La cancelación a Macron, los frentes abiertos con España, Brasil y China y los polos económicos globales que Milei no ve. Claves para entender una polÃtica exterior que nadie entiende. |
La semana pasada, un grupo de exportadores argentinos de carne conversaron en Bruselas con un importante dirigente. "Lo quieren matar", fue el resumen de la reunión en la que la dedicaron casi toda la hora de conversación a la mala relación del gobierno de Milei con China.
Esos empresarios venÃan de China. La preocupación por la caÃda de los contratos y la decisión de no habilitar plantas para exportar, contrariamente a lo que pasa con Brasil y Uruguay los tiene sin dormir. Los empresarios votaron a Milei y están preocupados por la impericia con la que el gobierno maneja el comercio exterior. Crónica de una decepción anunciada.
Ese es un ejemplo de muchos. La polÃtica exterior en estos 6 meses de gobierno de Javier Milei es casi imposible de entender y abre un fuerte debate en relación a los costos de sus alineamientos pero sobre todo las consecuencias de los conflictos abiertos con Brasil, China, España y todos los que puedan sumarse a la brevedad.
Milei canceló una cumbre con Macron, en el momento de mayor relevancia mundial del francés
El Presidente decidió tomar la agenda internacional como parte de su actividad privada para reunirse con partidos aliados que suelen ser opositores a los gobiernos con quien debe entablar relaciones diplomáticas, dar charlas desde donde dispara su retórica libertaria y recibir premios de instituciones marginales.
El propio jefe de estado dijo que es parte de la "estrategia de marketing" para el paÃs y que está convencido en haberse convertido en el principal "defensor de la libertad del mundo". Lo cierto es que en el camino activa incendios que no logra encontrar un bombero que lo apague dado que la canciller Diana Mondino suele apagar el fuego con nafta.
Lo que desconcierta son las prioridades. Ir con desgano al G7 después de un tirón de orejas de Giorgia Meloni que tuvo el gesto de invitarlo, no participar de la Cumbre de Paz en Suiza para tratar la guerra en Ucrania y cancelarle a Emmanuel Macron en el momento de mayor protagonismo europeo del francés que buscaba cerrar acuerdos millonarios para inversiones en litio, son decisiones que no encajan con su pretensión de alineamiento con Occidente y las Ãnfulas de profeta global.
¿Al Occidente real le dice que no pero al salvadoreño Nayib Bukele, a Santiago Abascal y a los ignotos Fundación Von Hayek de Alemania e Instituto Juan de Mariana de España les dice que s� O sea, digamos, no se entiende.
Ahora, en medio de una crisis polÃtica fenomenal, el Presidente se subió a victorias ajenas de las nuevas derechas en la elección europea con el argumento de que todo comenzó con su discurso esclarecedor en Davos. No importa que Le Pen y Meloni estén más cerca de Perón que de la escuela austrÃaca, lo que importa todo aquello que haga crear el camino de refundación trasciende fronteras.
La paciencia no es eterna y las lÃneas rojas que Milei decide cruzar pueden traer costos dolorosos. La reciente crisis del gas que necesitó de la ayuda de Lula y la no renovación del swap chino, por citar dos casos conocidos, pone en crisis el efectividad de la polÃtica exterior libertaria.
Ante eso, vale la pena preguntarse si el paÃs no está perdiendo oportunidades de negocios frente a un mundo que propone cambios profundos en medio de la convulsión de la guerra. Un ejemplo de esto es la decisión de China y varios paÃses árabes de deshacerse de los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Son cada vez más los diplomáticos que consideran que hay que cambiar de rumbo y que las alianzas del gobierno terminaron perjudicando oportunidades de negocios.
Argentina decidió salir de los BRICS, un bloque que propone construir un sistema de pagos internacionales, fortalecer el nuevo Banco de Desarrollo y que significaba una oportunidad enorme para tener otra fuente de financiamiento para resolver cuestiones de infraestructura o para enfrentar problemas de balanza de pagos u otras eventos coyunturales.
Lula está muy enojado con Milei pero sabe manejar los tiempos para que Argentina lo necesite. Sin embargo, todo está atado con alambres y siempre esperan algún nuevo conflicto que pueda abrirse.
El viernes por la tarde, la Corte Suprema brasileña anunció que esta semana llegará el pedido formal para la extradición de 6 prófugos condenados por el intento de golpe de enero de 2023. Bolsonaro pidió que su amigo Milei los asile porque los considera perseguidos. La opción que elija el Presidente deberÃa ser la más lógica, pero mejor no nos anticipemos.
De la misma manera, para el comercio exterior argentino empieza a ser cada vez más determinante India, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y el mundo árabe, nuevos polos que demandan mas consumo de alimentos, entre otros sectores dinámicos donde la Argentina puede hacer la diferencia. Nada de eso aparece en el radar de prioridades del gobierno.
El berrinche para dejar plantado a 19 embajadores de paÃses árabes es otra muestra de la inmadurez con la que el gobierno maneja sus vÃnculos internacionales. Si el Presidente quiere romper relaciones con Palestina tiene la facultad para pedirle a su embajador que se retire del paÃs en 24 horas. El resto es sobreactuación.
La CancillerÃa se va quedando sin herramientas y Mondino pasa a ser una variable inminente de salida. No resuelve los desaguisados de Milei y tiende a empeorarlos con un estilo que combina la canchereada tuitera con el desconocimiento supino de todos los elementos básicos de las Relaciones Internacionales.
Asà y todo, las tensiones con Karina Milei fueron inevitables y "El Jefe" le sacó hasta la Agencia Nacional de Promoción de Exportaciones e Inversiones, un área clave donde la canciller dejará de tener un influencia y control crucial para el programa económico del gobierno con proyección internacional.
Estamos atravesando una etapa de desorden global, de caos sistémico y ahà es donde los estados tienen que tener más capacidad de maniobra para actuar en función de sus intereses. Pero esto no existe en el universo Milei, un presidente más ocupado por la batalla cultural que en la polÃtica real, en este caso, internacional. Un experimento que puede costar carÃsimo.
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