México

El Papa duro ante Peña Nieto: "El privilegio es terreno fértil para los narcos"

"No se dejen corromper los narcos, los faraones actuales que siempre tendrán las manos con sangre", dijo en la Catedral.

El Papa Franciscoya se sabe, es un gran dirigente político que sabe entregar discursos amistososy críticos al mismo tiempo. Ya lo había avisado algunos días atrás: no vendríaa México a “tapar” nada. Y en su primer discurso en el Palacio Nacional, durante labienvenida que le brindó el presidente Enrique Peña Nieto, trazó un discurso plagado de sutiles advertencias.

Luego de un cálido abrazo y frente a un centenar deinvitados selectos de la vida política y social de México, el presidente priista le dio uncálido recibimiento oficial al Sumo Pontífice, con un discurso profundo ycuidado, en donde reconoció los desafíos que enfrenta el país y le pidió que superegrinar transmita “optimismo, esperanza y fe”.

“Hoy es un día de entusiasmo y de enorme alegría paralos mexicanos. El pueblo está emocionado porque usted está aquí entre nosotros.Reconocemos en usted a un líder sensible y visionario que está acercando a unainstitución milenaria a la nuevas generaciones”, fueron las primeras palabrasde Peña Nieto y agregó que su visita trasciende larelación entre dos estados y se trata de un encuentro “entre unpueblo y su fe”. Y casi como un ruego le reiteró que miles de familias estaban ansiosasde escuchar “su mensaje de aliento y de esperanza”.

Luego llegaría el turno de Francisco, que por supuestoagradeció a Peña Nieto la calidez de su bienvenida. “Es motivo de alegría pisoel suelo mexicano, que ocupa un lugar especial en el corazón de las Américas”.Y le aclaró que efectivamente venía como “como misionero de misericordia ypaz”.

Pero fiel a su estilo, con sutileza política,el argentino no eludió los temas más candentes y problemáticos del país. Mencionóen un pasaje de su discurso uno por uno los conflictos más serios que atraviesaMéxico en los últimos años, demostrando que su visita también apuesta a dejar algunaslíneas políticas profundas.

“Cada vez que buscamos el privilegio de unos pocos,tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para lacorrupción, el narcotráfico y la exclusión, la violencia e incluso el traficode personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento de miles depersonas”, dijo el Papa, ante la atenta mirada de la plana mayor del gobierno.

Por supuesto, con habilidad, habló deresponsabilidades compartidas en toda la sociedad. “Es necesario el acuerdo delas instituciones políticas, sociales y de mercado –públicas y privadas,colectivas e individuales- para entregarse a la construcción de una políticaauténticamente humana”, concluyó.

Así pasó el momento más delicado del primer discursode Francisco, que rápidamente retomó el camino de la amabilidad: “Le aseguroseñor presidente, que en este esfuerzo puede contar con la colaboración de laIglesia Católica, que renueva su compromiso a la gran causa del hombre: laedificación de la civilización del amor”.

Pero su discurso fue todavía más profundo y claro enla monumental Catedral del zocalo, en donde se permitió hablar con más frontalidad delos problemas que atraviesa México. Frente a los obispos dijo que “no hay quecorromperse” ante el poder del narco, en un mensaje que por supuesto no sedirigió solo a las autoridades eclesiásticas.

“Los narcos siempre tendrán las manos manchadas desangre, aunque tengan los bolsillos llenos de dinero. No se dejen corromper, nopongan su confianza en los carros y caballos de los faraones actuales",advirtió Francisco.

Rogó también no “minusvalorar” el desafío ético yanticívico que el narcotráfico representa para toda la sociedad sociedad. “Me preocupan tanto que seducidos porla potencia vacía del mundo exaltan las quimeras y revisten sus macabrossímbolos para comercializar la muerte a cambio de moneda”, dijo.

Y concluyó: “La proporción del fenómeno, lacomplejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión, como metástasis quedevora, la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones,no nos consienten a nosotros, pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenasgenéricas”.

Este sábado el Papa visitó la Basílica de Guadalupe, denominada por el mismo "Emperatriz de América", el lugar por lejos de mayor peregrinaje en México y luego se trasladó en el papamovil hasta el postergado municipio de Ecatepec en el Estado de México, uno de los más peligrosos del país y que gobernó Peña Nieto antes de ser electo presidente.