Despidos

Clima de guerra entre Macri y los senadores peronistas

“Pichetto dice una cosa y hace otra”, lo acusó el presidente. "Se aprobó con dos tercios", le recordó el senador.

Mauricio Macri tensó al máximo su relación con los senadores peronistas, que dominan la Cámara alta y ayer se unieron al resto de la oposición para aprobar por dos tercios, la ley para suspender despidos que rechaza el presidente.

Lejos de acercar posiciones, Macri no controló su furia esta tarde ante las cámaras, durante la presentación de un plan de viviendas en Ezeiza.

"El senador Pichetto me dijo que esta ley para frenar despidos se había aplicado en la época de Duhalde y fracasó, así que no entiendo: ¿Senador Pichetto porque dice una cosa y hace otra?", lo cruzó en público, exponiendo una conversación privada.

En vez de confrontar y anunciar futuros vetos, el Presidente debería haber transitado el camino del diálogo, le contestó Pichetto a Macri.

“Si se aprueba la ley que establece la doble indemnización que ayer votó el Senado se van a destruir muchísimos empleos", amenazó el presidente.

La respuesta del rionegrino no tardó en llegar: "Nunca dije que la ley similar, que aprobamos durante el gobierno de Eduardo Duhalde, haya sido mala o no haya servido, sino que era una coyuntura más dramática y compleja que la actual, y que fue un remedio imprescindible y necesario para aquél momento", aclaró.

"El actual momento no tiene aquella gravedad, pero, precisamente, ante los primeros síntomas de la destrucción del empleo que se verifica hoy, esta ley apunta a evitar llegar a situaciones de esa complejidad", completó.

Y le recordó a Macri que "la Emergencia Ocupacional en el Senado tuvo un resultado de más de los dos tercios de los votos".

"Yo no soy el dueño del Senado sino que ayer hubo una decisión mayoritaria del conjunto del arco político argentino que con su decisión acompaña el reclamo de los trabajadores. Los sindicatos avisaron. No es que sacamos una ley imprevista. Los sindicatos fueron a la Cámara de Diputados, vinieron al Senado. Se reunieron con el gobierno y la respuesta no fue la adecuada", recordó Pichetto. Una manera de explicarle a Macri que tuvo tiempo de sobra para encontrarle una salida más política que la confrontación directa a la situación. 

"En vez de confrontar y anunciar futuros vetos, debería haber transitado el camino del consenso, de acuerdo económico y social entre empresarios y sindicatos. Precisamente debería haber buscado el camino del diálogo que fue una de las líneas constantes del discurso electoral que tuvo el año pasado el Presidente", agregó por si acaso no lo habían entendido. 

Macri juntoa  Vidal y Granados en Ezeiza, donde cruzó fuerte a Pichetto.

El cruce estropeó más la relación de Macri con los senadores que le permitieron tener a tiempo la ley para acordar con los holdouts, pero ayer dejaron claro que no se dejarán marcar la agenda.

Pichetto se lo había aclarado a Federico Pinedo y a Ángel Rozas el martes, cuando intentaron persuadirlo de demorar la ley antidespidos.

Ese mismo día, el rionegrino junto a 4 senadores más pidió la sesión especial y el resultado de ayer fue lapidario.

Tampoco sirvió la reunión del martes anterior entre Rogelio Frigerio, Pichetto y el formoseño José Mayans, donde los senadores le detallaron la falta de una interlocución válida entre le Gobierno y el Congreso.

Pinedo no es tenido en cuenta en Casa Rosada, desde que se peleó en una reunión de Gabinete con Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, abogado y mano derecha de Macri.

Rozas sobreactúa pero, como toda la UCR, sólo se acercan al presidente cuando media Ernesto Sanz, quien suele aparecer en el Senado para hablar con él en los pasillos y a las apuradas. Y Gabriela Michetti casi no está.

“Me parece que es una cuestión de decisión política. ¡Es la política! Y yo creo que hay un prejuicio realmente muy complicado que, si no lo resuelven, van a tener problemas en la marcha del gobierno”, dijo ayer Pichetto, en el cierre del debate.

La fractura que hoy patentó Macri complicó la idea de un acuerdo amplio entre el Gobierno y el peronismo -que Pichetto bautizó Pacto del Bicentenario- con varios temas como la ampliación Corte, un reclamo de los peronistas y Adolfo Rodríguez Saá para sacar del cajón los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, candidatos de Macri para el máximo tribunal.

Insfrán, uno de los gobernadores peronistas que pasó del diálogo a ordenar a sus senadores que voten la ley antidespidos.

Además, volvió a unir al FpV-PJ, que parecía fracturado tras la reunión de Cristina Kirchner con sólo la mitad de ellos. La presión a los gobernadores fue inocua, porque la mayoría ya tiene una lista de compromisos incumplidos.

Fue el caso de Juan Manzur, de Tucumán. Su antecesor, el senador Alperovich, le dio una mano al Gobierno con varios faltazos a la Comisión de presupuesto pero ayer se apareció junto a su coterránea Beatriz Mirkin.

Otra sorpresa fue la del santiagueño Gerardo Zamora, quien también había dejado su silla vacía en las comisiones y desde diciembre se movió al ritmo del Gobierno. Menos ayer.

El formoseño Gildo Insfrán fue el más desafiante. El viernes lo recibió y le armó un escenario para que cuestione la ley antidespidos, pero el martes fue al Senado a aclarar que está de acuerdo.

El problema de Macri es que roto el vínculo con el Senado pueden pasar muchos más proyectos incómodos a Diputados y vetarlos siempre tendrá un costo político.

Es más: si son aprobado por dos tercios, como ayer, el Congreso puede rechazar el veto y obligar a que se apliquen. Al presidente parece no importarle. Se conforma con dar el debate público.