Opinión
Lo que se juega en las municipales de Brasil
Por Augusto Taglioni
Lula y Bolsonaro apuestan a consolidar su liderazgo y a ampliar la territorialidad de sus partidos. El termómetro social y el foco puesto en las presidenciales de 2026.

 Lula y Bolsonaro ponen en juego sus liderazgos políticos en las elecciones municipales del 6 de octubre. Para el líder del Partido de los Trabajadores es un termómetro de apoyo, sobre todo en las grandes capitales donde el PT ha perdido apoyo en el último lustro.

La imagen de Lula se mantiene estable en los 50 puntos y ha logrado bajar la inflación, aumentar el empleo y bajar la pobreza pero necesita recuperar la territorialidad perdida en las elecciones de 2016 y que no pudo compensar en las de 2020. 

Por su parte, Bolsonaro tiene la mira en consolidar al Partido Liberal como el partido con más intendencias del país y confirmar su liderazgo en la ultraderecha. Por eso, el cisne negro que implica el crecimiento en las encuestas del outsider Pablo Marçal puede generarle problema para 2026, una elección de la que no puede participar pero pretender imponer al candidato. 

El outsider paulista que amenaza con robarle el liderazgo de la derecha a Bolsonaro 

Como reveló en exclusivo LPO, la idea del ex presidente es que alguien de su familia encabezando la fórmula, ya sea su hijo Flavio como su esposa Michelle como transición para volver a presentarse cuando finalice su inhabilitación en 2030. 

Como vemos, los dos se juegan su condición de gran electores de su fuerza y la capilaridad de sus propios partidos en todo el territorio, un elemento clave si se piensa la renovación de la mitad del Senado y la totalidad de Diputados dentro de dos años. 

Como reveló en exclusivo LPO, la idea del ex presidente es que alguien de su familia encabezando la fórmula, ya sea su hijo Flavio como su esposa Michelle como transición para volver a presentarse cuando finalice su inhabilitación en 2030

Una encuesta publicada por Poder 360 asegura que el partido bolosonarista sería la fuerza mas votada con 17 municipios en un ranking que lo tiene al PT en el puesto 6 con 8 intendencias. 

Lo que se juega en las municipales de Brasil

Pero en el observador de las elecciones de los comandos que reportan a Lula y Bolsonaro aparecen lo que se conocen como G103, el grupo de ciudades que concentra el 40 por ciento de la población entre las que se destaca San Pablo y Río de Janeiro y de la que se puede sacar conclusiones nacionales. 

La apuesta de Lula es ganar las ciudades capitales pero las encuestas proyectan que podría ganar solo en una. Fuentes de la campaña petista reconocieron a LPO que la apuesta más fuerte esta en San Pablo, Belo Horizonte, Porto Alegre, Recife, Salvador, Belem, Manaos y Fortaleza.  

La apuesta de Lula es ganar las ciudades capitales pero las encuestas proyectan que podría ganar solo en una. Fuentes de la campaña petista reconocieron a LPO que la apuesta más fuerte esta en San Pablo, Belo Horizonte, Porto Alegre, Recife, Salvador, Belem, Manaos y Fortaleza.

El fracaso en todos esos territorios podría ser leído como una señal de debilidad para el gobierno que puede ser aprovechado por Bolsonaro que diseño una estrategia en tres frentes: las municipales, el impeachment contra el juez Alexander De Moraes y la movilización popular para tener activa a su base.

Polarización en las municipales brasileñas: casi el 80 por ciento prefiere candidatos alineados a Lula o Bolsonaro

La combinación de todos estos elementos eleva las acciones de la elección del presidente de la Cámara de Diputados con el que Lula debe construir una buena relación para no pasar ningún sobresalto, especialmente porque los partidos que dominan el Congreso son los que aparecen segundos en las encuestas. 

El PSD de Gilberto Kassab, Unión Brasil del ex aliado de Bolsonaro, Luciano Bivar, el MDB de Michel Temer y el Partido Progresistas del presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira seguirán siendo determinantes en los últimos dos años de mandato de Lula, que nunca pudo terminar de solidificar una base de sustento en el Parlamento. 

Un escenario de estas caractertisticas obligaría al presidente a lanzarse a la reelección ante la chance real de perder el gobierno. 

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