Senado

Peña confirmó que venderán las acciones de Anses

“En un sistema de reparto no hay fondo de capitalización”, justificó. Fue primicia de LPO.

Marcos Peña ratificó que el Gobierno tiene en mente vender las acciones de empresas que tiene la Anses, como parte de una restructuración del sistema previsional que empezó con el proyecto para cancelar las deudas a jubilados que ingresó anoche al Congreso.

“El año pasado nos acusaban de querer volver a privatizar el sistema jubilatorio. No lo vamos a hacer, pero también es cierto que un sistema de reparto no tiene fondo de capitalización”, diferenció Peña, durante su visita al Senado de la Nación, donde brindó su primer informe de gestión en la cámara alta.

De esta manera, el jefe de Gabinete le puso certificado de defunción a las acciones de empresas que la Anses heredó por la estatización de las AFJP y que forman parte del patrimonio del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses.

De los más de 750 mil millones que tiene el FGS, alrededor de un 13 por ciento -unos 90 mil millones- lo tiene en acciones de empresas argentinas -que en algunos casos cotizan en Wall Street- y reveló LPO, el titular del FGS, Luis Blaquier, viajó a New York para analizar la posibilidad de venderlas. El Gobierno envió entonces a varios voceros a desmentirlo, Macri reflotó el tema y hoy Peña confirmó que estas operaciones se harán tarde o temprano.

Fuentes de la Anses confirmaron a LPO que la reforma del FGS que se incluyó en el proyecto que envió el Gobierno anoche, apunta a flexibilizar ese tema para permitir la venta de las acciones, cuando se considere oportuna. En el organismo previsional, los macristas se quejan porque con la ley actual si una acción cae, la ley actual no les permite liquidarlas.

Además, está tomada la decisión de venderlas si es necesario sumar recursos para pagar los juicios que se decidió cancelar.

Marcos Peña también admitió en el Senado, que la moratoria de las jubilaciones no seguiría y la reemplazaría la asignación a la vejez que contempla un beneficio del 85 por ciento de la jubilación mínima, que también forma parte del flamante proyecto de ley.

“Su incorporación al menos habilita la discusión sobre si resulta necesaria la moratoria”, dijo el jefe de Gabinete.

El futuro de las jubilaciones formaron parte de las preguntas de los senadores del Frente para Victoria, que tuvieron una actitud por demás desganada: Sólo unos pocos siguieron la sesión y algunos ni siquiera se quedaron a escuchar las preguntas que hicieron.

Los senadores del Frente para la Victoria tuvieron una actitud por demás desganada, algunos ni siquiera se quedaron a escuchar las respuestas a sus preguntas. Peña se indignó: "Estaría bueno que se queden a escuchar las respuestas", les dijo.

“Estaría bueno que escuchen mi respuesta. Por una cuestión de respeto”, pidió Peña, sentado en una pequeña mesa frente a las bancas y no mirando a la presidencia, como indica el protocolo.

El formoseño José Mayans, la rionegrina Silvina García Larraburu y el fueguino Julio Catalán Magni reingresaron al recinto cuando Peña se quejaba por sus bancas vacías. El propio Miguel Pichetto volvió recién al final de la sesión.

En el bloque peronista saben que Peña es quien objeta el pacto del Bicentenario que Pichetto quiere celebrar con el Gobierno y que tiene como aliada a la vicepresidenta, Gabriela Michetti.

Los tarifazos

La ronda de consultas del FpV-PJ abordó los temas más candentes, como el tarifazo de gas y luz, la inflación, empleo y economías regionales. “Tenemos diagnóstico diferente, pero la gran mayoría de sus pronósticos no se cumplieron”, los chicaneó Peña.

“Tenemos los problemas que tenemos. Y en 150 días no vamos a resolver lo que no se pudo en 4500”, se defendió el jefe de Gabinete, que inició la sesión con un discurso introductorio escueto, pero basado en la pesada herencia a resolver. "La situación de Venezuela era un escenario posible acá", chicaneó.  

Enojado, el formoseño José Mayans defendió al kirchnerismo con números, para justificar aumentos de empleo, oferta energética y hasta PBI.

“¡El día que hagas 1500 escuelas en Formosa, me paro y te felicito!”, le gritó, cuando Peña buscaba responderle, a menos de un metro de distancia.

El jefe de Gabinete reiteró el objetivo de que bajar la inflación: "Será de 2 puntos en el segundo semestre y llegará a 5 en 2019". Prometió el plan de infraestructura más ambicioso de la historia (“La obra pública se está reactivando”, celebró) y remarcó que la tarifa de luz sigue subsidiada en un 70%.

El capítulo de la Patagonia fue el más difícil, pero no se achicó. “Hablamos con los hoteleros del sur y se está resolviendo un subsidio al gas, pero tienen que reconocer que tenían la tarifa más baja del país”, afirmó.

Adjudicó la crisis económica y social de Tierra del Fuego a problemas estructurales de largo arrastre (“El cepo cambiario complicó la industria”, ejemplificó) y no al aumento de hasta el 1000% de gas. “Tenemos que encontrar la forma de crear empleo en la Patagonia”, propuso.

Y mantuvo el esperado cruce, aunque suave y respetuoso, con Virginia García, cuñada de Máximo Kirchner, quien lo quiso correr con su estilo político y no hizo más que ponerlo en su salsa.

“Tenemos la misma valorización política que usted. Quédese tranquila que caminamos por la calle, hablamos con la gente y sentimos el apoyo”, la desautorizó. Pero admitió que la grieta en la sociedad le juega una mala pasada. “Esta dinámica es mala para todos”, evaluó.

Peña insistió en negar despidos masivos (“la situación es la misma que hace un año) y fue tanto el desánimo de los senadores del FpV que ni abundaron en preguntas sobre las cuentas de Macri en el exterior, el golpe más bajo sufrido por el Gobierno. “Nosotros no vamos a defender el concepto off shore”, se desvinculó Peña.