Inflación

Deuda o shock, el dilema del momento

¿Tiene el gobierno un plan anti inflacionario? Si lo tiene es gradualista y su costo será mayor endeudamiento.

Nuestro país no crece desde hace 4 años, la pobreza no para de subir, elempleo formal no para de bajar, la presión tributaria está en nivelesdifícilmente soportables por los contribuyentes, la dinámica inflacionaria estaen niveles por demás peligrosos, el Estado en sus tres niveles (nacional,provincial o municipal) ofrece bienes y servicios cuya calidad no está en líneacon el nivel de presión tributaria, el déficit fiscal federal está en losniveles mas altos de la historia, las economías regionales no recuperancompetitividad aún con el actual nivel del tipo de cambio, si la inflación esteaño se va a mantener en niveles altos el tipo de cambio debería ajustarse almenos en la misma proporción para no estar a fin de año nuevamente con unpeligroso retraso cambiario.

Los argentinos no vivimos en un frasco y no necesitamos que nadie nos digalos problemas que enfrentamos todos los días, pues básica y sencillamente lospadecemos. La discusión no está en la herencia recibida sino en como ponemos alpaís en una senda sustentable de crecimiento y desarrollo.

Es desopilante ver a lo que queda de La Cámpora hablar del “ajuste de Macri en la Nación” mientras aplauden de pie el “ajuste de la Tía Alicia” en la Provincia que ellos gobernaron en los últimos 25 años.

Esta bien que el gobierno señale la “herencia” recibida como método paralograr empatía social antes las medidas “antipáticas” que debe tomar. Es lógicoque ciertos sectores de quienes hasta ayer eran oficialistas hagan algúnberrinche por considerar que al país lo dejaron en mejores condiciones que lasdescriptas por el actual gobierno. Son las reglas del juego. A Macri le sirvemucho más polarizar con Cristina que con Urtubey, Massa o Stolbizer. Pero connada de eso se desarrollará el país ni la sociedad verá resueltos susproblemas.

¿Tiene el gobierno un plan anti-inflacionario? Si lo tiene, es gradualista.Puede que a algunos les guste mas y a otros menos. Puede que no sea eficaz yque la dinámica socioeconómica lo obligue a tomar medidas drásticas quepotencialmente hubiera preferido evitar. Decir que no tiene plan es lamuletilla que usan quienes lo critican pero no tienen nada mejor para ofrecer.Mucho más útil sería que dijeran que medida alternativa tomarían a las que estátomando el gobierno.

Es poco menos que desopilante ver a lo que queda de La Cámpora hablar del“ajuste de Macri en la Nación” mientras aplauden de pie el “ajuste de la TíaAlicia” en la Provincia que ellos gobernaron en los últimos 25 años. Comosiempre para el cristinismo, los problemas de Santa Cruz son culpa “de losotros”, jamás el apellido Kirchner tuvo algo que ver con esa Provincia.

El gobierno nacional se propone reducir en etapas el déficit fiscal ycontrolar la emisión monetaria para no seguir echando nafta al fuego de lainflación. ¿Cómo se puede en el mismo momento reducir el déficit, bajar laemisión sin respaldo, bajar impuestos y aumentar la demanda agregada? Eneconomía no existen ni la magia ni los milagros, la única manera que tiene elgobierno de aplicar con éxito un plan gradualista es si consigue financiargenuinamente el déficit emitiendo deuda voluntaria.

Así podría dejar de recurrir al auxilio del Banco Central y los recursosfiscales irían aumentando cuando empiece a crecer la economía. La macroeconomíano se equilibraría por el efecto de un fenomenal ajuste sino por el efectocombinado de aplicar cierta razonabilidad fiscal y de una economía que volveríaa crecer. Esta es la apuesta del gobierno, que lo pueda llevar a la práctica esotra cosa.

Los balances sociales

La ciencia económica nos enseña QUE hay que hacer o que NO conviene hacer,pero no hay ciencia que determine exactamente que hay que hacer para lograr losconsensos políticos y los balances sociales necesarios. Eso es parte del artede la política y excede las prescripciones técnicas.

No creo que las leyes económicas desaparezcan ante el voluntarismo políticode tal o cual sector, pero sí creo que la mejor receta económica no se puedellevar adelante sin el necesario consenso político y social.

¿La sociedad quería gradualismo o shock? Ningún candidato presidencialsiquiera se animó a proponer una política de shock en las últimas elecciones.Macri propuso medidas graduales asociadas con un shock de confianza. Eso es loque votó la sociedad.

¿La sociedad quiere que el Estado emita deuda para financiar el déficitfiscal? Esta será la discusión de los próximos tiempos. El costo delgradualismo lo podemos medir en mayores niveles de endeudamiento y en “seguir”soportando altos niveles de inflación aunque decrecientes.

¿La sociedad esta dispuesta a pagar los “costos del gradualismo”?.Posiblemente los próximos meses no solo interpelen la habilidad del gobiernopara aplicar su plan de gobierno, quizás también nos interpele a nosotros comosociedad. ¿Vamos a sostener el costo de nuestras elecciones?

Inevitablemente se me viene a la mente una estrofa de una canción de SUMO ydel inmortal Luca Prodan: “No sé lo que quiero, pero lo quiero YA”.