nuevo gobierno

Inquietud en los mercados por la falta de definiciones de Prat Gay sobre el déficit

Advierten que los dólares que prometió el macrismo no alcanzarán, si no se hace algo con el exceso de pesos.

El mercado recibió al nuevo gobierno con desconfianza, ante la falta de definiciones de Mauricio Macri y su ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. La bolsa porteña cayó ayer un 1,5% y hoy volvió a retroceder un 1,49%. Los analistas primero explicaron las bajas por “toma de ganancias” tras las fuertes alzas de las últimas semanas. Pero hoy ya se hablaba del impacto de la incertidumbre por el futuro de la economía, que los nuevos funcionarios todavía no lograron despejar.

Hasta ahora el plan que trascendió se focaliza en fortalecer las reservas con los dólares que están más a mano: unos U$S3000 millones que las cerealeras guardan y prometieron liquidar cuando bajen las retenciones y se ajuste el tipo de cambio, y financiamiento proveniente de bancos internacionales, que prestarían entre U$S5000 y U$S10000 millones. A eso se le sumaría una ampliación del swap con China por unos U$S2000 millones, confirmada esta mañana por el embajador de Argentina en China, Diego Guelar (aunque luego Prat Gay desestimó esa posibilidad).

Sin embargo, para los operadores lo que no termina de cerrar es qué va a hacer el flamante gobierno con el excedente de pesos. Es que, de acuerdo a los propios cálculos que hacen en el PRO, como máximo se conseguirían entre 10 y 15 mil millones de dólares. En el mercado creen que esa cifra no es suficiente porque el Banco Central se viene desprendiendo de sus divisas a un ritmo de unos U$S3000 millones por mes, con lo cual si la demanda de billetes verdes no se frena, al poco tiempo quedaría poco y nada. Sin ir más lejos, esta tarde las reservas cayeron más de U$S200 millones.

El efecto positivo sobre los activos de tener a un presidente razonable con ministros razonables ya se agotó, ahora esperamos las medidas, afirman en Wall Street. 

“El efecto sobre los activos de que ahora hay un presidente razonable, con un equipo razonable, ya está, no hay margen para que sigan subiendo. Ahora esperamos medidas”, analizaban en Wall Street, fuentes consultadas por LPO.

El problema de fondo sigue siendo el déficit fiscal, que hasta ahora se financió con emisión monetaria. “Pueden ocuparse de la oferta de dólares, pero si no se resuelve el problema del exceso de pesos, la corrida va a seguir. Esto se resuelve ajustando el déficit, no hay otra manera”, agregaron las fuentes.

Los operadores saben que no alcanzará solamente con recomponer el stock de divisas del BCRA, si no se toman otras medidas que desalienten las expectativas de una devaluación. “No van a dejar de comprar dólares por más que quieran tranquilizar aumentando reservas”, apuntan en el sistema financiero.

La sábana corta

Por otro lado, Prat Gay dejó entrever que habrá un aumento de tasas. Esa medida permitiría absorber parte de los pesos sobrantes, aunque a costa de pagar más por el rendimiento de las Lebac.

Lo cierto es que esta movida tampoco cierra porque cuando las letras vencen, el Central tiene que cancelarlas emitiendo por un monto aún mayor por el que se suscribieron los papeles. Con lo cual el ciclo no sólo no se corta sino que hasta se retroalimento, ya que termina habiendo todavía más pesos en la calle.

Hay otros títulos que también ajustan en base a la Badlar y por ende, si el gobierno sube la tasa, termina perjudicándose, porque debe pagar más por los intereses de su deuda, agravando el rojo financiero que recibió de parte de Cristina Kirchner. Es el típico problema de una situación de sábana corta.

El titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, junto a su predecesor, Alejandro Vanoli.

“Por la presión tributaria, aunque aumenten impuestos van a recaudar igual o menos, ya pasaron el máximo. Lo único que queda es endeudarte, emitir, o recortar gastos. Pero para este último punto hay una serie de restricciones, muchas fueron promesas de campaña. No es tan fácil recortar gastos. Es el momento de las decisiones desagradables. Y va a ser doloroso. No va a poder hacerse con cero dolor”, explicó el economista Agustín Monteverde, en diálogo con LPO.

