Gobierno

Dividir, cooptar, neutralizar

El macrismo sacó al peronismo de la calle y al kirchnerismo del sistema político.

 El 15 de marzo a las 18 horasen el Hotel “Four Seasons”, la empresa Megainver de Miguel Kiguel, organizó elseminario anual de inversores. Expuso el propio Kiguel y un invitado especialcomo analista, el periodista Marcelo Longobardi. En ese marco de medianosinversores, Kiguel realizó observaciones previsibles porque “casi” pertenece alequipo económico, sobre todo, en su cercanía a Alfonso Prat Gay. Preocupaciónmás importante: la inflación. Dijo que el promedio de los últimos nueve añosfue de 1.9% mensual. Cree que bajar del 4 último al 1.9 es relativamente fácilo posible pero se mostró preocupado con este número de inflación estructuraldel 1.9/2% y sobre cómo disminuirla. Es decir: se mostró confiado de volver ala inflación kirchnerista. Cuando le tocó a Longobardi, el líder de la mañanaradial se colocó en una postura cercana a Macri, algo que no podría cargarsorpresas. Y si bien hasta ese momento no lo había reporteado, como ocurrió hacepocas semanas, dejó entender que “hablan mucho”. “Macri se comunica víawhatsapp”, dice Longobardi, y lo dice porque si te cuentan la forma te cuentanel fondo. Whatsappea con muchos periodistas “mientras hace gimnasia”, precisamás. Y dice que Macri, Marcos Peña y Durán Barba consumen encuestas y estudiosde opinión, y compara: “muchas más que Duhalde”, otro conocido adicto a lasencuestas.

“¿Y el peronismo?” Esa preguntaobsesiona a la clase empresarial que le desconfiaba a Macri su capacidad degobierno. Para el periodista “Macri vino a dividir, cooptar y neutralizar alperonismo”. Sin embargo advierte un riesgo ante la tribuna: “voy a ser políticamenteincorrecto y un tanto maquiavélico: yo creo que Bonadío no debe procesar a CKFpor el dólar futuro, es una causa débil sobre ella, en la que se va avictimizar, sacar gente a la calle, embarullar… No es un buen escenario para elPresidente. ¿Para qué le sirve?”. Ese subrayado “incorrecto” supone un temorobvio y una certeza: que conviertan a la presidenta en una “perseguida política”y asumir que Macri maneja la justicia. Porque sabe que existe el kirchnerismo:esa identidad que quieren dar por muerta y que se podría abreviar como la nuevageneración que pudo saludablemente elegir “equivocarse” con Cristina antes que “acertar”con Magnetto. ¿Se trata de matar al kirchnerismo para matar en realidad alperonismo, y con él, cualquier variante reformista contraria a las convencionespolíticas del siglo 21?

Antesde las elecciones generales del año pasado, Eduardo Fidanza (Poliarquía) escribióen La Nación un texto llamado “El peronismo ante su propio ajuste”. Ahí apuntóque “los estudios de opinión muestran un hecho irrevocable: la identificaciónsocial con el peronismo es minoritaria”, como la identificación general contodas las fuerzas políticas. Fidanza califica al peronismo como “un sucesoelectoral antes que emocional”. “El amor al peronismo es una víctima de laépoca.” El artículo se publicó el 22 de agosto pasado. Y usó las cifras dePoliarquía de fines de 2014 en las que exponen que sólo el 25% de losargentinos se declara identificado con algún partido político (un 7% con el PJy un 5% con el kirchnerismo). “Eso significa que apenas el 12% del total de lapoblación simpatiza con el peronismo, en sus dos expresiones principales”, remató.La teoría duranbarbiana del “nuevo elector” hecha números.

Elcreciente impacto social de las últimas medidas acerca al kirchnerismo aComodoro Py, porque para el Gobierno si se apaga la economía, se enciendeBonadío.

Laderrota en la provincia de Buenos Aires concibió un peronismo estructuralmentepartido en fragmentos que más o menos se puede resumir en estos bloques: losintendentes del Conurbano con su sistema volátil de lealtades y los gobernadoresperonistas dependientes del fisco bonaerense y nacional, el massismo Whitetrash que se llevó un 20% del FPV y el kirchnerismo en ese juego de ocupación delespacio público pero creciente marginalidad en el sistema político. Estosfragmentos no hacen sistema. Como escribió el pintor Daniel Santoro (unperonista lúcido): “demasiado tarde para el PJ y demasiado pronto para launidad”. El macrismo sacó al peronismo de la calle y al kirchnerismo delsistema político, aunque sus minorías intensas hacen ruido en la calle. Y todoocurre en un contexto ripioso para el gobierno: comienza a conocerse el impactosocial de sus medidas económicas (sus Pobres 0 km, más que su Pobreza 0). Yobviamente eso coloca a todo el kirchnerismo procesado más cerca de Comodoro Pyporque para el nuevo gobierno si se apaga la economía, se enciende Bonadío. Elmecanismo parece obvio y ofrece el costado torpe de dos visiones que subestimanuna sociedad que no podría distinguir sus sufrimientos (sus temores económicos)de sus preocupaciones públicas (la corrupción, una de ellas).

