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Marcos Peña enfrentó reclamos en la cumbre del PRO por la falta de política

El tucumano Pablo Walter reprochó fallas de comunicación y que cientos de dirigentes kirchneristas continúen en puestos claves.

ElPRO concretó su encuentro nacional en San Juan con un condimento inesperado:Una verdadera discusión política. Luego que Marcos Peña cerrara lasexposiciones de importantes figuras del macrismo y el gobierno como GabrielaMichetti, el dirigente tucumano y director de Aysa, Pablo Walter, pidió lapalabra.

Walter,que en la campaña formó parte del equipo político territorial que liderabanEmilio Monzó y Humberto Schiavoni, planteó una queja que se extiende por labjao en el macrismo: “El Gobierno necesita más política. No puede ser que aocho meses de haber asumido el poder, todavía tengamos en cientos de lugaressensibles en términos políticos, a los mismos dirigentes del kirchnerismo quenos van a jugar en contra en la elección el año que viene”.

Peñaabsorbió la crítica y le contestó a Walter que había que entender que elgobierno de Macri venía a cambiar en serio los comportamientos. “Nosotrostenemos nuestra identidad, no somos iguales”, le reprochó.

No seamos boludos, no estamos hablando de cargos, sino de si tenemos o no la decisión de empoderar a nuestros dirigentes que son los que van a tener que pelear la elección del año que viene, reclamó Pablo Walter. 

“Nosomos iguales y estamos de acuerdo en que no vinimos para hacer kirchnerismo ala inversa, pero tampoco seamos ingenuos, al dejar que los kirchneristas siganadministrando los programas nacionales en las provincias, estamos permitiendoque queallos que durante años malversaron y fomentaron el clientelismo, ahorausen esos resortes del Estado en contra nuestro”.

Lacrítica apunta sobre todo a lo que ocurre en las provincias que no gobiernaCambiemos. En los distritos en manos del peronismo, la Casa Rosada siguiendo supolítica de apaciguamiento d ela oposición, dejó que las dependencias de laAnses, el Pami y sobre todo los programas sociales y de trabajo que financiaNación, sigan en manos de dirigentes que vienen del kirchnerismo.

Apenasun ejemplo, este viernes el gobernador tucumano Juan Manzur, encabezó un actode relanzamiento del programa nacional “Ellas hacen”, rodeado de dirigentes yfuncionarios del peronismo, sin la presencia de ningún referente importante deCambiemos. Ese programa lo financia la Nación.

“No seamos boludos, no estamos hablando de cargos sino de si tenemos ladecisión política de empoderar a nuestros dirigentes , a aquellos que en lasprovincias enfrentaron al kirchnerismo y ahora ven que a pesar que ganamos laelección, siguen manejando los programas”, agregó el tucumano Walter.

El presidente del PRO, Humberto Schiavoni.

El reclamo, queincluyó una crítica a la política de comunicación, recibió gestos de aprobaciónde Michetti y de varios de de los presentes. No es una novedad. Hace quincedías el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, hizo una críticasimilar, aunque con argumentos incluso más fuertes, en una de las mesas chicasque integra Macri.

Mucho más prudentes enexteriorizar ese tipo de críticas, también comparten el trazo grueso d elacrítica, Rogelio Frigerio y el propio Schiavoni.

La cuestión se resumeen una idea: La compra de “paz social” por parte del peronismo a cambio de entregarlerecursos y cargos casi sin exigir contraprestación política, pone al Gobiernofrente al riesgo de darle herramientas para que el año que viene lo derroten enlas elecciones de medio término.

En la Jefatura deGabinete no comparten esa mirada alarmista que atribuyen más a reflejos de la“vieja política” que cree que se crece y ganan elecciones acumulando cargos yaparato. Es sabido que Macri apuesta a una normalización de la macroeconomía yla obra pública y en el equipo de Marcos Peña en el trabajo que realizan en lasredes sociales para apalancar esos “éxitos” del Gobierno y a sus candidatos, sifinalmente esto ocurre.