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La pulseada por nombrar al Procurador de Mendoza enfrenta a Cornejo con su vice

La cobista Montero dijo que es una buena oportunidad para incluir a una mujer, pero Cornejo rechaza la idea.

La sangre no llega al río, pero ya la desconexión política entre Alfredo Cornejo y Laura Montero es cada vez más evidente. El gobernador y la vice de Mendoza se diferenciaron ahora en una cuestión clave: el postulante a la Procuración de la Corte, tras la renuncia de Rodolfo González, anunciada esta semana.

El aún procurador de la Corte fue propuesto en el cargo y avalado por el Senado provincial en 1993, durante la Gobernación de Rodolfo Rolo Gabrielli. Casi 24 años después, y tras mantener una fría relación con casi todos los gobernadores, el procurador decidió jubilarse.

Así, se le abre a Cornejo y oportunidad ideal para llevar adelante su política de tolerancia cero con la delincuencia, sobre todos hacia aquellos criminales que reincidan, de ahí su obsesión por endurecer el régimen de prisión preventiva.

Cornejo buscó el cupo que ahora se le abre en la Procuración, y no son pocos los que especulan con una negociación con González. Lo cierto es que ahora el gobernador radical, que gusta del estilo personalista para gobernar, elegirá –se descuenta– un hombre de su entera confianza, compenetrado con la idea que tiene Cornejo del trabajo que deben llevar adelante los fiscales y cómo hacerlo.

Con este contexto, justamente, Montero salió a reclamar el cargo para una mujer: “En la Justicia tenemos que ir avanzando en la perspectiva de género; no encontramos aún ninguna mujer que represente la perspectiva femenina”, dijo, y recordó que Aída Kemelmajer fue la última mujer que estuvo en la Suprema Corte de Justicia de la Provincia, de la que renunció en el 2010, tras 27 años.

La vicegobernadora añadió que “sin dudas es una oportunidad para nuestro gobierno, porque la seguridad es parte de una de las cuestiones neurálgicas en la cual tenemos que trabajar a fondo”, en referencia a la posibilidad de proponer a un nuevo procurador.

Respecto a las posibilidades del candidato que elegirá Cornejo –hay un grupo de 4 o 5 nombres, todos hombres, y con perfil de mano dura– se descuenta que pasará por el filtro del Senado sin problemas. La Constitución mendocino indica que para elegir magistrados –incluidos jueves supremos y el procurador– deben votar los legisladores en forma secreta con el sistema de bolillas blancas y negras. Y para designar a alguien, hace falta mayoría simple, que Cornejo la tiene, y muy obediente por cierto.