
La polÃtica de aranceles de Trump empuja a la región a los brazos de China. Lula y la estrategia para potenciar los BRICS y ser el nexo con lo mércanos asiáticos. |
Donald Trump le propone a América Latina una relación imposible. Deportaciones masivas y aranceles para 24 paÃses hacen de la región una zona inevitable de reacción a las intensiones de la Casa Blanca.
Los destinatarios de las polÃticas de Washington no tiene lÃmites ideológicos, vale lo mismo que seas un presidente de derecha admirador del MAGA como Milei o un crÃtico furibundo como Lula o Gustavo Petro.
Como sea, el interrogante es enorme porque la región puede enfrentar un golpe económico que afecte empleos, producción y exportaciones. Los que pretenden ser aliados quedan incómodos antes sus poblaciones mientras que los adversarios tiene un plafón para construir un liderazgo para sacar rédito polÃtico.
Pero tal vez la incógnita más importante tiene que ver con lo qué Trump espera de esta polÃtica que se abre con el nuevo giro proteccionista. En la disputa global con China, se supone que Estados Unidos buscará construir la muralla que blinde a los paÃses de su zona de influencia del gigante asiático. Sin embargo, la falta de alternativa viables no hace más que empujarlo a hacia otras alternativas.
Bolsonaro y el espejo de Trump
El último trabajo realizado por la consultora brasileña Atlas Intel en colaboración con Bloomberg en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México plantea que mas de la mitad de las poblaciones de esos paÃses cree que los aranceles tendrán efectos negativos y apoya la implementación de medidas de reciprocidad.
Pero no queda ahÃ, ya que, una porción importante de los encuestados defiende alinearse con adversarios Estados Unidos como China como respuesta. Buena parte de esos paÃses ya están en ese proceso.
Brasil desde una posición de poder en los BRICS trabaja para potenciar la relación con China e India y tiene en su poder la conducción del Banco de Desarrollo por el cual Dilma Rousseff fue reelecta para presidirla por cinco años más.
Como conductor del esquema sudamericano, Lula trabaja para articular a la región en el sentido contrario a Trump. Logró una primera victoria al bajar al candidato de la Casa Blanca en la OEA, el paraguayo Ruben RamÃrez Lezcano, e imponer al canciller de Surinam, Albert Ramdin.
Con los aranceles, la estrategia tiene dos niveles en Brasil. Por una lado el consenso polÃtico para aprobar una ley de reciprocidad que contó con el voto positivo hasta del partido de Bolsonaro y fuera del paÃs, relanzar la unidad regional a través de Unasur, como adelantó LPO en exclusivo.
La necesidad de agruparse hace que Lula, con el apoyo especial de Boric, Petro y Yamandú Orsi, empuje el vÃnculo comercial con los BRICS, el sudeste asiático y hasta Africa para aumentar sus exportaciones. Párrafo aparte para Milei que sigue atado a una relación más basada en la supuesta amistad que en el pragmatismo económico y comercial.
México, Canadá, Centroamérica y el Caribe podrÃan reconfigurarse en la Celac, que tendrá su próxima cumbre el próximo 9 de abril en Honduras, siempre y cuando Claudia Sheinbuam decida recostarse en esa estructura para enfrentar la ofensiva trumpista.
Para México, los tiempos son otros y aún restan negociaciones con Washington pero lo que está claro es que si la industria automotriz y manufacturera sufren con los impuestos de Trump, se encarecen las exportaciones y afecta la competitividad, no habrá más remedio que buscar alternativas.
No hay certezas sobre cuál es la mejor alternativa para enfrentar este momento, lo que está claro que es la polÃtica de Trump empuja a la región a buscar otro camino. China, como siempre, espera.
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