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Cavallo: "El fallo de la Corte es una oportunidad para recrear reglas de mercado"

El ex ministro se despachó contra el Duhaldismo y defendió el sistema de libre mercado para el mercado de energía.

El ex ministro de Economía de Menem y De la Rua, Domingo Cavallo instó al Gobierno a tomar el fallo de la Corte Suprema como un traspié y aprovechar las audiencias públicas como punto de partida para barajar y dar de nuevo con reglas de juego que permitan una recuperación sostenible de la oferta energética.

En un ensayo en su blog, el economista no ahorró elogios sobre el régimen energético de los años noventa y cuestionó a los especialistas en la materia por no abogar por el retorno al sistema de mercado: "Sólo la obsesión por oscurecer los importantes logros de la década de los noventa está llevando a especialistas que conocen bien el tema a no decir, con todas las letras, que hay que volver a las reglas que en materia de petróleo, gas y electricidad permitieron, a partir de 1992, superar una enorme crisis energética, incrementar la producción y las reservas y transformarnos en exportadores de energía".

En su defensa por la libre competencia, remarcó que los inversores encontraban oportunidades rentables a la vez que los precios de la electricidad descendían. Y que los combustibles fósiles tenían precios inferiores a los internacionales. Puntualmente en el caso del gas destacó que el millón de BTU destacó que el precio de transferencia iba de 0,8 a 1,20 dólares. "El precio al consumidor final era diferente según la localización del consumo, pero nunca superó los 1,60 dólares por millón de BTU."

Puntualmente en este texto titulado "El gobierno puede transformar al fallo de la Corte Suprema en una oportunidad para recrear reglas de mercado y regulación eficiente", el ex ministro recordó que "El mercado eléctrico mayorista funcionaba como un mercado competitivo y el Gobierno no intervenía en la determinación de los precios. Las concesiones para transporte y distribución de electricidad establecían reglas claras para la determinación de las tarifas, previas audiencias públicas y con revisiones integrales cada cinco años y las empresas concesionarias tenían que cumplir con reglas estrictas de calidad del servicio".

"Hoy se habla sólo de los últimos 10 o, a lo sumo, 12 años de políticas kirchneristas como responsables de la destrucción de estas buenas reglas de juego de los 90s. Pero la destrucción de esas reglas de juego se produjo, en un sólo acto, a principios de 2002, cuando el Gobierno de Duhalde dispuso la pesificación compulsiva de la economía. Fue esta decisión la que produjo la devaluación más grande e innecesaria de la historia", aseveró el ex ministro a la vez que comparó al Kircherismo con el Chavismo venezolano.

"Ojalá el complejo de querer diferenciarse de los 90s no lleve al Presidente Macri y a sus ministros a persistir en el error de operar con el cuchillo de carnicero Kirchnerista en lugar de utilizar el bisturí eficiente de los 90s", concluyó Cavallo.

Así,  por el congelamiento de los precios de la energía en pesos los generadores de energía que produjo un cambio de precios relativos, se llevó a la ruina las empresas energéticas que "perdían todo su capital", a la vez que los exportadores energía-intensivos multiplicaban sus ganancias. "Una inequidad sólo comparable con la de haber licuado, al mismo tiempo, miles de millones de dólares de grandes deudores a costa de haberle sacado entre el 50 y el 75 % de sus ahorros a quienes habían depositado dólares en el sistema bancario", comparó Cavallo.

En su opinión, gracias a la pesificación, "los inversores originales que habían contribuido eficientemente al desarrollo del sector en los 90s" se fueron espantados del país y mientras que los inversores argentinos aceptaron "la irracional estatización de la inversión que los kirchneristas iban a utilizar como uno más de los increíbles mecanismos de corrupción que caracterizaron a los últimos 12 años."

"Los multimillonarios subsidios a la inversión y a la operación de las empresas energéticas no permitieron que la producción y las reservas crecieran, sino que terminaron en los bolsillos de funcionarios y empresarios corruptos, que sobrefacturaron inversiones ineficientes, o indujeron a los consumidores a un uso irracional de la energía, como siempre ocurre, cuando un bien o servicio se regala", agregó el ex ministro.

"Si Duhalde no hubiera destruido el orden monetario y las reglas de juego de los años 90 entonces Kirchner, aún con sus muy malas ideas e intenciones, no hubiera podido destruir al sector energético como lo hizo", concluyó el economista que no se ahorró ni críticas a Aldo Pignanelli ni elogios a Fernando Iglesias aunque omita que el régimen monetario de los 90 también se gestó en un gobierno peronista.

Según el ex ministro, el resultado es que el gobierno de Macri encuentra dificultades para salir del intervencionismo irracional del Kirchnerismo y establecer claras reglas de juego de mercado y de regulación eficiente. Sin embargo, rescató que hay "expertos que pueden ayudarlo a reorganizar de inmediato los mercados mayoristas y mantener subsidios a las familias por sus consumos de electricidad y gas que se justifiquen por razones de equidad".

Por último, considero que es factible hacer un ajuste gradual de tarifas para los hogares sin obstaculizar que los generadores y productores obtengan en los respectivos mercados mayoristas los ingresos necesarios para expandir sus inversiones y producción. 

"Ojalá el complejo de querer diferenciarse de los 90s no lleve al Presidente Macri y a sus ministros a persistir en el error de operar con el cuchillo de carnicero Kirchnerista en lugar de utilizar el bisturí eficiente de los 90s", concluyó.