
La pelea con China, el vÃnculo con Maduro y la obsesión con Cuba. Anticipo de una polÃtica exterior de confrontación. |
La confirmación de Marco Rubio como jefe del Departamento de Estado anticipa una polÃtica exterior de confrontación. El nuevo enemigo vuelve a ser China y con esto una nueva guerra arancelaria que ordene el mundo detrás de esa causa.
No es nuevo, Trump lo hizo en su primer mandato pero cuatro años después del fin de su primer mandato China ha crecido en influencia en América Latina, desplegó la nueva ruta de la seda como estrategia comercial global y no descarta iniciar una guerra para invadir Taiwan.
Al crecimiento del enemigo cada vez más poderoso para Washington se le debe agregar la interdependencia entre ambas potencias y que China sigue siendo el principal tenedor de deuda del tesoro norteamericano.
El frente de conflicto incluye la propuesta de guerra contra los carteles mexicanos que pone en tensión la relación con México por la venta de los precursores quÃmicos usados para elaborar el fentanilo y la pelea por la implementación del 5G a la que algunos consideran la batalla principal de esta puja global.
Pensar en Rubio para este cargo es darle relevancia a América Latina, su principal zona de influencia del senador de Florida que ha hecho de la condena a los regÃmenes de Venezuela y Cuba su marca registrada. En el caso cubano no hay indicio de cambio de timón pero con Caracas es mas complejo.
En la previa, Marco Rubio es una mala noticia para Maduro porque estamos frente a un defensor de las sanciones a partir de 2018 y una de las piezas fundamentales para el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino.
Esa estrategia fracasó estrepitosamente y Trump quedó expuesto y es al menos curioso que el lÃder republicano no se haya expresado de manera contundente en contra del fraude electoral del 28 de julio. Esto es asà porque el escenario cambió y Estados Unidos tiene intereses que el único que puede defender es Maduro.
Como reveló en exclusivo LPO, los contratos de petroleras como Chevron, Baker Hughes o Halliburton son más importantes para la Casa Blanca que la defensa de la democracia o el cambio de régimen. En ese sentido, Trump designó en la Dirección Nacional de Inteligencia a la exdemócrata Tulsi Gabbard, que tiene una opinión benévola de Rusia, el principal soporte internacional de Maduro.
Con este escenario, ¿será Marco Rubio, un halcón anticomunista que propone sacar a Maduro el representante de una etapa de relaciones con el chavismo? de Trump todo puede esperarse pero resultarÃa bastante incómodo para el jefe del departamento de estado. Consciente de esto, el número dos del chavismo Diosdado Cabello dijo en su programa de televisión que Rubio será el primer despedido de la Administración Trump.
Por otro lado, con Brasil en la nueva ruta de la seda y Milei necesitando un acuerdo con China para la renovación del swap que se vence en junio, la tarea de Rubio no será sencilla. Es evidente que pasar de la retórica de confrontación al ejercicio de la diplomacia pone a prueba la capacidad o no de un halcón a ejercer la diplomacia en un mundo complejo.
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