“Macri recibirá un déficit fiscal arriba del 8 por ciento del PBI. Si no hacen nada, se puede ir a 9 por ciento. Va a haber una reducción del rojo, seguramente modesta. A eso apuntan en Cambiemos en tanto y en cuanto mantengan la economía bajo control. Si se les escapa de las manos, puede reducirse, pero por vía de una devaluación brusca”, continuó el especialista.

Macri recibirá un déficit fiscal arriba del 8 por ciento, sino hace nada se le puede disparar al 9 por ciento, advierte Agustín Monteverde.

“Más allá de los aspectos esencialmente monetarios y cambiarios que permitan unificar a corto plazo el mercado cambiario (por ejemplo, un aumento de las tasas de interés) y las otras medidas específicas que ayuden a ampliar el financiamiento externo (como la resolución del conflicto con los holdouts), un (¿el?) requisito complementario para otorgar sostenibilidad a una nueva política monetaria es revertir la insostenibilidad de la política fiscal y reducir el financiamiento que hoy el BCRA otorga al Tesoro”, puntualiza un reporte de la consultora ACM.

“Como venimos mencionando hace ya tiempo, la consolidación de las cuentas públicas es de una importancia crítica, pero dada la desastrosa situación que dejan las autoridades salientes, la tarea será realmente titánica”, agrega el reporte.

Respecto a la alternativa de aumentar la tasa de interés, Monteverde advirtió que la economía no está precisamente en un momento óptimo por lo que “puede provocar un parate fabuloso”. Además, “es imposible actuar sobre la cantidad de dinero, porque el déficit te obliga a emitir”, se lamentó.

Esta no es la única postura que puede escucharse entre los economistas. En el mercado tampoco descartan que a lo largo del año la demanda de dinero se recupere, para lo cual no sería necesario hacer un ajuste brusco en la tasa de interés, que para los bancos ya es positiva en términos reales. Así, si la economía repunta, la estampida por el dólar se frenaría y el público elegiría mantenerse en moneda criolla. Esa es la visión optimista.

La devaluación

"Una depreciación no funcionaria tan bien en dos partes. Al devaluar la primera vez, la gente estaría esperando la segunda, por lo que el problema con el dólar seguiría. Tienen que mover el tipo de cambio lo antes posible a $15 y en todo caso no sacar el cepo. El objetivo de la devaluación en este caso no sería que no salgan las divisas, si no que entren", dijo Miguel Kiguel, titular de Econviews a El Cronista, en una nota publicada hoy.

Ese es el mismo temor que tienen en el mercado. En Wall Street creen que el dólar debería llevarse a $16 y no a $14, como hablan en el equipo económico del macrismo.

Equipo Económico. Prat Gay, Buryaile, Cabrera y Sturzenegger.

La idea del nuevo gobierno es contener el tipo de cambio con nueva deuda, para evitar una depreciación del peso demasiado profunda.

No obstante, esa deuda también tiene un límite. Durante 2015, Axel Kicillof tomó préstamos por un total de U$S30 mil millones, contabilizando el swap con China y papeles en pesos. De hecho, la última colocación del ex ministro de Economía no obtuvo el resultado esperado por la saturación que tiene el propio mercado de los títulos públicos.

Y hasta ahora los números no cambiaron. El déficit sigue en los niveles con los que Ricardo Alfonsín se fue de la Casa Rosada, medido en relación al PBI. Las reservas netas están en 0, si se descuenta el swap, depósitos en dólares y otras partidas. Incluso algunos economistas ya las ubican en terreno negativo.

“Por los ratios técnicos no hay posibilidad de defender el dólar en ningún valor. Como el denominador del ‘dólar cobertura’(que relaciona las reservas con la base monetaria) está en cero, te da infinito”, planteó Monteverde.

Ese es otro de los riesgos a los que se exponen Prat Gay y Sturzenegger. Quedarse cortos al soltar el tipo de cambio, no lograr el efecto buscado sobre las expectativas, y tener que volver a devaluar, forzados por el mercado.