
Uruguay elige continuidad o cambio. Las expectativas desmesuradas del Frente Amplio y la inédita euforia del gobierno luego de perder por 17 puntos. Claves para entender lo que viene. |
Uruguay entra en la recta final del proceso termina con la elección del presidente que asuma el 1 de marzo y reemplace a Luis Lacalle Pou. La noche del domingo las caras largas se invirtieron. Los que ganaron por 17 puntos se amargaron y los derrotados celebraron eufóricos. ¿Cómo es eso? Ambos esperaban palizas, a favor y en contra.
El primer turno muestra un victoria por menos de lo esperado del Frente Amplio que en algún momento soñó con reeditar la elección de 2004 con Tabaré y ganar en primer vuelta pero de todas formas deja algunas conclusiones positivas para la izquierda. En 2004, el FA era la novedad para sacar al paÃs de la crisis económica. Ahora es una fuerza importante, la mas grande del paÃs pero no hay ni novedad, ni crisis.
Uruguay y la posible vuelta del Frente Amplio al poder
Yamandú Orsi recuperó terreno en el interior del paÃs y logró ganar en 12 de 18 departamentos, una diferencia sustancial respecto de 2019 y sacó cinco puntos en relación a la elección anterior. "Nos pusimos la vara muy alta", resumió una fuente del Frente Amplio a LPO.
Como contraparte, el Partido Nacional de Luis Lacalle Pou cayó un punto y medio y vio el crecimiento notable del Partido Colorado. Esto significa que en caso de ganar, los blancos tendrán que surfear la intención de los colorados de ser co-gobierno en la coalición. "La coalición pasará de ser multicolor a bi-color", dijo un dirigente colorado a LPO la noche de la elección.
Una fuente frenteamplista afirmó con la espuma más baja de la noche electoral que "el Frente viene bien. Nos gustarÃa haber tenido más mayorÃa en el Senado porque ahà es donde se votan las empresas públicas, los ascenso militares, los jueces y demás. "No es sencillo, pero hay óptimas condiciones", enfatizó.
Otro dato interno que marcará el devenir del Frente Amplio en la nueva etapa es la hegemonÃa del Movimiento de Participación Popular (MPP) del "Pepe" Mujica que tendrá 9 senadores y 15 diputados.
Pensando en la campaña, en el espacio opositor dice que "la cosa va a ir de cercanÃa, de hablar con gente, con lÃderes locales, lÃderes territoriales y de todos los partidos". "Vamos a hablar con todo el mundo, inclusive con", enfatiza.
La idea que se repita un escenario como el de 2019 sobrevuela el ambiente pero en el FA lo descartan porque afirman que Orsi es mejor candidato que MartÃnez y Delgado es mucho más flojo que Lacalle Pou.
La estrategia opositora será recorrer, hablar y remarcar la falta de institucionalidad del gobierno por los casos de corrupción y espionaje de la que creen que Delgado es participe necesario. "Los que garantizamos la institucionalidad somos nosotros. ¿Cómo piensa gobernar Delgado sin el Congreso", insisten.
Además, consideran un error no haber hecho propuestas más a fondo, algo que se va a cambiar en el camino al balotaje. "Tenemos que hablar de la desigualdad, la pobreza infantil, la inseguridad y el crimen organizado que azota el paÃs y en estos cinco años no solo no hicieron nada para cambiarlo sino que la empeoraron", afirman.
Gana la izquierda en Uruguay pero habrá balotaje
En el Partido Nacional quiere más presencia de Lacalle Pou que se despedirá con casi 50 puntos de imagen positiva que no logra trasladar a su delfÃn y trabajaran en dos dimensiones: posicionar a Delgado como un cuadro de gestión y remarcar los logros económicos de estos cinco años, especialmente la baja inflación y el crecimiento macroeconómico. De alguna manera, lo que quieren hacer la campaña oficialista es plebiscitar la gestión de Lacalle Pou y poner a prueba a la coalición republicana como maquina electoral. La derrota entierra a los dos, por eso, la jugada es demasiado arriesgada.
"Nosotros tenemos que defender todo lo bueno que hicimos, como nos abrimos al mundo y la pelea que estamos dando. En 5 años no puede cambiarse todo lo mal que se hizo en 15", dicen el comando de Lacalle Pou.
Con este marco inicia el camino al balotaje, con el horizonte puesto en el debate del 17 de noviembre en la que intentarán cristalizar las nuevas estrategias de campaña. Lo que pase después del 24 también es complicado porque al que le toque gobernar tendrá que liderar el perÃodo de "mayor negociación de la historia" para no tener problemas, pero esa es otra historia.
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