Guillermo Nielsen

"El fallo es consecuencia de la balcanización del Ministerio de Economía"

En una charla organizada por el Grupo IDEAS, el economista explicó cómo el gobierno llegó al tarifazo y al revés judicial.

La cita estaba convocada para escuchar una charla sobre la "Marcha de la Economía y Escenarios Futuros", pero no se había terminado de acomodar el ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, que estalló en pleno recinto la noticia del fallo de la Corte Suprema contra el tarifazo del gas y el encargado de la primer renegociación de la deuda post default, no eludió el tema.

"En Argentina en dos meses pasan más cosas que en Suiza en seis años. Me parece que lo adecuado para iniciar esta charla es abordar el tema tarifas y no hay escapatoria al tema tarifas. Esto está ligado a la herencia. En doce años, dentro del propio gobierno hubo algunos intentos de actualizar las tarifas y todos terminaron fracasados", introdujo Nielsen durante la charla organizada por Apoc y el grupo Ideas.

Nielsen afirmó que en el aumento de tarifas "el Gobierno tuvo un número de errores muy importante" y explicó los motivos: "Este es un Gobierno que no tiene hombres de Estado. Llegan al sector público con el enfoque del sector privado. En el sector privado la máxima es satisfacer a los accionistas y en el sector público hay que atender varios intereses en simultáneo, los consumidores, el servicio público, la política, el clima social, las empresas, es decir que hay una cantidad de variables mucho más compleja que atender al inversionista".

Este gobierno de CEOs demostró ineficiencia en el manejo de las tarifas porque no entienden el Estado donde tenés que satisfacer varios interese en simultáneo y no sólo a los accionistas como en el sector privado.

"Y este Gobierno de los CEOs, que viene con una impronta de eficiencia y capacidad de gestión, en realidad tiene su primer gran fracaso con el manejo del tema tarifas, porque no fueron eficientes en lo que tenían que hacer. Y fueron ineficientes porque no son hombres de Estado, no saben manejar la 'cosa pública', no tienen ninguna experiencia en manejar la estructura del Estado y creo que no tienen vocación", agregó.

Pero Nielsen fue más allá y puso el acento en una percepción que incluso comparten los dirigentes con más rodaje política del macrismo: "Hay un error en el diseño del manejo de la política pública. Los países para funcionar necesitan tener un presidente del Banco Central y un ministro de Economía. Acá se optó por la balcanización del Ministerio de Economía absolutamente exagerada. Y además se puso a dos secretarios en la Jefatura de gabinete, ninguno de los cuales tiene la más mínima experiencia en el manejo de la cosa pública". 

Se trata de una idea que incluso suscribe ya casi públicamente el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, quien se ha cansado de quejarse que no lo dejaron controlar el ritmo y el diseño del tarifazo y este desastre le terminó impactando en todo el programa económico.

Un experimentado operador del mercado se lo explicó a LPO con otras palabras: "El problema del gobierno de Macri es que no tiene a nadie compensando las variables, cada ministro hace la suya".

Como segunda razón, Nielsen apuntó a la subestimación de las cuestiones de procedimiento que exigidas por la Ley para llevar a cabo una reforma como la que pretende encarar: "Cuando uno está en el sector público tiene que tener muy presente la dimensión de lo legal y la dimesión de lo procesal-legal. Este es otro de los problemas que tienen. Se manejaron muy mal."

Por último, Nielsen señaló además que el gobierno de Macri está atravesado por un problema histórico de la Argentina que es la ausencia de estabilidad institucional por el condicionamiento electoralista de las políticas de Estado que imponen los tiempos de la Constitución Nacional. 

"Son apenas ocho los meses de este Gobierno y muchas de las decisiones, estoy convencido, están teñidas de una necesidad electoral de ganar en octubre del año que viene. Creo que eso no es bueno. No es para un país como la Argentina, como efectivamente lo está probando todo lo que estamos pasando ahora, que está haciendo un esfuerzo de transformación sobre la marcha muy muy grande. Y para ver resultados, me parece que dos años no dan. Soy de la idea que las elecciones de medio término deberían ser a los tres años, las presidenciales cada seis y que no debería haber reelección", agregó.

Ese era el esquema institucional que surgía de la Constitución del 53 y que fue reformado en 1994, con el argumento que si había un buen presidente era una pena que no se lo pudiera reelegir y si era malo, era demasiado tiempo aguantarlo seis años. Se optó por copiar el esquema de Estados Unidos de un mandato de cuatro años con una reelección y allí, por lo visto funcionó mejor.

Al concluir la charla, la Corte Suprema había dictaminado que hasta el precio a boca de pozo debía someterse a audiencia pública, algo que el Ejecutivo esperaba que no lo obligaran a justificar: "Es el peor de los escenarios para el Gobierno", concluyó Nielsen.