
Deportaciones masivas, filosofÃa anti-woke, proteccionismo y aranceles como elemento disciplinado. Lo que viene con un Trump recargado. |
"Esto va en serio", asà reflexionó un experimentado diplomático que conoce la polÃtica de Estados Unidos como la palma de su mano. Como muchos, cree que del dicho al hecho en polÃtica hay un largo trecho pero con Donald Trump todos los manuales hay que pasarlos a mejor vida.
El lÃder republicano arrancó su segundo mandato recargado y con una agenda que alcanza los análisis para terminar de entenderla y muchos menos pronosticar sus efectos y consecuencias.
La agenda quedó clara desde el minuto cero de este segundo capitulo de Trump en la Casa Blanca. Deportaciones masivas, aranceles, amenazas de expansionismo y una extrema y agresiva oposición a la agenda woke, ese término que muchos de sus admiradores repiten pero varios no sabe lo que significa.
Este es el MAGA que viene. Una vuelta al antiglobalismo del primer perÃodo que expulsa de las prioridades el acuerdo de ParÃs para combatir el cambio climático, la agenda género, la igualdad racial y un nativismo puro que propone quitarle la ciudadanÃa a personas que nacieron en Estados Unidos pero tienen padres extranjeros.
Trump es el padre de todo esto, el primero que llegó al poder para darle vuelo a esta agenda defendida por grupos marginales y supremacistas que con este clima de época crecieron en nieves de representación polÃtica y varios llegaron al poder.
Pero es importante dividir lo que se viene en dos. Fronteras adentro, Trump abraza el proteccionismo que supo profesar en su primer mandato, con polÃticas de defensa de la industria, generación de empleo y un plan de regulaciones para frenar la inflación. "Cambiaremos el sistema de comercio para defender el empleo", dijo en su discurso inaugural.
Esto viene acompañado de una ideologÃa ultra conservadora de rechazo al aborto, "la ideologÃa de género" y la agenda progresista que se combinará con la deportación de migrantes ilegales y el fin de la ciudadanÃa por nacimiento que ya tiene su primer fallo judicial en contra por inconstitucional. Atentos a estos obstáculos que tendrá que superar para implementar su programa de gobierno.
Mirando para afuera, el lÃder estadounidense tiene varios frentes que pretende abordar con los aranceles como elemento disciplinador. No hay margen para los productos importados pero al mismo tiempo será un arma para los no cumplan con las expectativas de Washington. Si Rusia no frena la guerra, aranceles, si México no hace algo con los cárteles de droga, aranceles, si te animas a despolarizar tu comercio, aranceles, si te pasas de pillo, aranceles. Todo asÃ.
Es una vuelta agresiva dispuesta a enfrentar a todos para mantener a Estados Unidos en el centro del dispositivo mundial, algo que para muchos está en progresivo declive. El expansionismo es otro elemento, la jugada para comprar Groenlandia, la amenaza para recuperar el control del canal de Panamá y la provocación de la anexión de Canadá, son algunos ejemplos que tienen como telón de fondo la preparación militar en caso en un conflicto a gran escala global se desata. Al menos eso piensan algunos cerebros que asesoran a Trump.
La polÃtica exterior fue el gran desastre de la Administración Biden, promotor de la guerra en Ucrania y garante del desastre en la Franja de Gaza, todos conflictos que Trump está dispuesto a resolver con una cintura admirable. En Medio Oriente lo logró de manera parcial, en Ucrania veremos.
En Davos, el estadounidense dijo que él, China y Rusia están preparando un plan de desnuclearización. Esa es una manera de ordenar el mapa mundial que Estados Unidos imagina, tal vez, evitando una gran alianza entre los dos gigantes de Eurasia, como sugirió siempre Zbignew Brzezinski consejero de Seguridad Nacional de Jimmy Carter, es uno de los grandes nombres de la polÃtica exterior estadounidense de las últimas décadas junto a Henry Kissinger.
La desnuclearización y el fin de las guerras es una medalla que Trump desea. "Más importante que las guerras que tenemos que ganar son las que hay finalizar y las que no tenemos que participar", sentenció el republicano en el Capitolio.
Es que el Estados Unidos de Trump piensa un mundo con dos grandes potencias que compiten pero no se enfrentan, eso explica la invitación del vicepresidente de China a la toma de mando. Claro, nada de esto estará exento de tensiones y disputas.
Los más preocupados son los europeos, probablemente vÃctima de una importante cantidad de aranceles por las regulaciones ambientales y epicentro de la agenda woke que Trump desprecia. La socialdemocracia tradicional entra crisis porque el trumpismo juega para potenciar a Giorgia Meloni en Italia y Viktor Orbán en HungrÃa pero también a Alternativa por Alemania, el partido neonazi que apuesta a dar el batacazo en las elecciones del 25 de febrero. El canciller Olaf Scholz tiene tres problemas: está tercero en las encuestas, los aranceles pueden afectar a la industria automotriz y la ultraderecha es probable que salga segunda.
Para Latinoamericanos es una moneda al aire. En Brasil hay temor por la presión que puede ejercer Trump para favorecer a su amigo Bolsonaro, en Argentina algarabÃa por sentirse con la espalda para avanzar en la agenda ultraconservadora contra homosexuales y muertes y en Venezuela no paran de dar señales de acercamiento para que Estados Unidos siga comprando petróleo y no empuje un cambio de régimen. La respuesta de Trump fue lapidaria: "Nos los necesitamos".
Un elemento diferencial de este mando es Elon Musk. El dueño de Tesla se volvió un trumpista entusiasta y el funcionario más importante de su gabinete. Logró acercar a todos los CEOS de las empresas tecnológicas como Meta, Google y Amazon que pasaron de ser promotoras del wokismo a fervorosos trumpistas.
Musk tiene juego propio y participa de conversaciones de estado y una incidencia desmedida para una figura tan fuerte como Trump que ya tiene antecedentes de rupturas con super asesores, como ocurrió con Steve Bannon.
En efecto, el MAGA recargado está dando sus primeros pasos y todo indica que será ruidoso, intenso y confrontativo.
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