Triple Crimen

 Bienvenido a Vietnam

Macri recibió el previsible bautismo de fuego. El problema de poner a la comunicación al comando de la política.

Era previsible. El PRO se construyó como una fuerzaapalancada en los medios y con un desprecio más o menos explícito por lapolítica tradicional. En esta columna ya se había advertido que el arribo a laCasa Rosada implicaba el final de la experiencia Festilindo. Guste o no. Estámás allá de su decisión.

Lo que ocurrió hoy fue una versión hardcore de esa novedad.La idea de gobernar –reemplazar la política- a fuerza de golpes de comunicación,buen manejo macroeconómico y obra pública, suena cautivante. Pero parece másuna proyección de lo que se desea o de aquello para lo que se está máscapacitado, que un análisis descarnado del estado de las cosas.

Exponer a toda la primera línea del actual bloque de poder–Presidente, Vicepresidenta, Jefe de Gabinete y Gobernadora- a un papelónmayúsculo y sobre todo innecesario, muestra que privó la pulsión por dar“buenas noticias” sobre el manejo sensato del poder.

La falta de volumen político tanto en nación como enprovincia es evidente. La época de las sonrisas, las fotos “casuales” defamilia y las manifestaciones de buenas intenciones integran un combo que yasuena a viejo. Hoy el presidente tuvo su primera incursión en Sinaloa.

Y acaso se haya dado cuenta que el equipo que lo rodeó en laexpedición no era el más curtido. No es un error, es un riesgo de vida. Esdecir, este bochorno le está ocurriendo en la luna de miel, que no puede estarmás cascoteada. ¿Cómo va a reaccionar el actual staff cuando la tolerancia delos cien días haya pasado y deba enfrentar los costos de las medidas de ajusteque viene esquivando?

¿Tiene las espaldas preparadas para los idus de marzo, consu combo de paritarias, inflación alta y quita de subsidios?

La raíz del problema es simple: Poner a la comunicación alcomando de la política. Creer que concentrar, administrar, los comunicados,declaraciones e intervenciones en la esfera mediática es la llave para controlarla realidad o al menos la política. Que no hacen falta estructuras, punteros,bisagras con el lado oscuro de las cosas. En definitiva que aquello que seelige ignorar, no existe.

Inteligencia, seguridad, operación política profesional, noson opciones para quien ejerce la Presidencia. Son apenas los requisitosmínimos para sobrevivir. La economía es determinante en el éxito o el fracasoelectoral, pero el poder es una coalición volátil de tramas más densas que unabuena gestión de la macro.

Macri lo sabe, pero hasta aquí parece enamorado de sucreación, de esa extraordinaria construcción que pausterizó su imagen y lollevó a la Presidencia.

Hoy la realpolitik le avisó al Presidente que no es una opción que se puede tomar o dejar.