Mercosur

Macri le saca el foco a la relación con el Mercosur y lo relega en Michetti

La vice recibe a líderes regionales. “Dinamizar la patria grande es jugar en el mundo”, minimizó Peña.

Empezó como una sospecha, siguió como una impresión y en estos días ya es una certeza: Mauricio Macri decidió ignorar el Mercosur y centrar su política internacional en Europa y Estados Unidos.

La semana que pasó dejó sobradas postales de ese cambio de época. Gabriela Michetti viajó a Brasilia y Montevideo a entrevistarse con Dilma Rousseff y Tabaré Vázquez, mientras Macri recibía con honores al presidente de Francia, Francois Hollande.

Los diplomáticos abocados al Mercosur no entendieron porqué se pautaron estas reuniones en simultáneo y no se esperó a una fecha a la que pudiera asistir Macri.

Macri envió a Michetti a reunirse con Tabaré Vazquez, Dilma Rouseff y MIchele Bachelet y al ´Tano´Angelici a visitar a Horacio Cartés.

Esta vez ni siquiera estuvo la excusa de problemas de salud, que supuestamente impidieron asistir a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde el país también estuvo representado por Michetti.

La historia siguió el 25 de enero, cuando la vicepresidenta estuvo Chile para visitar a Michelle Bachelet, quien el año pasado reemplazó a Sebastián Piñera, amigo personal de Macri.

La única presencia internacional de Macri fue la cumbre del Mercosur de diciembre, donde sufrió el destrato de la canciller Delcy Rodríguez, por su insistencia en condenar la detención de dirigentes opositores de ese país. Aún no había sido encarcelada la jujeña Milagro Sala.

Michetti supo desde diciembre que iba a tener que subir a muchos aviones. Marcos Peña le pidió elegir con cuidado a las autoridades de la Cámara porque iba a ser la figura del país en la región y por lo tanto no estaría en la mayoría de las sesiones.

El propio jefe de Gabinete admitió hoy en Roma que los planes del Gobierno pasan por hacer vuelos largos. “Dinamizar la patria grande también es jugar en el mundo no tener una posición aislacionista”, intentó marcar la cancha.

Peña confirmó que esta semana visitará el país la jefa de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini. Y anticipó que Macri bregará por un acuerdo bilateral entre ese continente y el Mercosur.

“Precisamente el eje de nuestro acercamiento a Europa es el acuerdo vía Mercosur", simplificó Peña.

Gabriela Michetti con la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff.

Para esa tarea, claro está, no hace falta tener relaciones fluidas entre los jefes de Estado y por eso al presidente poco le interesó hablar con sus vecinos.

Esta semana recibirá a Horacio Cartés, presidente de Paraguay, con quien Macri lo une un vínculo de cuando ambos eran dirigentes deportivos: Cartes, como presidente de Cerro Porteño, le vendió al Boca de Macri al arquero Aldo Bobadilla.

Pero a nadie le escapa que se tratará de una excepción. De hecho, pocos creen que asista a la cumbre del Mercosur de mediados de año, cuando la presidencia quede a cargo de Venezuela.

El tema ya hizo ruido en el Frente para la Victoria. El senador peronista José Mayans le exigió a Peña una definición del tema y le contó que su provincia resuelve temas a diario en el límite con Paraguay y no será fácil continuar con esa dinámica sin una relación fluida.

El desprecio a la región quedó claro en la elección de embajadores. Designó en Uruguay a Guillermo Montenegro, ex ministro de Justicia de la ciudad, a quien Macri acusa de salvarse solo en la causa que lo investiga por espionaje ilegal. Montenegro fue absuelto y el presiente no.

La poca vocación de Montenegro fue expuesta en su paso por la Comisión de Acuerdos, cuando no tuvo muchos argumentos para responder sobre la política del Mercosur del Gobierno. Recién hoy Peña dio algunas puntas.

En Brasil fue designado Carlos Magariños, ex secretario de Industria de Carlos Menem. En Bolivia designó a Miguel Álvarez García, amigo del gobernador de Jujuy Gerardo Morales.

Aunque deberá lidiar todo su mandato con Evo Morales de vecino, Macri quiere tener el menor contacto posible con él y por eso apuró un acuerdo con Chile para importar gas en invierno y reducir la dependencia de ese recurso con Bolivia.

Morales, como el ecuatoriano Rafael Correa, no tienen reparos en poner pocas expectativas sobre Macri y hasta se mueven círculos políticos para dejarlo claro.

Álvaro García Linera, vice de Bolivia e intelectual reconocido en el continente, visitó el país invitado por Carlos “Chacho” Álvarez en diciembre. Mientras Evo jugaba al fútbol con Macri, su vice lo criticaba en cenas privadas que hacía en la embajada de Bolivia.

De Álvarez García sólo le importa una cosa: que trabaje en políticas para proteger el ingreso de drogas, una tarea nada fácil, porque Sergio Berni quiso cerrar la frontera terrestre pero chocó con una dura resistencia de los pobladores.

En Paraguay, Macri designó a Eduardo Zuain, ex vicecanciller de Cristina Kirchner, cercano al santiagueño Gerardo Zamora y reconocido miembro de una de las logias de diplomáticos.

Por si algo faltaba, el presidente decidió no pagarle a los parlamentarios del Mercosur electos en los últimos comicios, porque recién asumirán en 2020. .

La canciller Susana Malcorra tampoco abrió la cancillería a referentes de la región. En la diplomacia creen que sólo estará un año y luego será reemplazado por el actual secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo. La línea seguirá siendo la misma.