Senado

El gobierno tras los votos de Uñac y Verna, claves para nombrar a Rosatti y Rosenkrantz en la Corte

Pichetto reconoció que le faltan alrededor de cuatro votos para asegurar las designaciones.

A siete días de la sesión convocada para tratar los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz para la Corte Suprema, el Gobierno cree estar a no más de 3 o 4 votos de los 48 necesarios para avalar los pliegos, que insiste en tratar el miércoles 15, como adelantó LPO

El tema se analizó ayer en el Senado en una cumbre entre la vicepresidenta Gabriela Michetti y el jefe de los senadores peronistas, Miguel Angel Pichetto. El peronista blanqueó que le faltan tres o cuatro votos para garantizar junto a Cambiemos los 48 senadores necesarios para aprobar los pliegos.

Pichetto está muy exigido porque debe mediar entre las demandas de los gobernadores y las rabietas de un grupo de no más de 17 kirchneristas duros, dispuestos a rechazar los dos pliegos y cualquier otra cosa que diga Macri.

Pichetto le reconoció a Michetti que está a tres o cuatro votos de conseguir la aprobación de los pliegos de Rosatti y Rosenkrantz. La sanjuanina Marina Riofrio es una de las que buscan convencer.

Entre los primeros hay algunos que aún resta convencer para que cierren las cuentas. Los más apuntados son los dos senadores del difícil gobernador de La Pampa, Carlos Verna; y una senadora del sanjuanino Sergio Uñac.

Se trata de la rebelde Marina Riofrio, que aunque en papeles es leal a José Luis Gioja, mantiene buen trato con las cristinistas y no se decide a apagarles el teléfono.

La aqueja bajar la bandera de un reclamo que había logrado hacerse sentir: la falta de un cupo femenino que garantice una representación proporcional en el máximo Tribunal. “Los últimos dos pliegos que envió Cristina eran hombres y no dijimos nada”, buscaban persuadirla por estas horas. Y agregan un argumento real: No existe una ley de cupo femenino para el máximo tribunal.

Pero Riofrío es una senadora temperamental: le gritó a Pichetto en plena sesión, cuando el rionegrino quiso frenar una rebelión contra el pliego de Miguel del Sel como embajador de Panamá, que casi deja al cómico en su casa de Santa Fe.

Asistió a la reunión de Cristina Kirchner en el Instituto Patria, pero ni bien llegó le recriminó la derrota de Daniel Scioli. “La elección se perdió en octubre y yo no participé de la campaña”, se atajó la ex presidenta.

Más mansos parecen Norma Durango y Daniel Lovera, los senadores de Verna, viejo conocedor de esa casa y sobre todo de cuanto se puede ganar en una provincia jugando con las urgencias presidenciales.

Lovera fue el autor del proyecto para impedir despidos que finalmente se sancionó, pese a la rabia de Macri, quien pretende calmar a su jefe con el acuerdo por la coparticipación. Federico Pinedo y Michetti todavía no consiguen confirmar su ayuda.

Con la ansiedad de estar cerca, en la Casa Rosada hablan de adelantarle parte de esa recomposición de coparticipación prevista para este año. No altera el balance anual y permite el triunfo parlamentario más esperado. Si Verna se entera, tal vez reclame otra cosa. Como casi siempre.