Kirchnerismo

Celos en La Cámpora por el protagonismo de "Resistiendo con Aguante"

La agrupación de Máximo teme arriesgar la conducción ante la irrupción de los autoconvocados. La incomodidad del Evita.

La aparición de nuevas agrupaciones que veneran a Cristina Kirchner incomoda a referentes de La Cámpora, obligados a contener a una nueva militancia que quiere salir a la calle y no los reconoce como líderes.

Como adelantó LPO, la primera irrupción la hizo “Resistencia con Aguante”, una agrupación creada por las redes sociales que aún sin gente con experiencia en movilizaciones marchó al Congreso para pedir sesiones extraordinarias.

La convocatoria ocasionó un debate interno en La Cámpora sobre qué hacer en estos casos. Sumarse puede ser peligroso, pero tal vez peor dejar crecer sectores que luego nadie controle.

Andrés “Cuervo” Larroque se comunicó con los líderes de la resistencia y los sumó a una mini reunión de bloque. Luego se sumó a la concentración, pero no recibió todas flores: algunos noveles militantes le expresaron su bronca por victoria de Mauricio Macri.

“Hay que entender que un sector trabajó para que gane Macri. Y hay un cerco mediático que no muestra lo que hacemos”, se defendió. “Nuestro proyecto incluye al 80% de la gente. Tenemos que salir a explicarlo”, propuso, en su función de hacerse amigo.

No fue la única sorpresa. A los pocos días el despido de Víctor Hugo Morales llenó plaza de Mayo con autoconvocados y minúsculas columnas de militantes de La Cámpora y el Movimiento Evita. Larroque se hizo un lugar en el palco.

En el Evita no estaban cómodos. Para retener planes sociales, Emilio Pérsico ayudó a María Eugenia Vidal a tener el presupuesto y a los pocos días debió enviar militantes a aplaudir a Víctor Hugo Morales. Trató de mostrarse poco.

Marcha al Congreso de autoconvocados.

Es que el fenómeno de los autoconvocados obligó a las insignias del kirchnerismo a rever los tiempos, incluso más que a Cristina Kirchner, quien sigue recluida en El Calafate y por ahora no piensa aparecer por Capital.

“Ella no quiere que nos movilicemos, pero tenemos que acercarnos porque no sabemos si puede haber algún disturbio que nos juegue en contra”, explicó a LPO un diputado del Frente para la Victoria que se corrió a todas las plazas.

Otras movilizaciones que se hicieron sentir por todo el país fueron las convocadas para pedir la continuidad de la ley de medios, impulsadas por Martín Sabbatella y Gabriela Cerrutti. También había gente sin experiencia en las calles.

La incógnita de La Cámpora es cómo manejar las calles si los movilizados no se sabe ni quiénes son. “Cristina apostó a la agrupación de su hijo y le fue mal. Pero también tomó el consejo de Javier Grosman de tener comunicación directa con la gente. Y conformó un núcleo duro, pequeño, pero que no controla nadie”, interpreta otro legislador.

“Además, esa gente jamás aceptará la tesis de que lo mejor era perder y rearmarse para volver. Está enojada por la derrota”, agregó.

Máximo Kirchner ya ensayó una explicación. Dice que la mayoría de la gente que ahora se convoca estuvo el 9 de diciembre en la plaza que despidió a Cristina. 

Incomprobable, porque ese día las agrupaciones se hicieron sentir y ahora, de pronto, pasaron a estar a la cola de las marchas. Tratando de saber qué pasa realmente.