Lospopulistas de clase media creen que la corrupción sólo le importa a la otramitad reaccionaria de su propia clase y los republicanos creen que si ofrecen carnede corruptos la sociedad puede saciar su sed de economía gozando la prisión delos que se la llevaron en pala. Un remisero de Morón me dijo hace pocos días trescosas: que Clarín no se puede leer porque miente, que hubo demasiada corrupciónen el anterior gobierno y que Macri no tiene un proyecto económico. Chupate esamandarina. El macrismo tiene a Nicolás Caputo & Cía de pronta incorporacióna la lengua de este sabio ciudadano. El riesgo de repetir el sistema políticode los años 90 está latente: de un lado “la política”, del otro lado “lo social”.La cifra de despedidos en la construcción alcanza a 60 mil en lo que va delaño.

Macrismoy poder local

Unejemplo del método de dividir es la ruptura de De la Torre (San Miguel) conMassa. Su deserción puede atribuirse a dos razones íntimamente ligadas: por unlado, una serie de destratos sufridos en los últimos tiempos por la conducciónmassista, y por el otro, como dijo el joven periodista Agustín Cesio, “laconstatación de que el poder propio le bastaba para plantarse como interlocutor”.¿Qué significa lo primero? De la Torre tuvo siempre expectativas que fueronfrustradas por el líder del Frente Renovador. La primera de ellas fue laposibilidad de la vicegobernación. Fue conocido el ofrecimiento de Vidal a Dela Torre para acompañarlo en la boleta que destronó al peronismo de la PBA.¿Por qué no lo aceptó? Massa le bajó el pulgar. Todo se dice ahora: que elproblema es la familia de Massa (Los Galmarini), que está tentado por Urtubeyaunque no se sabe qué hará Urtubey o que se siente identificado con el PRO (“elvínculo fluido con Federico Salvai”, ministro y operador de Vidal). Es vox populi en el HCD de San Miguel quelas gestiones para acercar a la concejala Estela Repetto al bloqueJusticialista de Bossio y Urtubey fueron hechas por el intendente. Síntesis: elgobierno divide, coopta o neutraliza a todos los peronismos.

¿Existe aún el clivajekirchnerismo - anti kirchnerismo? En las narrativas macristas y kirchneristassí. Pero en el sistema político ya no. En el sistema político hay macrismo,terminando la digestión del radicalismo, y peronismo(s). Los votos de Pichettoen el Senado demuestran un poder peronista bajo la inversión del vandorismo:negociar con el gobierno para golpear al kirchnerismo. Simultáneo a ese voto,el mismo día, el campo opositor mantuvo una reunión con todo el campo sindical(Moyano, Recalde, Massa, Micheli, Yasky, Caló, Stolbizer, Binner o Barrionuevo).El peronismo en este momento es más fuerte cuando se muestra diverso que cuandose muestra unido. ¿O acaso el mediático sin votos, Guillermo Moreno, va alograr la unidad?, ¿Insfrán o Gioja en nombre de ese tigre de papel llamado “los gobernadoresperonistas” van a lograr la unidad?, ¿el cristinismo, esa máquina de perderpoder, va a tener imaginación política esta vez (fuera del poder) pararepresentar “a todos”?

Los votos de Pichetto en elSenado demuestran un poder peronista bajo la inversión del vandorismo: negociarcon el gobierno para golpear al kirchnerismo.

Macri por talento y/ocasualidad instaló la negociación con el viejo movimiento en su escenarioideal: una vez en el poder, no antes, no para alcanzarlo, sino en la cima,seleccionando interlocutores. Baja las retenciones a la minería con losgobernadores mineros al lado, y usa sus votos para desinhibir eldesendeudamiento generalizado, por ejemplo. Pero esa es una parte del león.Ellos, como él, no quieren cobrar la plata en impuestos, la quieren “pedir”. Nohay una típica crisis argentina para disciplinar, pero tampoco hay un mango. Ahora el polémico ObservatorioSocial de la UCA es parejito y dice lo que alternativamente nadie quiere oír:que hay mucha pobreza en la Argentina. Que había bastante con Cristina, y queahora ya hay más. Y la política del PRO tiene su corazón en dividir, cooptar omatar un peronismo (“corrupto, horrible, cachivache”) que siempre puede volver porquevuelve por la razón de su vida: representar a los que sufren.