
Estados Unidos, China y Rusia, las tres patas del orden internacional que piensa Trump. La irrelevancia europea. |
La presidencia de Donald Trump no va a pasar desapercibida. El lÃder republicano decidió implementar una polÃtica exterior de contraste con los Demócratas que ponga en crisis buena parte de la agenda de Biden en relación a la guerra en Ucrania y Medio Oriente.
La polÃtica de aranceles como disciplinamiento y extorsión, las deportaciones y las provocaciones a Panamá por el Canal, Dinamarca por Groenlandia y la insistencia para anexar Canadá representan un repliegue de Estados Unidos en su zona de influencia que reconoce la existencia de otras potencias que tienen el mismo nivel de importancia.
Es parte del pragmatismo para lograr resultados inmediatos pero al mismo tiempo una confesión del declive de Estados Unidos como potencia hegemónica que abre el juego para una mesa de tres actores que se repartirán el mundo. Uno es China, es lógico. El gigante asiático es el principal adversario de Estados Unidos pero el lÃder republicano lo considera como un par con quien tiene que sentarse. Por eso estuvo presente el vice chino en la toma de mando de Trump en enero.
Las tensiones estarán sobre la mesa. Trump cree que China controla los organismos globales que él desprecia, compiten por la Inteligencia Artificial, el 5G y otros tantos temas que tendrán ataques y contraataques. Pero en términos territoriales, la lógica trumpista es "vos no te metes acá, yo no me meto allá".
¿Acaso es casualidad que en la página del Departamento de Estado se refuerce la defensa de la tesis de una sola china o Trump ataque a Taiwan por robarse los microchips? Tampoco es raro en este contexto que el repudio de China con respecto del Canal de Panamá haya sido mesurado y a través de un frÃo comunicado.
Otra muestra de este mundo que Trump propone es el acuerdo con Vladimir Putin para terminar la guerra en Ucrania. Volodimir Zelensky y a la Unión Europea fueron convocados de piedra en un ninguneo que expresa con contundencia la irrelevancia absoluta del viejo continente en esta nueva etapa.
Trump dijo que Zelensky no es valorado en su paÃs y lo expuso a aceptar un pacto que formaliza al cesión el 20 por ciento de sus territorios a Rusia y la negativa para entrar a la OTAN. Estados Unidos se hace cargo de la reconstrucción y se queda con las tierras raras y la explotación de minerales.
Las tierras ucranianas (41,5 millones de hectáreas) son las mejores del mundo, junto con las de la Pampa Húmeda de la Argentina en la Región Centro; y el sector de extrema fertilidad ("las tierras negras", o chernozem) abarca aproximadamente 16 millones de hectáreas (25% del total mundial).
Lo único que gana el lÃder ucraniano es terminar con una guerra que destruyó su paÃs pero viendo las expectativas iniciales parece una rendición que puede costarle caro.
Trump quiere sentar a Putin en la mesa con Xi Jinping en una provocación a los europeos que resignaron la compra de gas barato para entrar en una guerra que siempre quisieron evitar.
La falta de autonomÃa estratégica de Bruselas pone al sistema de integración europeo en un dilema existencial y con la ultraderecha cada vez más fuerte en todos los paÃses. Ahora se resignaron a ratificar el apoyo a Ucrania contra Rusia pero con la certeza que se quedarán afuera con la ñata contra el vidrio mientras Putin resuelve todo con el lÃder republicano.
Rusia también entra en el reparto del mundo que parece proponer Trump y de modo silencioso va ganando poder en Africa como sostén clave de las rebeliones anti-europea que realizaron en los últimos dos años, algo que preocupa especialmente a Francia.
Un cuarto jugador puede ser India por densidad poblacional, poder económica y potencias nuclear y farmacéutica pero con un escalón más abajo en la resolución de temas globales. Brasil podrÃa tener un rol pero las tensiones de Lula con Trump lo ponen en un lugar más periférico al igual que el resto de la región que será recipiente de toda la agresividad norteamericana de esta nueva etapa.
La frutilla del postre de este nuevo esquema es la intención de Trump para que Putin vuelva al G7 y la invitación formal del presidente ruso al norteamericano y Xi Jinping a los actos del 9 de mayo en el que se recuerda la derrota a los nazis que puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
En efecto, un mundo trilateral que tendrá Estados Unidos, Rusia y China en un juego global que combina el enfrentamiento, la competencia y la convivencia pero que probablemente ofrezca más agresividad en las respectivas zonas de influencia.
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