IGJ

El Tano Angelici se quedó con la Inspección General de Justicia

Sergio Brodsky, un abogado ligado a Franja Morada y al presidente de Boca, es el nuevo titular del organismo.

Daniel "Tano" Angelici aumenta su poder. El presidente de Boca y operador judicial del PRO logró quedarse también con la Inspección General de Justicia (IGJ), el organismo que controla las sociedades comerciales y que fue clave en los años del kirchnerismo para entorpecer las causas por corrupción.

El elegido para conducir la IGJ es Sergio Rubén Brodsky, abogado especialista en sociedades y que se desempeñaba como subsecretario académico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde también ejerce la docencia en Derecho Comercial.

Brodsky es un hombre de la Franja Morada -de ahí su alto cargo en la UBA- y además de ser cercano a Angelici, también está vinculado al abogado Darío Richarte, hasta el año pasado vicerrector de la universidad.

Angelici y Richarte vienen actuando en tándem en varios ámbitos, como la justicia, la ex Side y el fútbol. De hecho, el Tano puso al abogado como vicepresidente de Boca, y el año pasado lo había ubicado en el tribunal de disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino. También en la AFA, Richarte será el suplente de Angelici como representante de Boca en el comité ejecutivo, lo que le permitiría por ejemplo votar al próximo presidente de la entidad si se ausenta el Tano.

En la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Angelici ubicó a su protegido Sebastián de Stefano nada menos que en la Secretaría de Asuntos Jurídicos, que sirve de enlace con el fuero federal donde tramitan todas las causas de corrupción. En tanto, el manejo financiero del organismo quedó en manos de Richarte -que fue segundo de la Side en 2001-, que puso como director de Finanzas a Juan José Gallea.

Otro ámbito de influencia del Tano es el juego, donde logró imponer a Eugenio López Melitón al frente del Instituto de Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires.

Pero el mayor poder de Angelici está en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, donde impuso a Martín Ocampo como el ministro de Justicia y Seguridad, que además de manejar todo lo relacionado al mundo judicial ahora tendrá el comando político de las policías Metropolitana y Federal, cuando se concrete el traspaso. Ocampo, además, todavía tiene parte del manejo de la Fiscalía General de la Ciudad, donde pidió licencia en diciembre para asumir como ministro.

En tanto, otro protegido del “Tano” está al mando del Consejo de la Magistratura porteño. Se trata del ex legislador Enzo Pagani, que asumió en noviembre pasado al frente del organismo que controla a los jueces.

Se trata, en definitiva, de todos lugares de bajo perfil y poca visibilidad pero claves en temas delicados como la justicia, la inteligencia o el juego.