sus plataformas de descarga. Las personas o empresas que ingresen a X a través de plataformas VPN serán multadas con aproximadamente U$9 mil. 

El poderoso magnate se encontró con alguien que le puso un freno en una suerte de disputa entre naciones soberanas y billonarios que no quiere que le impongan reglas. Es curioso porque fue el propio Donald Trump el que propios regular a las grandes empresas globales como Facebook o Apple. 

El hombre más rico del planeta representa todos los valores de la extrema derecha global y su odio al progresismo "woke" que defiende la diversidad racial, las política de género, el aborto y cualquier tipo de regulación del estado lo convierte en el villano número uno de las izquierdas que hasta llegó a decir que su hijo trans es un enfermo.

La decision de Brasil luego de la experiencia de Bolsonaro es para debatir largo y tendido. Con la Corte Suprema como motor, el sistema utiliza todos los mecanismos del poder estatal para sofocar cualquier expresión en contra de la democracia. La causa por el intento de golpe, la ofensiva contra las milicias digitales de Cerimedo y la inhabilitación de Jair Bolsonaro para ejercer cargos públicos son algunas de los pasos que dieron para dar una pelea que parece tener como objetivo impedir el retorno al poder de algo parecido al bolsonarismo. Veremos como termina esa película.

AP

Volvamos a Musk. Los lideres que abraza son de extrema derecha, antiglobalistas que creen en las teorías más insólitas, el marxismo cultural, iliberales como Victor Orban y estatistas como Marine Le Pen o Giorgia Meloni. El antiglobalismo es un fenómeno instalado en el escenario mundial. Tiene componentes nativistas, pone en debate los acuerdos globales, reniegan del multilaterlaismo y abraza la nostalgia de un pasado en donde las naciones estaban por encima de la superestructura. Donald Trump es un exponente cabal de eso.

La Corte de Brasil pidió a Elon Musk las cuentas de Cerimedo por el intento de golpe a Lula

¿Es Musk un anti-globalista? Digamos que su batalla es la de no pagar impuestos y defender la libertad de expresión aunque publiques pornografía infantil, terroristas decapitando gente o contrabando de armas o drogas, como ocurre con el dueño de Telegram a quien Musk defendió de forma furibunda. 

¿Es Musk un anti-globalista? Digamos que su batalla es la de no pagar impuestos y defender la libertad de expresión aunque publiques pornografía infantil, terroristas decapitando gente o contrabando de armas o drogas, como ocurre con el dueño de Telegram a quien Musk defendió de forma furibunda.

Otro dato interesante es que mientras opera como un troll de Trump y acusa a la izquierda de no respetar las libertades, elogia y felicita a lideres autoritarios como el indio Narendra Modi por los negocios de sus empresas en su país. Es respetable pero de libertades en la India no se lo escucha decir demasiado. 

Con todo esto, Elon termina siendo junto con el ex presentador de Fox Tucker Carlson los voceros globales de una derecha internacional que intenta articularse. No se ve mucha estrategia de fondo más allá de una hiperideologizacion de sus posiciones políticas y una provocaron típica de la red que compró.